Nadie es perfecto y por más que todos se empeñaban en negar este hecho, era algo imposible.
Con Hanagaki Takemichi era igual.
Ese frágil pollito rubio que nunca tambaleaba, el faro que iluminaba el corazón de la Tokyo Manji, ese inquebrantable espír...
Posdata: Me dio flojera siquiera pensar en la portada, así que puse una imagen 😝.
Posdata 2: ¡Me chupa un huevo los sucesos del canon! ¡Chinga tu madre, Mikey! 🖕¡Si le pones un cochino dedo encima a Takemicchi, te mando a la pitufichingada!... Así que aquí hay amor. Esta algo corto y al punto, pero espero les guste❤️.
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Hanagaki Takemichi es un rayo de sol.
Nadie lo ponía en duda realmente. Ese pequeño, tímido, nervioso y débil chico escondía una gran personalidad en ese compacto empaque.
Aunque los miembros de la Tokyo Manji se preguntaron si francamente era buena idea mantener a un debilucho entre ellos, cambiaron de opinión en instantes después de verlo en acción.
No sabía pelear, es naturalmente nervioso y fácilmente golpeable, pero Hanagaki Takemichi valía su peso en oro.
No importa si perdían o ganaban; jamás perdía su fé. Sin importar cuan adolorido estuviese, Takemichi era el sujeto que con su rostro magullado y labios sangrantes preguntaba: «—¿Eso es todo?», así como también aún en los casos en los que su victoria era imposible gritaba a todo pulmón aclamando al enemigo bravo y confiado: «—¡La ToMan no perderá!»
Ese frágil pollito rubio que nunca tambaleaba, el faro que iluminaba el corazón de la Tokyo Manji, ese inquebrantable espíritu guerrero, según ellos no poseía ningún defecto.
Sí... Eso era mentira.
Sólo que ciertas personas eran incapaces de encontrar algo malo en el corazón de oro de su amigo. Principalmente los capitanes de la ToMan.
Nadie es perfecto y por más que todos se empeñaban en negar este hecho, era algo imposible. La primera señal de algún sentimiento que no fuese "Positivo" en Takemichi fue con Atsushi Sendo.
Como Takemichi era una bolita de amor, les presentó a sus nuevos y numerosos amigos a su preciada Mizun.
Ciertamente Draken los recordaba de aquella vez en la que casi muere y la forma en la que se dejaron pisotear para resguardar a Takemichi al instante que hacían tiempo para la llegada de la ambulancia, por ello les sonrió y agradeció. Todo eso mientras proclamaban lo genial que era el subcomandante.
Los altos mandos de la ToMan pasaron la tarde entre risas a causa de lo hilarantes que eran, contando historias pasadas sobre sus aventuras, claro que sobreexageraban al actuar las escenas, pero lo hacía todo más gracioso de lo que ya era.
Mikey los amó, eran tan parecidos a su valiente Takemicchi que los invitó a unirse a su pandilla. Obviamente aceptaron, aclarando antes el hecho de que eran unos fracasados en potencia, pero que estarían allí para apoyar a Takemichi.
En el presente Draken y Mitsuya fueron los primeros en presenciar aquel inesperado lado del rubio.
