James:
Un chico que viajo a Avonlea en busca de un hogar. Jamás pensó que lo encontraría en un chico llamado Cole Mackenzie.
Portada hecha por: @dxnastx
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Varios días habían pasado desde esa platica, desde entonces ninguno de los dos se ha dirigido la palabra. James la estaba pasando verdaderamente mal, estaba seguro que había arruinado su amistad con Gilbert; él estaba enojado con sí mismo, preguntándose, ¿Por qué no le gustaban las mujeres? ¿Por qué no podía tener sentimientos románticos hacia ellas? ¿Por qué tenía estos sentimientos por los hombres?
— Huesitos -lo llamó el moreno sacándolo de su trance- ¿Todo está bien?
— Todo está bien -afirmó moviendo el tenedor de un lado a otro, jugando con la comida.
— No has probado si quiera un bocado de la comida -detuvo su mano- No creas que no he notado que tienes un aspecto horroroso desde hace varios días -señaló sus ojeras- Se que algo está pasando porque no eres capaz de mirarme a los ojos.
-- No tengo mucho apetito hoy, es todo.
-- También me he dado cuenta que tu y Gilbert no han hablado en mucho tiempo, ¿paso algo malo entre ustedes?
— No tienes que preocuparte de nada, todo esta bien.
— Supongo que no me lo dirás ahora -tomo su plato y se levanto de su silla- Cuando lo estés, búscame -le dio una pequeña sonrisa antes de irse.
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— ¡Basta! -despertó abrumado- Ese maldito sueño otra vez -calmó su respiración y limpio sus lágrimas.
Esa pesadilla perturbaba su descanso cada noche, todos los días cerraba los ojos con la esperanza de que al fin terminaría su sufrimiento, pero eso no ocurría. Se sentía cansado, no podía soportar soñar lo mismo otra vez. Intento volver a dormir, pero no importaba cuanto lo intentara, no podía, igual que todas las noches. Rendido bajo la mirada al suelo, mirando un pequeño destello debajo de la hamaca de su compañero.
— ¿Qué es esto? -murmuró para sí mismo, tomado el objeto entre manos- Vino.
Miro la botella con asombro, estás solo estaban en primera clase, era obvio que su compañero la había robado. James no era fan de embriagarse, pero por esta ocasión sintió la necesidad de hacerlo, nadie iba a sospechar de él al ser el más pequeño. Miro a todos lados, para su buena suerte no había despertado a nadie... o eso creía. Camino con delicadesa hacia los baños y se sentó en el pequeño banco que estaba en frente de un viejo, sucio y dañado espejo.
James estaba mirado la botella, aún decidiendo por última vez su siguiente acto. Antes de arrepentirse puso la botella entre sus labios y bebió con rapidez un gran sorbo. Sintiendo una gran horda de calor golpear su cuerpo, sonrojando sus mejillas. Entre más pasaba el tiempo el líquido en la botella disminuía cada vez más. James no estaba en las mejores condiciones, los malos recuerdos inundaban su mente, su pasado lo estaba destruyendo.
