Siguiendo con su viaje por toda Unova sin un orden en realidad fue a parar a la ciudad más grande de la región, Ciudad Castelia, había descansado suficiente, se sentía con energía como para darle la vuelta a la ciudad, había terminado de visitar los puertos ahora tocaba las múltiples calles y edificios en su interior.
En este momento se encontraba pasando por Mode Street, la calle más ancha de Castelia y más transitada, apenas entrando y la avalancha de gente lo obligaba a moverse sin descanso.
Mientras andaba esquivando a quien podía veía los edificios y puestos.
De entre ellos uno era particular tanto que llamaba casi obligatoriamente la vista, el puesto desentonaba en su totalidad con los colores opacos del alrededor por el suave rosa y blanco que portaba.
La heladería Castelia.
De pronto se detuvo en medio de la calle observando aquel local, se metió en sus pensamientos y ya nada lo podía sacar de ahí.
La heladera Castelia...
¿Debería comprar uno?Siempre sintió curiosidad por el postre más popular de Unova, recuerda la primera vez que pasó por esta calle, tenía tiempo de sobra así que decidió acercarse al lugar, había bastante fila pero su antojo podía más que su poca paciencia así que para él eso era lo de menos.
Se posicionó detrás de la fila, el último era un hombre que acababa de salir de su trabajo y decidió tomarse un "descanso" en la heladería que curiosamente estaba llena de empleados de oficina, se encontraba hablando con alguien por teléfono, al menos eso le servía como entretenimiento en su espera.
Por lo que Hilbert pudo oír estaba arreglando un asunto con un compañero laboral.
No me gustaba ser entrometido pero en momentos donde uno no hace nada más que esperar turno toca mirar o escuchar su alrededor en busca de algo para escapar del aburrimiento.
Así es que sí, se enteró de casi todo el problema de la oficina, aunque no entendía ni un caramelo raro de lo que hablaban puesto que no sabía nada sobre ¿ingeniería industrial...?, ¿Mecánica...? Sabrá Arceus.
30 minutos pasaron y la fila no avanzaba, en ese momento maldecía tener 14 años y no poder ver lo que ocurría.
Oh vamos ¡Es un maldito helado! ¿Porqué se tardan tanto?, ¿Acaso nadie lo pide para llevar?
finalmente aquel trabajador colgó su teléfono antes de soltar un agotado suspiro que no pudiera escuchara su compañero.
Aprovechando que ahora el adulto se había desocupado llamó su atención dándole palmaditas en la espalda.
—Disculpe— Dijo un poco avergonzado.
El hombre dió un pequeño respingón acompañado de un grito ahogado, se dió la vuelta extrañado por la presencia del menor ¿Acaso no sabía que estaba ahí?
—¿Podría decirme que está pasando enfrente? En qué la fila no está avanzando—
—¿Vienes a comprar un Casteliacone? Ya no quedan pequeño, se han llevado el último— Contestó apenado el adulto.
—¡¿Qué?!— Literalmente era lo único que podía decir, incluso en su cabeza.
—Lo siento pero tendrás que probar suerte otro día— Finalizó el trabajador de la misma manera.
La sorpresa fue tan grande que estaba apunto de desquitarse en eso cruzó por su cabeza que no todo era su culpa, puesto que llevaba la cabeza hecha un desastre, aunque no lo hubiera dicho abiertamente se le notaba en su tono vocal en la llamada con su compañero.
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El chico de la Noria (Isshushipping)
FanfictionDespués de coronarse campeón ya no le quedaba nada, más que recorrer toda la amplia región de Unova a sus anchas, con ganas de explorar se dirigió a la ciudad Nimbasa para recibir una agradable sorpresa. 1.- Isshushipping N x Hilbert (Touya). 2.- N...