Capítulo 4

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Para Folksong se había vuelto costumbre ir a esa cueva cada vez se sentía ansioso o estresado, cada vez que se quería alejar del bullicio o cada vez que necesitaba un tiempo a solas.

Hacía bastante tiempo que no iba y, un día cualquiera, mientras estaba dormitando agusto sobre la arenisca del suelo, su instituto le alertó de algo. Levantó la cabeza y entonces sintió movimiento, alguien más estaba entrando en la cueva.

Frunció el ceño viendo la silueta acercarse, sus ojos tenían la capacidad de adaptarse sin problema a la oscuridad, pero aún así no podía distinguir bien el rostro del otro.

¿Sería Ninja? Quizás tenía algo importante que decir, pero no. En cuanto una luz artificial iluminó de lejos la cueva, Folksong supo que tenía que salir de ahí lo más rápido posible.

La entrada estaba bloqueada, por lo que no tuvo otra opción que desviarse por uno de los pasillos de la cueva, sin otra opción que quedarse ahí escondido en lo que esperaba que aquel intruso se marchara.

Las siguientes tres horas siguientes fueron las más largas que Folksong hubiera vivido, un revoltijo de sentimiento lo recorría mientras trataba de fusionarse con la pared.

Terror, miedo, ansiedad, culpabilidad, nerviosismo y arrepentimiento no le abandonaron hasta que al fin aquel humano se marchó y él pudo salir, nadando lo más rápido que pudo, decidió no volver jamás a ese lugar.
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Fueron dos semanas, dos largas semanas en las que Folksong no volvió a acercarse a la cueva, con un aura de ansiedad siempre presente en él que incluso Ninja pudo notar, pero como cabe esperar, siempre que se lo preguntaba, respondía mintiendo.

Ahora, mientras nadaba con nerviosismo hacia la cueva, trataba de encontrar una excusa razonable para engañar a su propio cerebro.

Con el paso del tiempo las sirenas y tritones habían aprendido a adaptarse a los humanos, con su tecnología avanzando día a día, cada vez tenían más recursos para explorar el mar y el océano, ni si quiera las temidas leyendas marinas eran ahora suficientes para mantenerlos alejados.

Y lo que seres como ellos habían aprendido después de todo ese tiempo, era que el ser humano tendía a destruirlo todo a su paso, peor con  las cosas que no entendía.

Si eran capaces de maltratar a otros de su propia raza, simplemente porque hablaban un idioma diferente o por un color de piel distinto... ¿Qué harían con ellos?

Así que no era una prohibición oficial, pero sí una norma no escrita, algo que nadie se cuestionaba y que todo el mundo cumplía: evitar a toda costa el contacto con humanos.

Fácil de comprender y cualquiera con un mínimo de sentido común lo cumpliría.

¡¿Entonces por qué mierda estaba entrando justo en la cueva donde recientemente había visto a un humano?!.

Digamos que en la balanza entre el temor y la curiosidad, la curiosidad acabó ganando.

Una vez en el lugar, Folksong agudizó sus oídos y al no escuchar nada sospechoso entró, una revisión rápida y todo estaba igual, se sentó en la orilla y esperó con los nervios a flor de escamas.

No supo en qué momento se quedó dormido, pero cuando despertó ya estaba anocheciendo, el humano no había venido aquel día.
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El joven tritón visitó frecuentemente la cueva, día tras día, pero no fue hasta el final de la semana, mientras Folksong admiraba algunos cristales incrustados en la roca, que el humano apareció por la entrada.

Dos meses después Folksong ya sabía que eran los fines de semana cuando aquel humano salía a explorar el mar y llegaba a la cueva, aunque a veces eso no ocurría y por una extraña razón se decepcionaba y volvía triste al nido.

Y es que había adoptado la extraña costumbre de observar al humano, como alguien que viera por primera vez un animal exótico. Una chispa de emoción y adrenalina para la vida generalmente monótona del tritón.
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Este día Folk se levantó alegre y lleno de energía, era fin de semana, lo que significaba que el humano iría a la cueva, la semana pasada no lo había visto y su humor no había sido el mejor.

— Linda sonrisa — Habló Ninja llegando hasta él, los últimos días lo había notado decaído — ¿Algo especial para hoy? —.

Folksong alteró al escucharlo de repente, su plan había salir sin hacerse notar, se giró y sonrió tratando de disimular sus nervios.

— Emm...no, s-solo saldré a nadar un poco, el arrecife de coral está cambiando de color y quiero recoger algunas flores...? — Habló rápido y dudoso nadando lento hacia la salida.

Ninja alzó una ceja, analítico y se cruzó de brazos.

— Sé que me estás ocultando algo, pero por ahora lo dejaré pasar, solo te pediré que, por favor si se trata de algo peligroso mantente alejado ¿De acuerdo? —.

Folksong asintió repetidas veces y antes de que Ninja pudiera añadir algo más ya se había largado.

Las sirenas y tritones vivían todos en el aqhąrist, nombre que recibía el lugar donde vivían. El lugar se formaba de grandes estructuras de piedra, roca, vegetación y corales, básicamente, una especue de arrecife tamaño ciudad.

Para instalarse crean cuevas o "madrigueras", que pasan a ser sus casas, lo que viene a ser un nidjø. Cada nido tenía su tamaño, y aunque desde fuera la entrada se veía pequeña el interior era más grande. Ninja y Folksong compartían nidjø, pero cada uno tenía su respectivo espacio.

Siguió nadando con una sonrisa hasta que ascendió a los 35 metros y buscó la entrada de la cueva.

— ¿Crees que vendrá hoy? — Le preguntó a un cangrejo que estaba saliendo de una pequeña grieta en la pared. Evidentemente el animal lo ignoró y siguió con su vida.

Mientras se entretenía con cualquier cosa, en lo que esperaba Folksong escuchó sonidos desde la entrada y se escondió, segundos después apareció el humano.

Varias veces Folksong se había preguntado qué podría llegar a pasar si el humano llegase a verlo, entonces con ese pensamiento en mente y sin meditarlo primero, movió ligeramente su cola llamando la atención del humano y empezó a nadar entre los pasillos de la cueva.

Cuando estaba aburrido él también exploraba la cueva, descubrió dos salidas nuevas, una que daba al bosque y otra hacia una playa, lo llevó hacia la primera sabiendo que el otro no habría conseguido descubrirla solo.

Cuando el humano volvió a meterse, Folksong lo siguió, faltaba enseñarle la salida que daba a la playa. Empezó a jugar con el humano, pero tan entretenido estaba que empezó a ser descuidado, por poco y lo alcanzaba.

Rápidamente buscó forma de esconderse y, siendo distraído y poco cuidadoso, se dió un fuerte golpe contra una de las paredes de roca.

Toda la cueva se sacudió y entonces Folksong supo que estaba jodido.
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Gracias por leer 彡.

Atte.: TadomiUnix
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⸱ ͘ ࣭⸰Under the sea彡[4mix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora