Capitulo 1

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¿Cuando fue la última vez que ella había  tomado un descanso?  recordaba que en su víspera de 15 años tuvo que dejar de lado cosas como la diversión, salidas con amigas o simplemente el quedarse en casa y dormir hasta tarde. Ese día su vida había tomado un giro de 180 grados y simplemente no había vuelto a vivir como una adolescente.

Sus ojos tan oscuros como la noche miraron al alrededor, la bulliciosa discoteca era algo extraño para ella.Deslumbrantes luces iban y venían dando un ambiente ambiguo al entorno, la música era una a la que no estaba acostumbrada y la verdad le era bastante irritante, el olor a humo y sudor era casi imposible de ignorar y el echo de que nadie tenía siquiera un mínimo de pudor al momento de coquetear era bastante...como decirlo, desagradable.

Podrían llamarla snob, pero el experimentar un ambiente como este le hacía pensar  que el no haber vivido una adolescencia "normal" fue lo mejor. 

Tratando de secar las pequeñas gotas de sudor que resbalaban por su frente, se recostó contra el sofá chaise longue de 4 plazas  ubicado solo en los cubículos privados del bar. Nunca habiendo experimentado algo como esto y sin querer pedir consejo a su mimada prima, ella había decidido vestirse con un suéter negro cuello de tortuga y una complementaria falda tubo de sólido color gris, formal y sofisticada. Ella sentía que ese era un buen atuendo, pero cuando cruzó las puertas de aquel lugar. No, incluso antes de entrar ella vio que estaba completamente equivocada.

La vestimenta para aquel lugar parecía no tener ninguno reglamento o siquiera un mínimo de compostura, escotes extravagantes, mini faldas, cortos vestidos o incluso blusones transparentes que no dejaban nada a la  imaginación, se sentía bastante extraña rodeada de mujeres tan..libres.

La copa en su mano hace un tiempo que se había vaciado así que mientras pensaba si debía perder el tiempo buscando otra o simplemente tomar sus cosas y marcharse, una voz dulce y melódica hablo a su oído.

-Prima Opal- Opal era el diminutivo que mi querida prima había dispuesto para mí, aunque no era algo que me agradará, hace tiempo que había perdido las ganas de corregir a su quisquillosa familiar.

Olivia tenía un temperamento infantil y dramático, fue criada bajo grandes mimos, eso junto a su piel tan blanca como la nieve y sus ojos azules como el cielo la hacían ver como un pequeño ángel, aunque era claro que en nada se parecía a uno.

-¿Que pasa? - evite mirar más halla de su cuello,el vestido rojo vino que se Ceñia a su cuerpo era muy revelador y no dejaba mucho a la imaginación.  Por breves momentos fui capaz de compararnos y de alguna forma sentí que como una mujer solo  un año mayor que ella, yo era demasiado mojigata ¿No?

-Desde que llegamos, no has querido salir de aquí- mechones rubios enmarcaban su rostro juvenil y encantador- realmente..- su mirada se dirigió a mi copa vacía. -olvidalo, por qué mejor no dejas que te busque otra copa.

Levanté la copa a contra luz  dentro de ella solo quedaban pocos rastro de líquidos carmesí-no, de todas formas ya me iba.

-¿Irte ?- su expresión pareció haber cambiado pero no podía asegurarlo, las luces del cubículo eran tenues y la oscuridad rodeaba un 80% de la misma.

- Si- suspiré al dejar la copa en la mesilla- vine aquí en primer lugar por qué fuiste muy insistente, ya cumplí con mi deber, así que me retiro.- acepte solo por qué ella y mi tío habían insistido demasiado en que me tomara un descanso -  aún tengo trabajo que hacer, no puedo seguir perdiendo el tiempo.

Cuando me dispuse a levantarme pude sentir como una mano no más grande que la mía me retenía.- Olivia..enserio- a diferencia de la mayoría de las personas, el comportamiento poco maduro y muy infantil de esta niña me era en lo personal, muy molesto.

- Por favor Ópalo,  si realmente te vas así solo demostraras  que lo que dicen las personas en el círculo, es cierto- fruncí el seño ante su comentario ella pareció darse cuenta de esto por qué de inmediato comenzó a explicarme, el por qué de su comentario -  ya sabes, esas cosas de que eres una mojigata, que a pesar de tan solo tener 25 años pareces una vieja cascarrabias y que aunque eres capaz  en el ámbito empresarial, en la cama serías un frío y duro palo tieso.

Comencé a reír, seriamente cuando terminó  de relatar  no puedo decir que no me sentía ofendida, pero más allá de eso estaba bastante divertida.

-¿De que te ríes?-

- Que esos comentarios parecieran cosas que dirían tus frívolos amigos en vez de  mis socios y colaboradores empresariales- retire mi mano de su agarre - después se todo a las personas del "círculo" les interesa más mi capacidad cerebral  y perspicacia que saber  que tan buena soy en la cama.- y dejando ese comentario me dispuse a irme.

-¡Espera! me estaba empezando a molestar, la mire - quiero decir ... al menos ten otra copa mas conmigo, por favor después de todo es mi cumpleaños.

Quise negarme pero al ver que ponía un rostro triste y agraviado me detuve.

- Solo una.- y con eso volví a sentarme.

- Si - y tan rápido como respondió salió corriendo.

Presioné mi frente con mis dedos tratando de aliviar el dolor de cabeza que parecía querer aparecer.

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