Estoy recostado en la motocicleta de Seth en el estacionamiento de la escuela, apreciando mi reflejo en los espejos retrovisores, todavía no me acostumbro a mi nuevo corte de cabello, pero aún así trato de que se vea lo mas decente que pueda, intento peinarlo una última vez con la mano, pero no hay mucho que hacer. Es un desastre.—Dejame ver si te estoy entendiendo —Dije haciendo una pausa para encender el cigarrillo que saqué de mi chaqueta —¿Te estás acostando con Patricia Silverman?
Seth y Will estaban parados al lado de la moto, cada uno comiéndose un burrito.
—Mas o menos, sí—Respondió Seth con la boca llena.
—Pero ella sigue siendo la novia de Marcus... —Continué diciendo —¿Eso no te convierte en algo así como... El amante? —Me reí. Esto me recordaba bastante a las telenovelas de mamá.
—Eso fue lo que yo le dije —Intervino Will después de tragar un gran bocado de burrito.
—Todos sabemos que Marc no la valora lo suficiente —Aclaró Seth a la defensiva.
—Si pero, ¿no te molesta que ella siga con él? —Dije soplando una nube de humo —Quiero decir ¡El tipo se la está cojiendo!
—Ella dijo que en cualquier momento iba a terminar con él —Habló Seth con la boca llena de burrito —Solo está esperando el momento adecuado para hacerlo.
—No lo sé, viejo —Dije arrugando la frente —No quiero que esto termine mal.
Por un lado estaban Seth y William, que eran mis mejores amigos en todo el puto mundo y los únicos por los que me arriesgaría a hacer cualquier estupidez que se les ocurriera sin pensar en las consecuencias que eso pudiera traer como resultado. Pero por el otro,estaba Patricia, a la cual conozco desde que usábamos pañales y a quien considero prácticamente una hermana por haber crecido juntos. No
sería justo para nadie que me pusieran a elegir un lado. Lo más sano en una situación como esta sería no meterme.—Ahí vienen ellas, ni una palabra al respecto, o los mato —Nos amenazó Seth.
Judd y Patricia atravesaron el agujero en la cerca (o como me gusta llamarlo "El trasero de Dios") y caminaron desde atrás del basurero hasta nosotros. Judd traía una bolsa de papel en las manos con el lobo
de Bassem, yo las había enviado a comprar papas fritas.—Hola señoritas —Las saludé mientras fumaba.
Extendi la mano para que me entregaran mi comida.
—¿Qué demonios estás haciendo? —Dijo Judd molesta al ver el cigarrillo en mi mano.
—¿Tú qué crees? —Respondí dejando salir el humo por la nariz.
—¿Desde cuando estás fumando? —Me reclamó con el ceño fruncido.
—Desde siempre —Dije riendo, no entendía su drama —Así me conociste, por cierto.
—Sí, pero... —Se cruzó de brazos —Lo habías dejado.
—Bueno, pues volvió— Dije encogiéndo los hombros —¿Estás molesta? Antes no te molestaba.
Los chicos nos observaban silenciosos, era la primera vez que Judd y yo discutíamos en público, mejor dicho, esta era la primera vez que discutíamos por algo, punto.
—Por supuesto que estoy molesta —Atacó con seriedad —Pasas todo el verano sin hablarme y ahora te apareces aquí fumando otra vez y simplemente dices que "volvió".
—Ya te dije no tenía cobertura en la isla —Dije con tono irritado —Además, no me parece que me estés reclamando lo de fumar, sí, lo dejé, pero volvió, fin de la discusión.
ESTÁS LEYENDO
Robando la Corona
Teen FictionChip, se convirtió en la peor versión de si mismo. Alan, pensó que lo peor ya había pasado. Y Seth, es lo peor que te puede pasar. Una historia repleta de secretos, misterio y problemas que van más allá del simple hecho de ser adolescente.