Cuando todo acabo Asta tenía una herida en la palma de la mano, sin embargo el capitán de los toros negros y uno de sus reclutas habían dejado la vida.
- tire la primera torre- pensó el pelicenizo volviendo en dirección a la base de los toros negros con una sonrisa de satisfacción en su rostro.
Nadie se había percatado de que Asta se había ido, era básicamente una incógnita envuelta en un aura de misterio.
Cuando "salió" de su habitación Asta aún tenía el corte del capitán en la palma de su mano.
Al bajar a tomar más alcohol se encontró con Noelle.
- hola Noelle, ¿Cómo estás, aún te duele la cabeza?- pregunto de manera cordial el pelicenizo.
- si... Siento como si una estampida de jabalíes hubieran pasado sobre mí- respondió Noelle sobándose la cabeza.
La misión de Asta y Noelle fue temprano en la mañana, luego de eso Noelle estuvo inconsciente hasta la tarde cerca de la puesta de sol.
- ¿No gustas tomar?- pregunto Asta.
- en realidad... No, de hecho no se porque lo haces tú, tienes mi edad, ¿Acaso tus padres no te enseñaron que no debes tomar a...- Asta empujó a Noelle contra la pared.
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- ¡¿Q-que h-ha-ces A-asta?!- pregunto la peliplata muy nerviosa.
- no menciones a mis padres- respondió el pelicenizo a escasos centímetros de la peliplata.
Asta dejo a acorralar a Noelle contra la pared y volvió a su actitud tradicional.
- en fin, si no gustas beber podríamos entrenar, cuando perdiste el control de tu magia fue muy interesante de ver- añadió Asta.
