── capítulo cinco ❜

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—¡¿Por qué sigue vivo?! —reclamaba Jeongin— ¡Lo mate hace media hora al desgraciado! ¡¿Por qué aún se mueve?! ¡¿Este compro privilegios?!

Hace tres horas que Jeongin había empezado el juego en línea, y como rey autoproclamado de los juegos, le parecía una total vergüenza que esa basura siguiera con vida después de pelear con él.

Su honor como invencible estaba en juego.

—No creo que sea necesario llegar a tales extremos, debería poder transformarse en un par de años más, si, es un poco tardío, pero si hasta ese tiempo no ha podido cambiar de forma, entonces podremos preocuparnos, —dijo Jisung tratando de convencer al otro.

Ya habían pasado sesenta años desde que seguía a Minho y desde que este le convirtió, pero no era posible el cambio de apariencia a menos que se sepa a qué estirpes perteneces.

Y ese era precisamente el problema de Minho.

El vampiro sin raices. Le decían algunos.

Todos los vampiros comunes nacieron de las diez estirpes, cada noble tenía su línea y sus convertidos, sin embargo, no importaba que terceros y hasta quintos de su línea (es decir un convertido por un convertido, convierte a un humano) sea, siempre el noble heredero directo de la estirpe podía detectar quien tenía rastros de su escencia. Pero a Minho, ninguno de los líderes había podido reconocerle como suyo.

¡Muere, muere, muere!

—Si, se que aún tengo tiempo, pero no se sabe, podría ser que realmente sea un debilucho y por eso tardaré demasiado tiempo, o bien puede ser porque desconozco mi estirpe, no tengo quien me reconozca y haga la ceremonia —le hablo Minho desde la cama con apenas los pantalones puestos.

—Sea cuál sea la razón...

¡¿Cómo te atreves a cortarme un dedo?!

—Debe esperar hasta que llegue...

¡Ya verás hijo de...!

—El momento decisi....

¡¡Ah!!

—¡¿Por qué coño está gritando tanto?! —protesto molesto el rubio, que no podía terminar una oración sin ser interrumpido por el humano.

Minho suspiro. —Debe estar jugando de nuevo —comento.

Cuando el castaño jugaba se podían apreciar gritos y exclamaciones por casi todo el palacio, como si alguien estuviera siendo torturado.

Y para mayor molestia, la habitación de Jeongin se encontraba justo al frente de la de Minho.

El moreno podía dar de prueba el daño de sus tímpanos. Y aseguraba que ya empezaba ha acostumbrarse.

Jisung apretando los dientes, ya arto de tremendo escándalo por algo tan insignificante como un juguete para humanos, se ajusto los lentes y saliendo de la habitación de su amo, fue a invadir la de ese maleducado.

El maleducado que ellos habían criado.

Ya casi lo mataba, al enemigo se le estaba acabando las oportunidades y él estaba al cien por ciento. Ese era su poder.

De acuerdo al humano.

—Ya te tengo desgraciado, —comento para si con una sonrisa malvada y el mouse moviéndose a toda velocidad.

Y entonces, el monitor quedó en negro.

—¡¿Qué?! ¡¡No!! —exclamó sorprendido y frustrado el adolescente, tirando de sus cabellos y mirando con angustia el computador. Preguntándose que rayos había pasado.

      ᥫ᭡ 𝐕𝐀𝐌𝐏𝐈𝐑𝐎: 𝐄𝐋 𝐒𝐈𝐍𝐈𝐄𝐒𝐓𝐑𝐎 !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora