Capítulo 02

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Luego de aquella dolorosa mañana de domingo se decidió por esperar a su padre escondido de los niños, estaba avergonzado, no quería volver a salir a jugar con los niños y que le sucediera algo parecido nuevamente, esperó a su padre en silencio en un rincón de la iglesia hasta que por fin salió, se despidió de la señora Lee y fue al auto directamente.

Su padre por suerte no preguntó nada, estaba más concentrado en hablarle de lo simpática que era la señora Lee y de cuánto había hablado, resulta que su familia consistía en tres personas, ella y sus dos hijos, la verdad es que no le prestaba mucha atención a su papá, solo quería llegar a casa, sacarse el traje y ponerse algo cómodo, debía terminar sus deberes también y mientras antes los terminara, era mejor.

Por suerte había logrado terminar sus tareas, no a una hora prudente, pero al menos el día de hoy había logrado presentarlas a primera hora y con una increíble nota sobresaliente, era apenas el medio día y él se encontraba en la cafetería comiendo un sándwich, una botella de agua sabor a uva y una manzana que había comprado, estaba terminado un boceto de lápiz mina que la maestra había dejado pendiente debido a que la clase se había terminado antes por problemas personales que la maestra había tenido que salir a resolver.

—Hola Sunoo. ¿Qué haces?

El rubio levantó su mirada por unos segundos, sonriendo levemente al ver a su pelinegro amigo sentarse frente a él con su almuerzo en las manos.

—Un boceto de la clase de la profesora Choi. —Dijo él para luego darle una mordida a su sándwich mientras deslizaba suavemente el lápiz mina sobre la hoja dándole sombra y detallando cada parte. 

—¿Qué tal van las clases de Arquitectura?

—Bien, bueno... Llegó un compañero nuevo, espero no te moleste que lo haya invitado a comer con nosotros. 

—Dijo Beomgyu mirándolo para luego llenar su boca con comida.

—No me molesta, además, no soy dueño del lugar. —Dijo el riendo suavemente mientras observaba el paisaje que había hecho.

—Oh, ahí está. —Dijo el pelinegro levantando su brazo llamar la atención del chico que había conocido apenas ese día.

Sunoo miró al pelinegro por unos segundos para luego volver a arreglar algunos detalles de su dibujo esta vez dándole una mordida a su manzana, de reojo pudo ver como llegaba aquel compañero del que el rubio hablaba, pero no levantó su rostro, estaba sumamente concentrado a arreglar su trabajo.

—Sunoo, él es el chico del que te hable. —Dijo el pelinegro haciendo que el volteara a mirarlo algo ido. 

—Él es Lee Heeseung, es nuevo en la ciudad, se mudó hace poco con su mamá.

Sunoo giró un poco su rostro y vio al chico que lo miraba algo curioso, con una sonrisa en su rostro, lo observó en silencio por unos segundos para luego sonreía amablemente mientras inclinaba un poco su cabeza, ambos se observaron fijamente sintiéndose algo extraños inexplicablemente.

—Encantado hyung, espero que se acostumbré a nuestra universidad. —Dijo él sinceramente para luego hacer una pequeña mueca al notar que el alto chico no dejaba de mirarlo.

—Tu rostro luce bien después de todo, estaba algo preocupado. —Dijo el chico haciendo que él alzara un poco sus cejas sin entender muy bien de que hablaba. 

—Ayer cuando golpeé tu rostro te fuiste y no supe si estabas bien.

—Espera. ¿Cómo que lo golpeaste? ¿Dónde? —Preguntó Beomgyu frunciendo el ceño, aunque algo divertido.

Sunoo abrió sus ojos mientras sentía sus mejillas arder por la vergüenza, abrió un poco su boca sin saber que decir mientras escuchaba a los otros dos hablar.

Koi No Yokan | HeesunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora