Teenager

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Ser adolescente, es algo que todo adulto desea volver a ser. Es algo que todo el mundo recuerda bonito. O al menos así nos lo hacen ver. Yo sigo siendo una adolescente. Y hasta el momento, no tengo ningún recuerdo bonito. O al menos no pesan tanto, como los malos.

Todo el mundo dice que la adolescencia es la mejor etapa del ser humano. Pues sí esta es la mejor etapa, no me quiero imaginar cuál es la peor.

La adolescencia se podría describir como una montaña rusa, sube, baja, vuelve a subir, vuelve a bajar... Las emociones son tan dispares, tan extrañas, tan emotivas, que a veces, son hasta demasiado para uno mismo.

Puedes llegar a un nivel de estrés, que no se lo recomendarías ni a tu peor enemigo.

Ser adolescente es lo peor que te puede pasar. Porque es en esa edad, en la que te das cuenta, de que la vida no es justa. De que todo lo que de pequeño habías visto o habías creído, era todo falso. Era solo una caja de cristal en la que te habían metido tus padres, para que no vieras el mundo real, para que pensaras que la vida, era como te la pinta Disney, un camino de rosas, todo muy bonito.
Para después ver la cruda realidad. Lo que todas esas películas de Disney esconden detrás. De que veas que hay muchos lobos, y tú eres una Caperucita perdida en un bosque. Que veas, que ir a un bosque a medianoche, puede resultar peor de lo que alguna vez habías podido imaginar.

Ser adolescente es la etapa en la que cometes errores, es la etapa en la que la cagas una y otra y otra vez. Te vuelves rebelde, te vuelves irritable, arrogante y presumido. Pero también empiezas a ver lo que es la vida. Empiezas a ver que no todo es tan fácil como parece y empiezas a ver las caras ocultas, de las tantas lunas que hay en el mundo. Empiezas a ver que no todo es lo que parece que lo que enseñamos no es real. Que nunca vas a ver a una persona ser 100% ella misma.

Porque esta es la etapa, en la que te encuentras a ti mismo, en la que descubres como eres, hasta dónde eres capaz de llegar, que fuerza tienes, que aguante tienes, y que es lo que verdaderamente te motiva, que es lo que verdaderamente hace que te levantes cada día de esa cama a las 7 para llegar a las 8 a clases.

Cada día, es una cuesta arriba. Cada día, es un trabajo que parece interminable. Cada día, se hace eterno. Cada día, se hace más pesado aguantar. Cada día, vas acumulando más mierda. Hasta que llegue ese día, ese día en el que tu mente y tu cuerpo te digan: "no puedo más".  Ese día, en el que estés completamente hecho mierda. Y sepas que sigues vivo porque sigue llegando aire a tus pulmones.
Ese día marcará el punto de inflexión en tu vida. Y seguramente, ese día ya ha llegado. Y no solo una vez, unas cuantas.

Pero como pasa siempre, contra más joven eres, más tonto se te considera y por tanto no cuenta lo que sientes, y como te sientes. No, no vale, no es válido.

Son tonterías de críos.

Son tonterías de críos, que acaban con gente queriendo desaparecer. Tonterías de críos, que acaban con personas que se auto lesiona. Tonterías de críos, que acaban con gente hospitalizada por sobredosis. Tonterías de críos, que acaban con depresiones. Tonterías de críos, que genera que hayan más agresores, que hayan más personas que hacen bullying, que hayan más gente odiosa en el mundo.

Por qué un padre, ha considerado que los problemas de su hijo, no valían la pena.
No eran problemas.
Eran tonterías de críos.

Pensamientos de una adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora