Embarazo

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Faltaban pocos días para que confederación diera a luz a su hijo quien tenía en su vientre. Todo el reino estaba emocionado, todos los súbditos esperaban con ansias aquel niño. Pero entre la alegría y la emoción había mucha preocupación; hubo pocos casos de países que dieron a luz y digamos que muchos de aquellos partos no salieron victoriosos... muchos no sobrevivieron... aquello lo tenía sin descansar a imperio; no podía imaginarse que confederación no sobreviviera, esto lo devastaría. Quería que todo saliera bien, por eso digamos que lo estaba protegiendo de más a confederación; al principio confederación le pareció tierno pero al paso del tiempo era cansador de que imperio estuviera tan preocupado, confederación era un espíritu libre pero imperio lo retenía.

Faltaban pocos días para que confederación e imperio se convirtieran en padres, por ello decidieron pasar aquellos días apartados de la gran ciudad y de sus ruidos molestos en una pequeña cabaña, si, una cabaña como la de aquellos días de noviazgo de imperio y confederación; la idea era relajarse y pasar un tiempo a solas.

Cuando llegaron a la cabaña (lo hicieron junto a dos sirvientes) imperio no podía relajarse.

― Confederación, no subas las escaleras solo, déjame que te ayudo― dijo con gran preocupación imperio al ver que confederación intentaba subir solo los escalones del porche de la cabaña.

― Imperio, no te preocupes, solo son dos escalones, no es para tanto.

― No, no y no, ¿Cómo no preocuparme? Mira si te resbalas caes y te lastimas.

― Cariño estoy bien, es muy poco probable que eso pase, no tienes que ayudarme en todo.

― Si lo tengo que hacer, un mal movimiento, un gran esfuerzo, o un gran susto podría afectarle al bebe o a ti.

― Sé que estas preocupado y lo entiendo, pero no es necesario que estés pendiente a cada movimiento que yo haga.

― De ninguna forma te dejaría solo, lo hago por precaución― confederación comprendió que aquellos días "relajantes" se tornaron días igualables al de una prisión.

Ni siquiera lejos de la gran ciudad como era la capital, Imperio pudo relajarse. "cariño déjame ayudarte con eso", "confe no puedes hacer eso", "te puedes lastimas, déjame hacerlo por ti", eran una de las tantas frases que perseguían a confederación; llego un punto en que confederación simplemente exploto.

― ¡ya basta Imperio Del Brasil!― imperio al escuchar que confederación dijo su nombre completo trago saliva― ¡estoy cansado de que no me dejes hacer nada!, no me dejas hacer nada porque supuestamente es peligroso, quédate tranquilo que yo me doy cuenta cuando es peligroso para él bebe, estos días iban a ser para relajarse pero es todo lo contrario, ¡en vez de relajarme me estoy estresando por culpa de tus paranoias!― exclamo Confederación.

Imperio quedo en silencio por unos segundos.

― Tienes razón, perdón, no puedo evitar de esta forma es que tengo miedo confe, no quiero perderte, ni a mi hijo, te cuido porque realmente me preocupa... perdón si es molesto, pero si ocurriera algo malo a ti o al bebe... yo... yo no podría soportarlo... son lo único que tengo de valor.

― Oh mi pobre imperio― exclamo confederación al escuchar a imperio mientras le acariciaba su mejilla con su mano― yo siempre estaré contigo, si algo malo ocurriese tienes que ser fuerte por nuestro hijo, no importa que suceda nunca te dejare solo mi amor― dijo mientras se abrasaban. Imperio nunca había aquello, ni amor, ni un hogar al dónde ir, confederación era su hogar, por fin tenía un hogar y no quería perderlo― imperio no creo que algo malo pase.

― Tienes razón, tengo que tener más fe― dijo imperio― espera... un momento ¿Por qué el piso esta mojado?

― ¿Eh?- imperio creo que...

― Oh dios mío, no me digas que rompiste fuentes...

― Eso creo...

― ¡OH DIOS MIO! ¡SIRVIENTES!, ¡SIRVIENTEEES!

― Respire profundo señor confederación― dijo el enfermero, imperio junto a sus sirvientes llevaron a confederación al hospital lo más rápido que pudieron, el nacimiento del bebe estaba previsto para la semana que viene, así que fue una gran sorpresa pero no necesariamente buena...

― ¡qué cree que estoy haciendo! ¡AHHH!― respondía confederación mientras lo trasladaban en una camilla hacia la sala de operación ya que le harían cesaría.

― Confe estoy contigo, no me iré a ningún lado.

― ¡AHHH! ¡COMO DUELE CULIADO LA CONCHA DE LA LORA!

― Respire señor confederación, respire.

― ¿Y QUE CREES QUE ESTOY HACIENDO PELOTUDO? ¡AHHH!

Cuando llegaron a la sala de operación los médicos le negaron el paso a imperio.

― ¡¿Qué?! ¡no me pueden negar el paso, yo soy el padre!

― Lo sentimos señor Imperio, pero por el protocolo no le podemos dejar que entre a la sala.

― Yo le prometí que estaría a su lado

― Estará bien no se preocupe― dijo el doctor mientras cerraba las puertas del quirófano.

― Ten fe Imperio, ten fe de que todo va a salir bien― repetía una y otra vez imperio.

El tiempo pasaba, y seguía pasando, pero no había noticia de cómo iba la operación. ¿Por qué se tardan tanto? ¿Acaso algo malo paso?, se preguntaba imperio al ver que las manecillas del reloj avanzaban y no había señal alguna.

De pronto, un médico cirujano salió de la sala de operación.

― ¡¿está todo bien?! ¡¿salió todo bien en la operación?! ¡¿Por qué no me responde?!― imperio se impaciento al ver que el cirujano no respondía a sus preguntas y pensó lo peor.

― ¿Quiere entrar a la sala?, allí lo están esperando los dos― dijo el señor de bata blanca con una sonrisa.

― ¿los dos?...― imperio recalculo lo que el médico le había dicho, cuando se dio cuenta corrió hacia la sala.

― ¡CONFEDERACION!― grito imperio al verlo en la camilla.

― Shhh, no grites que está durmiendo...― dijo susurrando confederación mientras sostenía a un bebe entre sus brazos. Imperio se acercó a la camilla de a poco.― ven, mira a nuestro hijo... el fruto de nuestro amor...― imperio vio al bebe que estaba en los brazos de su esposo.

― Es... es hermoso― dijo mientras lágrimas de cansancio, estrés pero sobre todo de ternura al ver a aquel bebe, brotaban de sus ojos.

― ¿quieres cargarlo?

― si por favor― confederación le dio con mucho cuidado él bebe a imperio y este con delicadeza por primera vez cargo a su hijo― hola bebe... soy tu papi... eres un bebe hermoso, lo heredaste de tu padre.

― Jaja

― ¿Cómo te encuentras? Debes estar muy cansado.

― Un poco, pero no te preocupes... sabes, ya sé que nombre ponerle a nuestro hijo.

― ¿Cómo?

― Se va a llamar... Uruguay. 

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🔴Esta historia es la secuela de "Lo Que Construimos"

Α -Alfa y omega, principio y fin- Ω (Confederación A x Imperio de Brasil)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora