Want To Be

Party night

— Vamooos, un minuto más y los saco de una patada en el culo.

Son las 9:57 pm y Taeyong se pregunta porqué accedió a reunirse con esa bola de degenerados para arreglarse e ir juntos a la fiesta. Sinceramente, los gritos constantes de Ten y el ver apresurados a todos los demás, lo pone más nervioso que la hora en sí.

— Cierra la maldita boca, tú no sientes presión porque estás en eso desde las seis de la tarde.— Taeil suelta con un bufido, y Taeyong agradece que lo haga, porque la atención se desvía de él y su intento de terminar su maldito delineado.

— Fui más inteligente que todos ustedes. — El tailandés replica.— De todas formas, ¿puedes apresurarte Yong? Te esperaremos en la camioneta.

Ahora todos lo están mirando de nuevo, y él se encuentra bajo presión otra vez. Casi puede sentir los escalofríos que recorren su columna por el desagradable sentimiento de estar decepcionando a sus amigos por sus tonterías.

Está a nada de soltar la brocha que sostiene entre sus dedos y borrar su progreso para resignarse a no llevar nada de maquillaje, después de todo, no es como que lo necesitara... lo quería, pero no lo necesitaba, ¿O sí? Inconscientemente sus ojos viajan de forma rápida a las toallitas desmaquillantes que se encuentran frente al espejo, lo considera, y aunque no le encanta la idea, probablemente resulte mejor.

— No es necesario.— Yuta interviene, haciendo que Ten se gire en su lugar.— ¿Por qué no se adelantan? Taeyong y yo los seguiremos en un momento, me quedaré a acompañarlo e iremos en mi auto.

El de cabello morado no está seguro de si están saliendo brillitos de sus ojos ahora mismo, pero siente que en cualquier momento podría llorar glitter.

El tailandés le da una mirada rápida con una ceja alzada, una sonrisa juguetona se desliza por sus labios y finalmente asiente mirándolos con complicidad. ¿Qué carajos está pensando como para pasar a mirarlos así?

— Bien, los dejamos solos.

Ten, Taeil, Jungwoo y Sicheng cruzan la puerta de su habitación y ambos pueden escucharlos alejándose hasta que la puerta de la casa está siendo abierta.

— ¡No se despeinen! — Y después de eso hay silencio por primera vez en dos horas.

Todo podría estar bien ahora, si no fuese porque Taeyong siente sus orejas calientes y su corazón latiendo con tanta velocidad que pareciera que hubiese corrido el maratón del año.

— No tienes porqué quedarte, si quieres irte puedes hacerlo, yo iré más-

— Continúa con lo que estabas haciendo. — El japonés lo interrumpe, mirándolo de una forma que hace que él quiera esconderse debajo de las mantas de su cama, donde Yuta estaba sentado ahora mismo, porque creía que en cualquier momento se podría dar cuenta de su corazón queriendo salir de su pecho.

— No quiero retrasarte por una tontería, yo-

— No es una tontería, Taeyong. Me mostraste el maquillaje que querías hacerte mientras estábamos en el salón, ¿No? Si te gusta, terminalo. Aunque, si sigues pensando en que deberías quitártelo, puedes hacerlo también. Te ves increíble ahora mismo, hasta con esa mancha de sombra en tu párpado.

Una sonrisa burlona acompaña la mirada afilada del peliblanco mientras se dispone a cortar sus palabras nuevamente. Taeyong no le presta mucha atención, porque se gira inmediatamente para verse en el espejo y comprobar las palabras del otro.

— ¿En qué momento...? Ah.— Frunce sus labios en una mueca de desagrado mientras toma un hisopo y comienza a limpiar el área, pues efectivamente se había manchado con una sombra que no tenía idea de dónde había salido.