𝐂𝐇𝐈𝐋𝐃𝐑𝐄𝐍'𝐒 𝐀𝐃𝐕𝐄𝐍𝐓𝐔𝐑𝐄𝐒

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Capítulo Único

Capítulo Único

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En los días estruendosos, como aquel fue incapaz de sonreír, sus ojos miel que antes habían brillado con la más pura inocencia miraban el cielo con desesperación.

Necesitaba ver algo, necesitaba una señal, algo que le dijera que él estaba ahí arriba acompañado de hermosas estrellas en una galaxia interminable, brillando hermosamente al igual que los astros luminosos.

Yugi Amane se preguntó; ¿Me estará observando con aquella sonrisa? ¿Seguirá a mi lado a un sí no puedo verlo?

En el fondo Amane deseaba que no fuera así, aun si su corazón se estrujaba ante aquel pensamiento, el chico de cabello marrón deseaba que aquel hermoso ángel de sonrisa brillante y ojos resplandecientes que había conocido no mirara su patética existencia.

No quería hacerlo sentir mal, no quería que aquellos brillantes ojos negros se llenaran de lágrimas, ni quería borrar aquella hermosa sonrisa.

—Eros... —el nombre ajeno salió de sus labios acompañado de un suspiro.

Sus ojos volvieron a brillar, pero esta vez fue por las lágrimas contenidas que se negaba a derramar.

A la corta edad de 17 años, el solitario chico comprendió que pese a que su amado llevaba el nombre Eros, era guiado por Thanatos.

—Eres realmente hermoso —susurro extendiendo su mano para tocar el desgastado concreto de la tumba frente él. —Los demás se han olvidado de ti... todos aquellos que lloraron en tu funeral han dejado de recordar tu nombre, ¡Yo desearía poder olvidarte! —sollozo para romper en llanto —¡Desearía odiarte! ¡Desearía no anhelar estar a tu lado, ni querer ver tu hermosa sonrisa! Yo... yo desearía no volver a querer estar entre tus brazos.

Sus rodillas se debilitaron, su cuerpo golpeo con fuerza el suelo e ignorando el dolor de sus rodillas golpeado contra el pavimento, empujo la tumba frente a él.

—¡Desearía no amarte! —grito asustando a los pájaros cercanos. —¿No fui lo suficiente para ti? —pregunto con voz temblorosa.

«—Te amo —la suave y aterciopelada voz de Eros lo hizo sonreír.

La luna, como único testigo de sus aventuras infantiles, brillo sobre ellos y para ellos aquella silenciosa noche, su hermoso brillo se reflejó en los pequeños amantes que se profesaban amor eterno.

Yugi sonrió para tomar la mano de Eros entre las suyas, su estómago que estaba repleto de mariposas lo hacían sentir eufórico.

—Eros... —susurro a una peligrosa distancia de los labios del contrario —¿Me amas por quien soy o porque tu corazón no soporta ver a alguien que necesita ayuda solo?

Eros rio para juntar sus frentes, las puntas de sus narices se tocaron y sus sonrisas se complementaron.

—Amo a Yugi Amane por lo que es, el chico solitario que hace mi corazón dar vuelcos, el chico cuya sonrisa hace que mi estómago se colme de mariposas, y cuya mirada me hace cometer locuras solo para tener aquellos preciosos ojos marrones atentos a mí.

La sonrisa de Yugi creció aún más, sus pálidas mejillas se tiñeron de rosa y sus manos se apretaron al rededor de las de Eros.

—Dios... te amo tanto Eros —respondió al borde del éxtasis para juntar sus labios con los del contrario en una explosión de emociones, su amor sereno colgaba de un filamento de emoción.

Yugi Amane juro que hubo fuegos artificiales en su interior.»

Amane sollozo era 14 de febrero, la fecha que ambos habían estado esperando con ansias, el día donde ambos deberían haber tenido una hermosa cita, donde se supone debían caminar por el parque, donde verían las estrellas brillar para ellos.

Se suponía aquel día Eros lo abrazaría y llenaría de amor, lo haría sonrojar y le sacaría un millón de sonrisas, lo habría hecho reír como nunca y lo habría vuelto a enamorar.

Las lágrimas cristalinas recorrieron su rostro.

Él, con sus ojos inocentes, con su sonrisa brillante, con sus hermosas palabras y su aura gentil, se había robado su corazón en un suspiro.

—¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué me dejaste? ¿No me amabas? —lloro, sus puños se apretaron con rudeza y la luna como único testigo de su tristeza, opaco su brillo en un intento por consolar al pequeño amante que había perdido a su otra mitad.

Para Yugi Amane, Eros Arguello había sido el amor de su vida, su alma gemela, la persona cuya sola mención lo hace sentir completo, cuya sonrisa y un «te amo» lo llevaban al éxtasis, la persona cuyos brazos eran su lugar seguro y cuyos labios eran su adicción favorita.

—Te amo tanto que duele —berreo frente a la tumba.

«—Me gusta mucho tu nombre —Amane gruño contra su cuello, sacándole una sonrisa al contrario.

Ahí bajo las estrellas, sobre una manta con estampados de cuadros y comida en forma de estrellas, tuvieron una de sus tantas citas.

—¿En serio? —Eros pregunto recibiendo un rápido «sí» por parte de Amane —yo creo que es muy irónico que me llame Eros.

—No lo entiendo —Amane murmuro con un puchero infantil que hizo que la sonrisa de Eros se extendiera.

—No hay necesidad que lo hagas —respondió para juntar sus labios en un suave baile que ambos adoraron.»

—Te odio tanto —profeso con la voz ronca por el llanto —odio tanto seguir amándote aun cuando me dejaste.

Yugi mordió su labio con fuerza, si tan solo hubiera entendido lo que Eros había intentado decir con aquello, aún lo tendría a su lado, aún sentiría su calor, aún llegaría a su casa con una sonrisa boba y emocionada por haberlo visto.

—Mi querido Eros... ya no estarás solo.

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✓ CHILDREN'S ADVENTURES ━━━━ Amane Yugi x Male ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora