U N O

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La alarma sonó como siempre a la misma hora, 7:00 de la mañana, tenía que arreglar a mis hijos Harry y Ryan ambos gemelos o mejor dicho mellizos, nacieron el mismo día pero no son iguales, Harry el mayor por unos minutos era igual a su padre, un niño serio, impotente, intimidante, se creía todo un hombre de negocios y a pesar de su corta edad de siete años su padre lo lleva a la empresa donde trabaja y le enseña todo lo que un jefe hace. Ya que pronto heredaría una parte; en cambio Ryan era un niño tierno, curioso y a la vez tímido, por así decirlo era como yo. Ambos son de cabellera negra y con esos ojos verdes con azul que solo su padre tenía, Ryan era un poco pequeño de estatura y Harry era más alto que él.

Se me hacía tarde para hacer el desayuno, me levanté de la cama y ví que Aidan no estaba en la cama, pero el sonido de gotas caer me hizo darme cuenta que estaba en la ducha. Fuí por una bata que estaba en la silla frente a mi tocador, me la puse y me dirigí al closet que compartía con Aidan, saque el traje negro que se pondría Aidan hoy y se lo deje en la cama, anoche lo había planchado y no me era necesario hacerlo.

Salí de la habitación y me dirigí al pasillo frente a mi dónde estaban las habitaciones de los niños, está casa es grande, teniendo 6 habitaciones en la segunda planta, una cocina muy bien equipada y un comedor del otro lado separado de la cocina por una pared sin puerta, teníamos una sala de estar donde los niños permanecían jugando videojuegos. Aidan tenía un gran despacho donde también tenía la biblioteca, a veces cuando mis hijos no están suelo leer libros que siempre a escondidas de Aidan, ya que a él no le gusta que yo entre a su despacho, según dice interrumpo su privacidad.

Llegué a las dos últimas habitaciones, cada una frente a frente, me acerque a la puerta de la derecha y gire el pomo dejándome ver a ese pequeño de ojos verdes y el ceño fruncido.

—Llegas tarde mamá. — Ese común carácter serio era de más mas y menos que Aidan, él ya estaba vestido con ese uniforme azul marino del colegio y su mochila colgaba ya de su hombro. — Iré abajo. —el niño pasó por mi lado y se fue directo a las escaleras. Harry siempre era así, un niño muy formal y con esa postura recta, lo vuelvo a decir igual que su padre.

Me gire a la otra puerta y la abrí esperando ver lo mismo de siempre, el pequeño Ryan durmiendo aún abrazado a esa cobija que nunca soltaba por la noche, sonreí al ver lo tierno que mi hijo se veía durmiendo así, escuché una puerta cerrase y voltee a mi lado viendo al otro pasillo donde venía caminando ese hombre alto de 1.80 aproximadamente de cabellera castaña y esos imponentes ojos verdes que me veían serios. Aidan ya estaba arreglado con ese traje que le dejé en la cama, siempre me enamoraba más de él cuando usaba esos trajes, me dejaba ver su cuerpo bien formado a pesar de la tele, se veía sexy en pocas palabras.

— Buenos días. — dijo con esa voz gruesa y varonil, yo me sentí intimidada y le sonreí nerviosa de lado.

— Buenos días, Aidan. — le respondí y él desapareció por las escaleras.

Siempre con cualquier cosa que hiciera Aidan me sentía enrojecer a más no poder, siempre estuve más perdidamente enamorada de él, aunque nos hayamos alejado un poco.

Reaccione al ver a mi hijo cambiarse de posición y caminé hacia él, le quite la colcha que lo tapaba y le comencé a darle besos en la cara haciéndolo reír aún con los ojos cerrados, yo sonreí y comencé a hacerle cosquillas haciendo que al fin abriese los ojos, esos bellos ojos verdes mezclados con azul.

—¡Para mami, para!— gritaba mi pequeño riéndose a carcajadas, daba grititos y luego seguía las carcajadas. Unos dos roncos carraspeos hizo que pararamos, me dí la vuelta y ví a Harry y a mí esposo con cara sería, notaba cierto celos en los ojos de mi hijo Harry, le sonreí al verlo así, nunca se ponía celoso.

My husband's Lover (✔️)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora