Capítulo único

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Fudou estaba recostado en su cama revisando sus redes sociales antes de irse a dormir para trabajar al día siguiente, dado que de lunes a viernes tenía el oficio de papelero en una pequeña oficina notarial, encargándose de sacar las copias, archivar documentos y en el peor de los casos, ir a dejar oficios a empresas cercanas.

Era algo de medio tiempo, no ganaba mucho pero eso era lo de menos, según sus cálculos, el suelo al final de su inexistente contrato alcanzaría para comprarse unos botines nuevos, porque los suyos estaban tan gastados que si volvía a patear un balón, se romperían.

Cuando estaba por apagar la pantalla de su celular, vio que en la parte superior derecha de su WhatsApp salía el estresante punto indicador de que alguien acababa de subir un estado, diciéndose a sí mismo que mantenerse un par de segundos más despierto no le afectaría en nada, eso claro que sin saber lo que le esperaba.

Midorikawa acababa de publicar una foto suya en la casa de Kazemaru, brindando en compañía de Hiroto y Fubuki, lo que en realidad no fuera nada de lo común a no ser por un pequeñísimo detalle; Kazemaru y Fubuki estaban tomados de la mano, con los dedos entrelazados y sonrisas sonrojadas.

Si bien él mismo acababa de encasillar al chico de la cabellera celeste en la categoría de solo amigos tras descubrir que "no era su tipo", no podía evitar sentir incomodidad, pero solo para confirmar, optó por escribirle a su compañero de selección, recibiendo la tan esperada respuesta.

"¡Hola Fudou! Sí, hoy acaban de oficializar su relación así que vine a saludarlos ¿No quieres unirte? ¡Tenemos helado!"

De la manera más cortés que su mal humor se lo permitía, rechazó la propuesta y arrojó su teléfono lo más lejos posible dentro de su propia habitación, no quería escuchar, leer ni conversar con nadie más, quizá dormir solucionaría las cosas.

Sin embargo las cosas no salieron como las planeó, dado que se mantuvo horas enteras girando como salchicha de gasolinera, tratando en encontrar alguna posición que le permitiera siquiera cerrar los ojos en paz.

Lentamente su mente fue destruyéndolo, haciendo que reflexionara en exceso sobre las oportunidades casi nulas que tuvo de salir con Kazemaru, aunque estas no fueran verdad, no es que Fudou sea una persona desagradable o poco atractiva, simplemente el factor decisivo fue la existencia del Príncipe de las Nieves.

Entonces los arrepentimientos llegaron, se lamentaba por hacerle dicho algo tan feo como "Capitán de los Dark Emperors" días antes de su cumpleaños, por arrojarlo balonazos durante el partido contra Corea, por agredirlo durante los entrenamientos y hasta por cosas que nunca hizo pero quizá debió.

Para fortuna suya, de a pocos sus ojos comenzaron a cerrarse lentamente a causa del cansancio, quedándose profundamente dormido cerca de las doce de la noche. Para algunos quizá sea temprano, pero para un deportista con trabajo de media jornada con responsabilidades por asumir, era demasiado tarde.

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Desde su mansión, Kidou reflexionaba sobre los actuales romances que sus amigos tenían a la par que giraba en su silla de escritorio tras enterarse del noviazgo entre los dos jugadores más rápidos de Japón. Claro que no sin antes felicitarlos y desearles lo mejor, ofreciéndoles su apoyo incondicional en caso lo necesitaran.

Por primera vez en su vida se sentía completamente inútil en el ámbito de las estrategias, dado que no era capaz de pensar ni una sola que lo acercara al único amigo pandillero que tenía. En su mente se creaban cientos de ideas, pero todas eran descartas tras considerarlas demasiado cursis, absurdas o hasta imposibles.

Ofuscado decidió que seguir dando vueltas no solucionaría nada, quizá con algo de lectura nocturna podría activar el brillante cerebro que se supone que tenía, por lo que caminó hasta el librero de su alcoba y tomó lo primero que pudo, sorprendiéndose al ver que el libro elegido era "El ruiseñor y la rosa" - Genial... Parece que hasta la suerte quiere que piense en el amor...

Feliz Cumpleaños FudouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora