Todos tienen secretos

Capitulo 3

                                                                        NIKO

Adaptarme a esta nueva vida me va a ser un poco difícil. Se que todo son etapas, pero siento que todo son etapas malas en mi vida. Eso sí, me quito un peso de encima. 

En mi instituto tampoco me tenían como un ángel, casi todo el mundo estuvo presente en un momento muy jodido para mí. Ver a mi padre siéndole infiel a mi madre no es muy bonito que digamos, y yo aquí callado como una tumba.

Mi padre no sabe que le vi, ni tampoco que gracias a eso me metí en el mundo de la droga. Era un momento en el que no podía ni controlarme a mí mismo, solo necesitaba tranquilidad. La droga me ayudaba en eso, simplemente necesitaba alejarme de todo en aquellos momentos.

Cómo no, mi hermana se enteró. Siempre he creído que tenía una familia demasiado buena y pensé que Jenna no se lo contaría a mis padres, y así fue. Mi hermana siempre ha sido un gran apoyo en mi vida, me aconsejó y por ella intenté hacer un esfuerzo.

Estuve un año en ese mundo metido, sin poder parar. De repente mi vida se calmó y pude dejarlo, pero lo pasé realmente mal. Mi exnovia también me ayudó en eso. Para Jenna mi exnovia fue como una hermana mayor. Enserio llegué a creer que a Clara, que es el nombre de ella, le gustaba estar más con Jenna que conmigo. Eran muy apegadas, siempre fue así, hasta que llegó "el día". Así lo llamamos Jenna y yo.

Jenna estaba con un capullo que conocía del instituto, el también se metió en cosas muy chungas, y yo lo conocía realmente bien. Le avisé, él sabía que yo no quería que estuviese con mi hermana, pero aún así, un día se le ocurrió violarla.

Ocurrió una noche de verano, unas horas antes lo había dejado con Clara, estaba destrozado. Me había puesto los cuernos con uno de mis mejores amigos, y eso me dolió en el alma. Estaba bebiendo de todo lo que me ofrecían unos desconocidos en la barra de un bar alejado de la ciudad. Solo quería ahogar mis penas y beber, beber mucho.

De repente, me llegó un mensaje de Jenna. Me decía que fuera donde ella estaba, que tenía miedo. Me mandó la ubicación y fui directamente hacia el coche, quité el frio aire del coche y arranqué. Estaba claramente borracho, pero sobrio para cualquier cosa que le pasara a mi hermana.

El lugar estaba a tan solo 5 minutos de donde yo me encontraba así que llegué enseguida. Logré apenas ver al capullo del novio de mi hermana sujetando una navaja. Ella estaba tirada en el suelo casi desnuda. Me da miedo recordar lo que pensé en aquel momento, pero se me quitó la borrachera y actué. Me acerqué sin que él me escuchara y le tiré la navaja al suelo. Él actuó rápido, pero aún así conseguí esquivar su golpe, que iba directamente a mi estómago.

El mundo de la droga me hizo aprender varias cosas, como por ejemplo que las cosas podían llegar a torcerse y llegar a un punto en el que iba a necesitar pelearme. Andrew,  mi mejor amigo, me ayudó con eso. Toda su vida dependía del boxeo, le había ayudado a despejarse cuando sus padres se separaron y quién mejor para enseñarme unos cuantos golpes críticos que mi mejor amigo.

Le di en la cabeza y lo dejé tirado en el suelo, sabía que eso le iba a dejar unos minutos en el suelo, así que no dudé. Agarré a Jenna y la metí en el coche. No hablamos en todo el viaje, sabía que no era el momento de preguntarle y simplemente respeté el que no dijera nada.

Por supuesto, le ayudé con la ropa y la llevé a casa de Danna, no podía llegar a casa con ella en esa situación así que opté por llevarla donde Danna, ella sabría que hacer. Hice una llamada a mi madre para decirla que esa noche Jenna se quedaría en casa de Danna y me dijo que le dijera a Jenna que por la mañana a las doce se fuera para nuestra casa.