Quiero contarles lo que ven mis ojos y lo que percibe mi cuerpo a pesar de sus dolencias y pensamientos:
Voy caminando por el centro de la ciudad, más específicamente atravesando la plaza de Caicedo la extensión de su calle. Este día, día de las velitas, muy a pesar de la pandemia, del covid o la enfermedad que la actualidad nos atañe, muchos llevamos tapabocas, pero eso no ha impedido a nadie salir a la calle a comprar, a vender, a socializar o simplemente pararse en la plaza a ver pasar el día o alimentar las palomas que llegan a graznar*
El semáforo rojo indica que los vehículos se deben detener y los peatones podemos cruzar. Veo entonces una señora que lleva de la mano a un hombre de la tercera edad queriendo cruzar la calle, el señor no está muy seguro, ella lo hala un poco y así decide pasar al otro lado. Luego, delante de mí va una chica con un cabello trenzado y color fucsia y blanco, es diferente, pero ella lo luce con naturalidad. A mi paso se escuchan los pitos de los carros y las motos, el ruido que genera el semáforo como guía para los ciegos, las voces de la gente, la arenga de los vendedores que invitan a comprar y los pajaritos cantar.
Llegando a la siguiente esquina, mientras pensaba en describir lo que veía, también ví como una señora le gritaba casi a manera de reclamo a un señor, algo relacionado con su madre; imagino que podría ser alguien que le quedó debiendo o la ilusiono o la engañó, pero estaba muy alterada, y mientras unos gritaban alentándola para que le pegara, otros gritaban que dejara la bulla.
El día se ha oscurecido después de mucho sol, parece que va a llover, yo me he sentado en el boulevard a escribir estas palabras, mientras pienso en que no me vayan a robar el celular. Estoy a un costado de la iglesia la Ermita, está pasando el camión de la basura, huele a basura jajaja, pero sigo escribiendo tratando de describir algo más.
Y luego, ahí están, un caleño y un coreano en la mitad del boulevardhaciendo algunos pasos de salsa mientras otro señor los graba. Que bella es miciudad, a pesar del caos, el tráfico y la enfermedad.
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Tejiendo Historias
RandomHistorias cortas que narran un momento preciso de inspiración en la ciudad, en la relación, en su vida, en las experiencias sexuales, en las profesiones y quehaceres de las personas que van por la calle