OBSESIÓN [ RinGry ]

capitulo unico.

Nota: no intento normalizar ni romantizar ninguna de las actitudes de los personajes, no los justifiquen por favor.

odiaran a rindou, les permito tirarle toda la mierda que quieran.

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Ran haitani, izana, kakucho, todo el mundo sabe que rindou odiaba a muerte a aquel muchacho de cabellos alborotados. Tan solo con ver la manera en que este se alteraba cuando souya pasaba podías confirmarlo, rindou suele ser inexpresivo, pero en el momento en que el kawata se cruza su expresión cambia radicalmente. Fruncía el seño y apretaba sus manos en un puño mientras maldecía a los cuatro vientos. Nadie se atrevía a cambiar su opinión, no podían arriesgarse.

Pero un día, mientras descansaba junto a su hermano en las alturas de un puente, rindou soltó algo totalmente increíble.

— lo voy a matar, no me importa pasar en la cárcel el resto de mi vida, no puedo soportar verlo muy tranquilo sabiendo que arruino mi reputación —el humo salia de su boca lentamente, con la mirada fija en su hermano— lo hare mañana, lo mas pronto posible.

A pesar de no haber nombrado a su futura víctima, ran supo a quién se referia con tan solo precenciar la cólera que desprendía. El chico río bajo, negando con la cabeza.

— ¿acaso no aprendes, rin? No quiero que vuelvas a esa pocilga —le recalcó, meneando sus piernas que colgaban del puente— solo debes controlarte, no es tan difícil.

— tu no lo sabes hermano —su voz salió ronca, detestable y apática, tal y como se sentía. Lanzó con repudio la colilla de cigarro y en un segundo se irguio hasta quedar con los pies en el pavimento— no sabes lo que ese imbecil provoca en mi.

— rin —suspiró el mayor, apoyando la palma de sus manos a sus espaldas, observando al rubio desde el suelo— te lo advierto, te arrepentiras.

"Te lo advierto", rindou conocía muy bien esa palabra, y por eso, podía asegurar que para su hermano significaba otra cosa. Era común que ran lo apoyara en todo, despues de todo era su hermano. Si rindou se metía en problemas, el tomaba toda las responsabilidad, aunque se halla mandado la cagada mas descomunal de todos los tiempos, rindou puede asegurar que su hermano lo tomaria de la mano para cargar junto a el con toda la culpa. Era así, y por muy injusto que fuera no cambiaría, era su única manera de demostrarse afecto, siempre lo fue el apoyarse entre si.

— ¿me ayudaras?

— lo haré —apretó sus labios en una linea, dudaba— para eso están los hermanos.

Pero nadie era consciente de lo fatal que acabaría todo esto.

Rindou hablaba en serio. A la mañana siguiente fue el primero en levantarse, actuó normal, se sirvió desayuno y fue a la escuela como si fuera cualquier día. No era notable su miedo, ni todos esos sentimientos que lo envolvían de una manera exquisita. En ocaciones, hasta se atrevía a sonreír, imaginando todos los posible panoramas del terrible incidente que provocaría. ¿todos se enterarían, saldría en las noticias? Rindou esperaba que fuera así, el necesitaba que cuando todos esos imbéciles se enteren de lo que le haría al kawata, se dieran cuenta de lo temible que era rindou haitani.

Debían temerle, incluso mas que a ran.

Lo destrozaría.

Lo humillaría.

No era la primera vez que asesinaba, pero por alguna razón, esta vez se sentía diferente.

Era especial.

Desde que era un niño estuvo acostumbrado a este tipo de ambiente tan violento. Después de todo, si hay hambre, robas comida. Si te falta ropa, le robas las prendas de vestir del colgador del vecino. Y si una cucaracha se atraviesa en tu camino, la pisas. Era así de sencillo, no habia que complicarse tanto la vida buscando otra alternativa. Souya kawata se atrevió a dejarlo en verguenza en frente de cientos de delincuentes, era una piedra en el camino, una vil cucaracha que debía ser eliminada lo mas pronto posible. Y con toda las ganas del mundo, rindou tomaría la responsabilidad de arruinarle su vida.