› ❝Voodoo Doll❞ ‹

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Hace tres meses ni siquiera sabía que existías, ahora te veo en todas partes. Puedo sentir que me tocas aún cuando no estás, y apareces en lugares en donde no te encuentras.

¡Santo cielo! No es como si pudiera decir que me gustas, pero me vuelves completamente loco, Yang Jungwon. ¿Acaso me lanzaste un hechizo? ¿O tienes un muñeco vudú con mi cara? Porque no puedo controlarme. Cada vez que te veo, siento la necesidad de nunca soltarte.

¡Demonios! Se supone que soy Park Jongseong, el chico que no mantiene una relación por más de una semana porque va y se acuesta con cualquier otra persona, pero llevo tres meses rendido a tus pies, sin poder mirar a los lados. Juro que podrías pisarme y te pediría perdón, porque eres tan malditamente encantador que mis pulmones dejan de funcionar correctamente cuando estoy contigo.

Aquel día en el que simplemente me empujaste contra los casilleros y me besaste con tal determinación, ¿No se te ocurrió que tus labios se volverían una adicción? Te fuiste sin siquiera decirme tu nombre, porque para empezar, era la primera vez que te veía. Después de eso, estuve por toda la preparatoria buscándote, hasta que tus compañeros me dijeron tu nombre y casillero. Para mi sorpresa, te hiciste el duro. Al parecer, tu memoria se había borrado, porque ya "no recordabas" la manera en que me acorralaste en aquel lugar, un chico tan pequeño, deseando a un chico tan idiota.

Nunca entenderé como un muchacho mucho más bajito que yo puede tenerme delirando de esta manera. Ya ni siquiera veo a mis amigos por salir contigo, lo chistoso es que no es tu culpa, sino mía, por andar detrás de ti como un perrito faldero. Aún no comprendo cómo es que me haces decir cosas que jamás digo, como que eres mi mundo, o también cuando digo que quiero mantenerte entre mis brazos por siempre.

¿Qué es esto que me haces sentir? Porque me duele la cabeza, el corazón y el pecho, también tengo problemas para recuperar el aliento. Así que dime en dónde escondes tu muñeco vudú, porque definitivamente eres el dueño de mi vida.

Me besaste tan descaradamente sin siquiera presentarte antes, pero luego me rechazaste cuando te pedí una cita. Todos empezaron a hablar de mí, del cómo dejé de coquetear con todas las chicas que se cruzaban en mi camino, para solo seguirte a cada lugar que fueras, sin importar que solo me ignoraras.

Hace poco más de un mes por fin tuve la valentía para encerrarte en un salón de clases vacío y besarte. Para mi sorpresa, comenzaste a corresponder en el mismo momento en el que mis labios se posaron sobre los tuyos. La forma en que tus delicadas manos de porcelana recorrían mi cuerpo debajo de la tela con desesperación, me hizo entender que ya no había vuelta atrás; que solo quería sentir tu tacto por el resto de mi vida.

¡Que no estoy enamorado! Pero cada vez que estás cerca de mí, de repente mi corazón empieza a acelerarse. Y cada vez que te vas, no sé por qué mi corazón empieza a romperse. ¿Quizá me lanzaste algún hechizo mientras te hacía el amor? Quizá alguno de esos delirantes ruiditos que salían por tus deliciosos labios decían algún encantamiento, o me diste una poción de Amortentia permanente, porque jamás me consideré capaz de actuar así por una persona.

La forma en que mis manos se amoldan perfectamente a cada espacio de tu cuerpo, y la manera en que tu tentativa piel se marca con tanta facilidad al ser poseída por mí. Cada mañana me despierto sudando y con un dolor que solo tú sabes cómo calmar.

Tampoco entiendo cómo es que jamás me cansaré de acostarme contigo, porque siempre es como si fuera la primera vez; esa carita tan angelical, que solo necesita unos cuantos segundos de estimulación para dejar a la vista expresiones que solo yo tengo la dicha de ver. Lograste mantenerme despierto toda la noche, sin que pudiera cansarme de la manera en que de tu garganta salían aquellos agudos gemidos, al ser profanado tan duramente por mí.

Te encanta que te trate como a un bebé, ¿Verdad? Pero cuando estás en la cama, pidiendo por más, se me dificulta verte como tal. Así que dime de una vez, ¿Dónde escondes ese jodido muñeco vudú? Porque sé que podrías amarme hasta la muerte, pero yo ni siquiera entiendo cómo es que terminaste debajo de mí.

Podría intercambiar mensajes contigo cada día un año entero y jamás aburrirme, porque eres tan increíble que no necesito de nadie más. Tu atención es lo que quiero y lo que tendré por siempre.

¿Puedes decirme de donde salió este tatuaje con tu apodo? Porque no recuerdo haber ido a hacerlo, aunque se ve tan bien sobre mi piel, recordándome que nadie me hace sentir tan bien como tú. Si pudieras explicarme qué es esto que mi corazón siente cada vez que sonríes, cada vez que me das un besito, o cada vez que tomas mi manos, porque realmente no lo sé.

Así que dime, Yang Jungwon, ¿Dónde escondes al muñeco vudú? Porque no puedo controlarme si se trata de ti.


-Anne.

Voodoo Doll [ʲᵃʸʷᵒⁿ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora