»Parte 3 [Carta]

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Querida Madre,

Anoche estaba en las trincheras entre el fuego y la metralla, cuando vi a alguien corriendo hacia mí. Pude notar que era el enemigo y le apunté con mi fusil al mismo tiempo que disparaba.

Cuando lo hice, le vi madre, vi el rostro de quién yo mataba.

Era mi amigo Taehyung, compañero de la escuela, de la universidad y de la vida misma.

Era Tae, con quien de niño jugaba a las guerras, de adolescente a las luchas y ahora de adultos a la muerte.

Él era un buen hombre madre, ¿Le recuerda?

Yo a él sí.

Tenía el pelo castaño, los cuales cuando se secaban al sol se le rizaban creándose una imagen tierna contraria a lo que la gente pensaba que él era.

Odiaba el café, pero amaba su olor cuando me lo hacía por las mañanas.

Adoraba comer frutas mientras leía sus libros aburridos sobre historias aburridas, pero no sabía cortarlas muy bien y por eso le daba pena, por ello cada vez que le veía leer le cortaba la fruta como a él le gustaba para verle sonreír. 

Mi amigo Taehyung no podía dormir si no le tocaba el cabello antes, y cuando él despertaba primero fingía estar dormido para que le despertara con cosquillas en las mejillas.

Odiaba llevas zapatos, pero le encantaba reñirme cuando yo no los llevaba puestos porque me podía enfermar.

Salíamos los días de lluvia porque los días tristes también merecían sonrisas, o eso me decía él cada vez que le comentaba salir solo los días de sol.

Pasábamos las tardes intentando enseñarle a cocinar, desde arroz a pasteles de chocolate que acababan con nosotros llenos de harina.

Éramos felices, madre.

Pero todo llega a su fin.

Un día me ofreció huir con él, hacer nuestra vida juntos como hasta ese día de forma libre, sin miedo.

Dudé y él lo notó.

Pero en mi cabeza solo estaba vuestro rostro mirándome decepcionada y cometí el peor error de mi vida.

Le dejé marchar, se fue y nunca lo volví a ver.

Esa noche lloré y a la mañana siguiente fingí estar bien.

Le prometo que lo que lloré en esa noche, lo que sentí durante todos estos años con su ausencia no se asemejan al dolor y la angustia que estoy sufriendo ahora mismo.

Duele tanto, madre.

Tengo grabada la imagen del hombre que amo falleciendo en mis brazos, mirándome a los ojos y sonriéndome por última vez, escucho el te amo susurrado con su último latido vaya donde vaya y su caricia antes de morir se siente en mi mejilla cuando cierro los ojos. 

Estoy harto de esta guerra, madre.

Estoy cansado de luchar en una batalla que no me pertenece, haciéndome el valiente cuando no lo fui en la decisión que pudo cambiarlo todo.

Lamento mucho si le he decepcionado, pero no podía guardarme ésto durante más tiempo.

Quiero morir siendo yo, siendo ese hombre que nunca llegué a ser.

Un hombre que está orgulloso de amar a otro hombre.

Un chico que nunca más temerá por simplemente amar.

Llegaré a ser feliz, madre. Usted no se preocupe por mí, rece por mis hermanos y por mi futuro sobrino y no tanto por mí.

Porque si en esta vida no pudo ser, será en la siguiente y en la siguiente, así hasta que mi alma desaparezca. 

Si está recibiendo esta carta es porque Dios ha concedido mi último deseo, morir y ser enterrado con la persona que me enseñó que el amor es como el aire, que no debe verse con los ojos, si no cerrar éstos  e interpretar lo que te hace sentir.

Espero que me perdone, y que en alguna de mis vidas pueda reencontrarme con usted.

Con amor,

JJK.


Letter - KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora