Revenge |Justin Bieber|

Capitulo trece.

POV's Selena.

Luego de diez minutos llegue al hospital, llame a Lilly para que me esperará a fuera, estacione mi auto y camine hasta la entrada, viendo ahí a Lilly.

—¿Que paso? — pregunte preocupada.

—No losé Justin, trajo ayer en la madrugada a Ryan y no nos a dicho que le paso...— Lilly me fue contando lo sucedido.

Llegamos donde estaban todos, Cody, Nash y una chica que se me hacia conocida, que lloraba desconsoladamente. Mierda, es ella... la novia de Justin.

Me acerque a Cody y lo salude lo mismo hice con Nash, la chica ni siquiera me miro, no paraba de llorar, me senté en una de la banca con Lilly.

Dos minutos después,el ascensor de en frente se abrió, viendo a Justin salir de el. Me miro y en seguidas la chica se lanzo a sus brazos a llorar.

Justin la abrazo con sus enormes y tatuados brazos, entregándole una soda a la chica, ella se la recibió.

Justin se acerco a los chicos yo y Lilly estábamos conversando de algunas cosas.

—Ella es Jennifer la hermana de Ryan...— murmuró.

—También la novia de Justin...— terminé.

Le conté todo lo sucedido de ayer y ella siquiera se inmuto, creo que ya sabia que Cody era un corredor. Reclamé por no contármelo.

Luego de media hora aparece el doctor, Jennifer se paró e intercambio algunas palabras con él y lo siguió hasta la habitación de Cody.

Justin y yo, ni siquiera nos habíamos saludado, quería pedirle perdón por lo del otro día, se que fui muy mal educada y no acostumbraba ser así.

—¿Quieres un café? — Lilly pregunto.

—esta bien...— acepté dándole una leve sonrisa.

Ella y Cody bajaron por el ascensor, mire al lado y estaba Justin y Nash, volví mi vista al frente, comencé a mirar mis uñas y a pensar.

—Hola... — escuche aquella voz ronca que solía reconocer en segundos.

Mire hacia alado y Justin estaba sentado a mi lado.

—Hola — sonreí.

—Y-yo... yo quería disculparme por lo del otro día...— hablé, pero interrumpió.

—no, no te preocupes... esta bien — no se veía con ánimos, estaba diferente, frío y triste.

—No, es que fui una mal educada no debí tratarte así...— me gire a hablarle, sus ojos avellanas me observaban con tranquilidad, pero también demostraban tristeza.