Capítulo 1

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Mcka se estiró con flojera sobre la cama y se cubrió hasta la cabeza con la sábana. Los rayos del sol conseguían entrar a través de las persianas y era realmente molesto.

Al ser sábado, decidió que no le hacía ningún mal a nadie quedándose una hora más o dos en la cama.

Cuando se despertó eran las 11 de la mañana, se cambió y preparó su mochila con todo lo necesario para pasar el día en la playa.

Desayunó con George mientras comentaban algunas escenas de las películas que habían visto en la noche y él se ofreció a llevarle.

La universidad no quedaba en el centro de la ciudad, así que para no tener que pasarse cada día en autobús dos horas (cuatro en total si le sumabas la vuelta) se mudó con George y compartían gastos, él vivía un poco más a las afueras y quedaba cerca de la universidad, mucho mejor, más cerca de la playa.

— Nos vemos en la noche, ten cuidado por ahí — Se despidió George desde el auto.

Mcka sonrió y agitó la mano viendo cómo se alejaba. Respiró hondo olor del mar y caminó a su primer destino, una tienda de artículos de buceo.

— Buenas tardes Luz, gran día para bucear ¿no crees? — Saludó con ánimo a la encargada de la tienda. Luego de las constantes visitas de Mcka de habían hecho amigos.

— Pensé que el amargado de tu profesor de economía iba a dejarte otra vez miles de trabajos — Respondió ella con una sonrisa. Estaba bajando unas cajas de los estantes y Mcka se acercó a ayudarla.

— Esta vez no encontró ninguna excusa para castigarme, tengo todo el fin de semana libre — Sonrió grande y caminó con ella por el pasillo.

— Perfecto, ya tenía tu equipo de buceo preparado — Llegaron a una parte donde había tanques de gas y equipo de submarinismo, Luz tomó una caja de color azul y la dejó en el suelo — Aquí tienes —.

Mcka levantó la caja y se metió al baño para cambiarse, ya con el traje, el chaleco y los guantes puestos salió y Luz le entregó una llave, salieron de la tienda y caminaron hasta la playa, donde había una moto de agua esperando.

— Como siempre, dos tanques de oxígeno y el motor lleno, linterna, aletas y demás también están adentro, todo ya equipado —

— Gracias — Sacó su billetera, pagó y se subió a la moto.

— Por cierto, en el pronóstico dijeron que había probabilidades de tormenta, ya sabes que la marea sube, no te tardes mucho y ten cuidado —.

— Sí, no te preocupes — Respondió distraídamente subiéndose a la moto para luego arrancar.

A medida que avanzaba las casas y los edificios dejaron de verse, miró la brújula asegurándose del camino y siguió avanzando durante unos 20 minutos más rodeando la costa.

Detuvo la moto cerca de un acantilado, por un lado se veía la extensión del mar y por el otro una gran pared de roca que formaba un precipicio. Aseguró con una cadena la moto entre algunas rocas y empezó a prepararse.

Cambió las botas por las aletas del traje, conectó la máscara con el tanque de oxígeno y colgó en los ganchos del chaleco una linterna, brujula y cámara.

Comprobó una vez más que todo estaba bien puesto y se dejó caer de espaldas hacia el agua.

La fría temperatura lo recibió, pero unos minutos después de empezar a nadar se acostumbró, también el traje de neopreno ayudaba bastante para mantener su temperatura.

Mcka tocó la pared de roca a su lado y miró hacia abajo, mal consejo si tenías vértigo, pero para él era ya como un simple paseo, encendió la linterna y nadó hacia abajo, siempre al lado de la extensión de roca.

Desde que tenía memoria siempre le había gustado el mar. De niño soñaba con ser biólogo marino, idol o futbolista.

Y se preguntarán ¿Cómo acabó estudiando administración de empresas? Cosas de la vida.

De todas formas no había perdido la atracción por el mar, luego de un tiempo, el buceo se convirtió en uno de sus hobies favoritos y con la práctica, se volvió cada vez más un experto.

Un banco de peces pasó nadando a su lado y sonrió viendo a lo lejos lo que parecían dos delfines, miró al rededor y comprobó el reloj donde también se marcaban los metros de profundidad.

— Ya debería estar cerca... — Pensó comprobando que había bajado ya 34.2 metros de profundidad, sentía los músculos entumecidos después de tanto nadar.

Apuntó con la linterna y encontró una extensión de coral que se iba perdiendo por un agujero, nadó hacia allá y se metió. Aunque era bastante pequeño, había suficiente espacio para que pudiera nadar sin problema.

15 minutos después, tratándose el agujero de una pequeña entrada, desempocó en una cueva marina. Mcka la había descubierto hace algunas semanas atrás y desde entonces siempre que buceaba tenía la necesidad de llegar hasta allá.

Se acercó a la orilla y se quitó la máscara tomando una respiración profunda, el aire resultaba muy denso a esa profundidad y su cuerpo necesitaba unos minutos para adaptarse.

Salió del agua apartándose el cabello de la cara y se quitó el pesado tanque de oxígeno, con la cámara tomó fotos de toda la cueva, que de alguna forma también tenía una suave luz natural, no era suficiente para que consiguiera ver sin la linterna pero le daba un toque mágico. Después se sentó a descansar mientras examinaba las fotos.

Cuando Mcka descubrió aquella cueva se sintió muy feliz al pensar que era el primero en estar allá, pero luego de volver unas veces más se dio cuenta de algo, algunas cosas siempre cambiaban de lugar.

Por un momento estuvo confundido, pensando que quizás otra persona exploraba la cueva, pero estaba seguro de que él era el único. Luego pensó que era a causa de la marea, pero también lo descartó por la forma en la que encontraba que estaban colocadas.

Su última teoría, era que se trataba de algún animal, pero tampoco había conseguido encontrarlo.

Miró una de las fotos que había tomado dos semanas antes y luego miró al frente. Esas conchas no estaban ahí antes. Escuchó un movimiento en el agua y le pareció ver una aleta, de inmediato iluminó la zona con la linterna.

¡Delfines! — Eso daría una explicación más lógica a toda la situación, se volvió a colocar el tanque y la máscara, metiéndose de nuevo en el agua.

Aparte del agujero por donde había entrado, la cueva contaba con varios pasillos de diferente grosor y longitud, ya había explorado dos o tres antes, sin pensarlo mucho nadó hacia donde había creído ver la aleta.

Mientras fuera, en la superficie, una pequeña llovizna empezaba a caer.
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Disculpen los posibles errores ortográficos, siempre reviso los capítulos antes de publicarlos pero a veces se me escapan algunos.

Nos vemos la próxima semana 😚.

Gracias por leer 彡.

Atte.: TadomiUnix
☆★

⸱ ͘ ࣭⸰Under the sea彡[4mix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora