Contigo.

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Separo sus labios de los míos en forma lenta y tierna y sonrió picaramente sobre ellos.

-¿Nos vemos mas tarde?

Pregunto volviendo a besarme.

-Ajam.

Respondí cortadamente siguiéndole el beso.

Apoye mi espalda contra la puerta de mi suite para no tener que cargar con mi peso. El apoyo sus brazos a mis costados sin separarse ni medio segundo de nuestro beso.

Nuestro beso. Sonaba tan bien. ¡Y se sentía aun mejor! Alan y yo habíamos estado así desde aquel día en el castillo Windsor, que si bien no resolvimos nada, ganamos todo...

Habían pasado tres días y nos la pasamos escondiéndonos de nuestras respectivas madres para besuquearnos en donde sea. No pensamos en ningún momento en las consecuencias que esto podría traer, ni mucho menos.

Una vez nos escondimos bajo un árbol en el jardín sin percatarnos de que mi hermanito estaba trepado en este.

-¿Qué hacen?

Interrogo su vocecita.

Ambos lo miramos y el nos observaba serio, con una ceja enarcada.

Tuvimos que comprarle un balón de fútbol y un helado de limón para que no dijera nada.

-¿Alan?

Se escucho una voz proveniente de la punta del pasillo.

Ambos nos separamos rápidamente.

-Aquí estoy, mama.

Contesto el.

-Oh.- Sonrió Dennise al acercarse. -Que bueno que los encuentro a los dos, quiero que me digan que sucedió en Windsor ¡no han hablado del tema desde que llegaron!

Y es que teníamos los labios muy ocupados en otra cosa...

-Nada, no nos puede ayudar. _____ tiene que irse.

Anuncio Alan con cierto tono de amargura y borrando la sonrisa que hacia rato adornaba su cara.

Abel mostró preocupación en su rostro y me miro.

-Lo siento _____, me hubiese encantado que te hubieras quedado.

-A mi también.

Respondí.

Bajamos los tres por al ascensor hacia el comedor.

Nos acercamos a la mesa donde se encontraba mi madre y Chris.

-Disculpen, voy a hablar con Alan un segundo.

Se disculpo Dennise y se llevo a su hijo hacia otra parte.

Me senté en la silla y di los buenos días a mi familia.

-¡Estoy tan emocionada!

Seguía sorprendiéndose mi madre.

-Si sigues así, el viaje terminara y no habrás disfrutado nada.

Me burle.

-Yo tampoco lo estoy disfrutando.- Se quejo Chris. -¡Este país es muy aburrido! ¡No venden explosivos por ninguna parte!

-¡Oh,Chris!- Lo regaño mi madre. -¿Y tu en que andas?

Se refirió a mí.

-¿En que ando de que?

-Ni siquiera note que existías estos días.

-Estuve ocupada.

Me excuse.

Mi vecino es un vampiro |Alan Navarro|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora