Fue quizás el sonido de las aves que lo acompañaban cada madrugada mientras buscaba las llaves de su casa, con sus dulces cantos, melodiosos silbidos y suaves murmullos que no cesaron tras cruzar el umbral de la puerta. O el abrumador pero elegante olor a pinos, manzana y madera que le daba la bienvenida a su pequeño y modesto hogar, tibio y acogedor gracias al calor que proporcionaban los primeros rayos de sol al entrar sin invitación por la ventana.
Pudo ser el silencio, la tranquilidad y quietud que inundaba la habitación; muy opuesto a la bulla, el movimiento y el gentío que abarrotaba la concurrida Sala de Emergencias en la que trabajaba como enfermero de turno cada noche. Mismo empleo que lo llenaba de inigualables recuerdos al recordar que fue en una noche similar, hace ocho años que parecieran un par de días, que escuchó por primera vez la contagiosa y tímida risa de aquel ángel de ojos claros que le enseñaría lo maravillosa que era la vida.
Era también la manera curiosa en la que la preciosa gata de ojos verdes que rescataron al comparar el lugar bajó de su torre para saludarlo con un gentil ronroneo, mientras dejaba sus cosas en el mueble de la entrada. El suave tacto de su frondoso pelaje, y el sano brillo que lo acompañaba y que se distanciaba del apagado semblante y la terrosa apariencia que tenía cuando la llevaron por primera vez a casa.
Debía ser la emoción de subir a su alcoba, y la envidia de toparse de nuevo con el sol, muy travieso e impertinente, acariciando con terneza el rostro de su amado, iluminando no sólo la suave y ligeramente ruborizada piel de sus mejillas, pero también el cabello rubio que bajo la luz era dorado y etéreo.
El poder sentarse un momento a un costado de la cama y encontrar entre las cobijas la pequeña figura de su bebé con una maraña de oscuros rizos cubriendo su infantil rostro, mismo que ocultaba a medias en el pecho de su madre mientras dormían profundamente, envueltos en su ligero abrazo.
El tener la libertad de darles a ambos un casto beso en la frente, y ver a su niña sonreír y abrir esos preciosos ojos zafiro por una fracción de segundo, para luego caer de nuevo en brazos de Morfeo. Y regresar a ver a su esposo, y encontrarse con la cariñosa y todavía adormilada sonrisa del rubio diciéndole 'hola' en silencio, mientras se apegaba un poco a su hija para hacerle espacio y que se acueste a descansar con ellos siquiera un par de horas.
Era definitivamente el abrazarlos a ambos mientras dormían; la diminuta y frágil manita de la bebé agarrando con firmeza su dedo índice, y los pies helados y desnudos de su marido enredándose en sus piernas. Era ese fragmento de tiempo poco después de acostarse y poco antes de levantarse, lo que le llenaba de dicha.
Minutos tan efímeros, y aparentemente insignificantes en comparación a las aventuras que compartían una vez que salían de la cama para empezar su día, eran los que generaban en el rizado la certeza de que todo era perfecto, y que la felicidad que necesitaba la tendría siempre en sus brazos y que jamás tendría que soltarla.
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᭙ꪮ𝓇𝒹𝓈 ꪮ𝒻 ℓꪮ𝓋𝑒 | ᴍᴀʏʟᴏʀ
FanfictionVarios one-shots, drabbles y pequeñas desvarianzas inspiradas por esta bella dupla, y palabras con significado que voy encontrando en Instagram xd. ... 🍨 One-shots (principalmente fluff) 🍨 El doodle de la portada no es mío, créditos a quien corres...