I

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Si te contara que existió una época de los sueños

donde era tan real un anhelo haciéndose verdad;

era en la edad del bronce, la del tiempo medieval.

Un joven rey y pronto a casarse caminaba entre los largos pasillos de su castillo, sus pasos eran fuertes y sonoros que causaba tal imponencia que solo su presencia hacia temer a enemigos y amigos por igual. Los habitantes de sus tierras le tenían respeto y miedo, pues a pesar de cuidar bien de ellos siendo justo con todos, tenía un carácter muy poco tranquilo y con poca paciencia.

Su fiel y mejor amigo se encontraba alado de él intentando seguir el paso. —Rey Bakugou! todo está listo, la ceremonia de hará en dos semanas...

Espero y sepas tus votos matrimoniales.—

El rey de cabellos rubio apagado, gruñó con desdén — ya cállate pelos de cuerno!— odiaba todo ese tipo de formalidades pero era eso o no verían a su Omega como su pareja y quién reinaría a su lado. _Ya lo tengo listo, ahora ¡No molestes!_ después de girar en una esquina entro rápidamente a la alcoba que compartía con su pareja. Fue un día pesado para ambos por estar separados uno del otro y ahora aprovecharía todo el tiempo posible, jamás lo admitirá por su enorme orgullo pero quería mimos de su pareja, que le acaricie la cabeza como solo el sabe hacer.

De madera dura y oscura era la habitación pero entre todas las cosas se podía distinguir una cabellera verde oscuro que con felicidad miraba la ventana, vista que rápidamente apartó del hermoso paisaje apenas escucho la puerta abrirse para sonreir felizmente.

Su alfa había regresado.

...

Del otro lado de la habitación de los amantes, con un chico parado en seco miro la lista en sus manos que debía cumplir. Aún eran muchas y algunas eran innecesarias, pero conociendo lo inseguro que era Bakugou debía hacer todas al pie de la letra. Quería que todo saliera perfecto, y como no, si dentro de dos semanas sería el día donde se uniría junto a su Omega para tomar ambos el reino.

_Así que está nervioso_ hablo una chica de cabello rosa con unas frondosas alas del mismo color en su espalda sacándolo de sus pensamientos al más alto. _kiri estás seguro de hacer todo lo de la lista?_ decía mientras miraba el papiro en sus manos _¡es demasiado!_

_vamos pequeña dragón es mejor obedecer o nos cortaran la cabeza_ esa linda mujer era la que más confianza le tenía el rey después de kiri, ella era la encargada de cuidar al prometido del rey cuando el no estaba, era una tarea muy ardua y más teniendo las amenazas del rey que con el más mínimo rasguño que tuviera su prometido estaría 3 metros bajo tierra.


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Después de cumplir con sus tareas diarias de vigilancia y supervisión recibieron el llamado de su rey que atendieron de inmediato para ir a verlo.

Cuando lo vieron afuera de su habitación les dió la orden de cuidar de su prometido mientras el resolvía un problema con un reino cercano y que estaría en la boda. Hicieron una reverencia y el rey se retiró

_Mi rey!!_ hablo Mina con una sonrisa mientras movía sus alas felizmente abriendo la puerta de la habitación de los monarcas. _el rey Bakugou estará afuera por unas horas, así que nosotros lo cuidaremos_

Kiri estaba en la puerta haciendo una reverencia a su rey dando a entender que el también lo cuidaría

_Genial!_ hablo con emoción mientras se levantaba lentamente mientras era ayudado por la chica _me encantaría ir al bosque, quiero recoger unas flores y buscar frutas silvestres!_ tenía que aprovechar esta oportunidad de no estar vigilado por su prometido, ese tosco y orgulloso rey no permitiría que su prometido, en ese estado fuera al bosque

De estudiante a reyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora