Mirabel como todas las mañanas era la primera en pie, habían pasado un par de meses desde que habían recuperado el milagro y las cosas habían mejorado mucho, su abuela se había abierto a la familia, su tío Bruno regreso a la familia, al principio se comportó de manera incomoda y asustadiza, pero al pasar los días se fue adaptando al ritmo de la familia, todos estaban mucho más relajados, Luisa se tomaba un día a la semana libre y el resto de los días solo se le permitía hacer un cierto numero de tareas, los primeros días ella misma iba con ella para asegurarse de que no se excediera, incluso ayudándola en ocasiones, compartiendo el peso, los demás seguían casi igual solo que sin la presión asfixiante de las expectativas, la que más pudo relajarse con esto fue Isabela, pudo ser ella misma y disfrutar de su don, siempre probaba con flores y plantas nuevas, aunque por alguna razón esto también hizo que ella misma pasara más tiempo en la habitación de Isabela viendo como esta le mostraba sus nuevas creaciones, si bien Isabela ya no luchaba por la aprobación de la abuela, parece que ahora buscaba la aprobación de su hermana, pero suponía que con el tiempo dejaría de buscar la aprobación y haría las cosas solo por hacerlas.
Dolores por otro lado estaba increíblemente feliz con su relación con Mariano, sorprendentemente ambos se comprendieron y encontraron puntos en común, para suerte de todos nadie vio mal que ellos formaran una relación, al contrario, Isabela fue la primera en mostrar su aprobación y desearles felicidad, yo también los apoye y después de eso nadie tuvo ninguna queja.
"Casita ve sirviendo el café, mientras voy a despertar a los demás" me disponía a subir las escaleras cuando sentí que mi cabeza empezaba a doler y a dar vueltas, y me hubiera caído al suelo de no ser por que casita movió una silla para que me apoyara.
Las baldosas de casita se agitaron enérgicamente como si estuvieran preguntando si me hallaba bien.
"No te preocupes casita, fue solo un pequeño mareo, nada grave, bien me voy a despertar a todos" subí las escaleras y empecé por la puerta de Dolores, seguida de la de Luisa, Camilo, Antonio y así hasta llegar finalmente a la de Isabela, por alguna razón me sentía muy agotada, como si hubiera corrido una maratón, sentía mi respiración agitada pero me arme de energía para tocar la puerta de Isabela y despertarla, pero antes de tocar la puerta la puerta ya estaba siendo abierta mostrando a una ya arreglada Isabela con su vestido colorido y una flor amarilla en el cabello.
"¿Mira?, ¿estas bien?" yo solo asentí.
"Si, ¿por qué no lo estaría?" Isa me miro y enarco una ceja.
"Amm usualmente me despiertas antes de las nueve de la mañana, son las nueve y veinte" Mire el reloj de la pared y en efecto era tardísimo.
"Rayos... perdona la demora, no sabía que era tan tarde" La mirada de Isa estaba analizándome.
"Vamos, de seguro ya todos están desayunando" Le di una sonrisa cansada, sentía mi cuerpo bastante cansado.
Llegamos a la mesa y todos se encontraban ya sentados desayunando, la abuela nos vio llegar y enarco una ceja.
"Mirabel, Isabela, no es común que lleguen tan tarde para el desayuno" suspire.
"Lo siento abuela, fue mi culpa, hoy tarde mucho en despertar a todos" Abuela me observo al igual que todos.
"Querida ¿te sientes bien?, te vez muy cansada" Mi abuela demostró su preocupación.
"Descuida estoy bien" Forcé una sonrisa, parecía que había convencido a la mayoría ya que siguieron comiendo, pero en eso sentí que alguien tomaba mi mano y noté que Isa no se había despegado de mi lado.
"Mira, si no te sientes bien puedes decirlo" pude ver su preocupación.
"Comeré la comida de mamá y veras que me vere mucho mejor" le di una sonrisa más sincera que las anteriores y pareció tranquilizarla.
Nos fuimos a sentar como fuimos las ultimas en llegar nos tocó sentarnos separadas, pero eso no impidió que Isa me diera unas cuantas miradas, al igual que la abuela.
Mientras comía mi desayuno, empecé a preocuparme, ya que por más que comiera no parecía que mi cuerpo se sintiera mejor, al contrario, empecé a sentir el estómago revuelto y parece que mi rostro fue muy expresivo ya que tío Bruno que estaba frente a mí me hablo.
"Mirabel, te vez pálida..." Apenas dijo esto todos los ojos se fijaron en mí y yo sentía mi estomago cada vez más revuelto.
"Mija ¿qué ocurre?" mamá estaba empezando a preocuparse, pero realmente no podía preocuparme por responderle ya que estaba sintiéndome realmente mal.
Vi que la abuela iba a hablar, pero antes de que tan siquiera pudiera decir algo tuve que correr rumbo al baño y botar todo el contenido de mi estómago, a los pocos segundos pude sentir a alguien sujetando mi cabello de manera suave y sobándome la espalda.
Me limpié la cara y sentía que estaba lista para desmayarme, vi que quien me había seguido hasta el baño había sido mi mamá junto a tía Pepa y Dolores, de seguro los demás están fuera del baño esperándome.
Salimos del baño solo para sentir como Luisa me cargaba en sus brazos.
"Mirabel si no te sentías bien debiste decirnos" Abuela lucia preocupada.
"No pensé que se pondría tan mal, lo siento" sentía mi garganta rasposa.
"Luisa querida, lleva a Mirabel a su habitación para que descanse y se recupere" Luisa asintió.
"Lamento que tengas que hacer esto" Luisa me dio una sonrisa.
"Descuida hermanita, cuando te recuperes del estómago mamá te dará de su comida y estarás como nueva" le sonreí a Luisa.
Luisa subió las escaleras, siendo seguida de cerca por mamá y tía Pepa vi que Isabela y tío Bruno también querían venir, pero la abuela les pidió que informaran al pueblo que hoy me tomaría el día libre, lo cual considero excesivo, en un par de horas comeré la comida de mi mamá y me recuperare.
Luisa me dejo en mi cama y se sentó a mi lado con mi mamá y tía Pepa mirándome con preocupación.
"Amm saben que no me escapare, no necesito que me vigilen"
"No es eso, es solo que nunca te habías enfermado antes, tu papá y Félix si lo han hecho, pero ni tu ni tus hermanas se han enfermado nunca" tía Pepa asintió.
"Tu tío Félix ha estado un par de veces resfriado, pero ha comido la comida de Julieta y se recuperó al momento, Dolores, Camilo y Antonio nunca se han enfermado" Mi madre lucia preocupada.
"Ya verán que se me pasara apenas coma algo solo dejen que mi estomago se recupere"
"Si algo ocurre solo avisa a Dolores ella nos dirá" tía Pepa me dio un beso en la frente y salió.
"Vendré dentro de un rato, tu solo descansa" Mamá me dio un beso en la frente y también se marchó.
"Recupérate pronto hermanita" Luisa me dio una sonrisa y se marchó.
"Me acomodé en mi cama y decidí cerrar los ojos para descansar.
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¿Qué pasa cuando caes enferma en la familia Madrigal?
HumorMirabel cae enferma y descubre como su familia reacciona ante esto.