Capítulo 04

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—Oh, señor Kim, que puntual. —Dijo la señora Lee sonriendo ampliamente. 

—Buenas tardes, cielo. —Dijo esta vez mirándolo a él con ternura, pero. ¿Por qué le hablaba como si se tratara de un niño? 

—Adelante, bienvenidos a nuestra casa.

Él observó a su papá entrar, por lo que lo siguió de inmediato algo nervioso, se puso junto a él encontrándose dentro con dos chicos bajando las escaleras, a uno ya lo conocía, pero al otro no, debía ser el hijo mayor, bajo su mirada por unos segundos y soltó un leve suspiro.

—Esto...

—Oh, señora Lee, trajimos un postre para no llegar con las manos vacías, espero que les guste, es una tarta de frutos rojos. —Dijo su padre interrumpiéndolo.

—No debiste molestarte, y por favor, llámame Hyori, no me trates de señora Lee todo el tiempo, SeoKyun. —Dijo la adulta recibiendo el postre haciendo que el menor colocará sus manos a sus costados. 

—Chicos quédense con Sunwoo, mientras nosotros preparamos la cena. ¿Sí?

Sunoo levantó su mirada mientras veía a su papá sonreírle y luego marcharse con la señora, algo avergonzado dirigió su mirada a los dos chicos viendo como el mayor de ellos le sonreía amablemente, mientras que el otro chico, a quien conocía, lo observaba de manera sería, ambos mantuvieron contacto visual por unos segundos, pero el otro fue rápidamente por el menor que se mantuvo en su lugar con algo de cautela.

—Soy Lee Jay, el hijo mayor, tú eres Sunoo, mamá lo dijo. — Dijo el mayor sonriendo de lado. 

—Él es Lee Heeseung, no tiene modales.

—Ya nos conocemos. —Dijo el azabache que lo observaba en silencio hasta ahora. 

—¿Quieres pasar a la sala? No es necesario que te quedes de pie en la entrada.

Sunoo asintió despacio para luego seguir al azabache más alto, pero a medio camino, el mayor de ellos se disculpó y regreso a su habitación, curioso observó la sala sonriendo levemente al ver algunas pinturas en las paredes, se sentó en un sofá con cuidado para luego sentir al mayor sentarse de golpe a su lado, algo sorprendido dirigió su mirada hacia él encontrándose con sus ojos de inmediato.

—Eres muy lindo. ¿Sabías? —Dijo el mayor girando un poco su cuerpo hacia él sin dejar de mirarlo. 

—Me alegra que no te haya hecho demasiado daño el golpe que te di, aunque no sabía que... jugabas a las escondidas con unos niños, de haberlo sabido no había salido del auto a ver qué pasaba.

¿Cómo sabía él sobre eso? No podía sentirse más avergonzado por cada una de las palabras que el azabache decía, por lo mismo desvío su mirada y colocó sus manos sobre su regazo jugando con ellas. ¿No tenía vergüenza o tacto con lo que decía?

—No jugaba... solo me escondía para que no me siguieran a todos lados esperando a que jugará con ellos o les leyera algún cuento...

—Entonces, vas a la iglesia, juegas y les lees a niños odiosos. ¿Acaso también eres parte del coro? —Preguntó el mayor sonriendo con algo de burla.

—No, yo... no. —Dijo él volviendo a mirarlo por unos segundos, sintiendo sus mejillas arder. 

—¿Podemos simplemente estar en silencio?

—No, no me gusta estar en silencio cuando hay personas con las que puedo hablar. ¿Es muy difícil para ti? —Preguntó el mayor curioso mientras apoyaba su brazo en el respaldo del sofá. 

—Eres un chico guapo. ¿Cómo es posible que no tengas amigos? Los niños no cuentan.

—Deja de mencionar a los niños... —Dijo él para luego tensar un poco su mandíbula guardando silencio por unos segundos. 

Koi No Yokan | HeesunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora