Capitulo 1

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"Tu miedo impulsa a la falsa valentía de otros. Desordena tus objetivos para alinear los suyos, para mantenerte bajo su radar. Cuando comprendes que eres dueño de tu vida y elecciones, es cuando el miedo se asusta y huye. Cuando la falsa valentía de quienes te atemorizaban se desmorona"

Bleu

La noche de los muerto vivientes.

La tenue luz del poste es lo único que ilumina la oscuridad de la noche en la que me encuentro sumergida.

Me rodeo con mis brazos intentando darme calor. Tengo la ropa empapada debido a la tormenta que acaba de concluir, y estar cerca de la playa no ayuda mucho que digamos. Pero la humedad de mi rostro no es culpa de las espesas gotas de lluvia, si no de mis lagrimas.

Si, lo sé, sueño patético, pero es la realidad.

Llevo más de dos horas sentada en una banca, completamente perdida. Pero la causa de estar llorando como idiota es que me han robado.

Jerry y Lydia, una pareja de idiotas que se ofrecieron a llevarme cuando me vieron buscando un taxi en el aeropuerto, me han dejado tirada en el medio de la ruta, claro, no sin antes robarme.

Me habían dicho que no me cobrarían el viaje y que me ayudaban ellos conocían mejor que nadie estos lados de Australia. Realmente parecían honestos. Supongo que ya debería saber que la confianza es algo que se otorga luego de un largo tiempo de conocer a una persona, y no al instante de hacerlo. Les conté resumidamente mis planes y mi necesidad de venir a Australia, también les conté—grave error—que no había comido nada desde hace 12 horas ni ido al baño por los nervios, a lo que se ofrecieron a llevarme a una gasolinera para que comprara comida e hizo mis necesidades. Solo bajé con mi mochila pero las valijas las dejé en el auto.

Por supuesto que cuando salí ellos ya no estaban ni tampoco mi equipaje. Hijos de puta. El gran problema era que mis tarjetas de crédito y debito las había dejado en casa porque no podía usarlas, y mis ahorros estaban en un frasco dentro de una de las valijas. Así que aquí estoy. No tengo dinero, apenas tengo algo de ropa en la mochila, y no sé dónde demonios me encuentro.

Con las yemas de mis dedos trazo suavemente mi tatuaje en la muñeca. "¿Cómo iluminarás tu presente si vives en la oscuridad de tu pasado?".

Me lo hice cuando tenía 15 años, cuando miraba Skins y me creía rebelde, no critiquen.

Recuerdo perfectamente la expresión de mamá, una mezcla entre horror, enfado y decepción. Sobre todo enfadado.

Ah, mamá. ¿Qué estarás haciendo en este momento?

Recuerdos de hace dos días se azotaron en mi cabeza.

—¿Qué se supone que quieres que haga, mamá?

—Lo que sientas correcto, cariño.

En ese momento escuché la puerta de la habitación abrirse y al darme vuelta me topé con un rostro carente de emociones. Sentí a mamá tensarse a mi lado y yo me levanté de un golpe, guardándome el papel que me había tendido en mi bolsillo.

—Bleu — me espetó con voz fría, como es común en él.

—Lu...— me frené en seco al darme cuenta que estaba por llamarlo por su nombre—. Papá.

Entornó la mirada entre mamá y yo, como si pudiera notar la tensión que se alcanzará con su aparición. Jodido imbécil.

—¿Por qué no deja que tu madre descanse? —Sabía que mas que una pregunta era una orden—, la medicación la debilita.

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