Siempre me sentí cómoda con los cambios, de chica tenia ilusiones irreales de mi futuro. Anhelaba ser libre, ser adulta, sin saber que la adultez viene sujeta de responsabilidades y esos cambios que antes me ilusionaban ahora vienen acompañados de incertidumbre y la inevitable toma de decisiones.
Luego de ese almuerzo entendí que mi vida iba a cambiar por completo y algo dentro de mí decía que no todo iba a estar bien.
Imagino que se preguntaran ¿Cómo afronte toda esta incertidumbre que me invadió repentinamente?
¡Fácil! Hice lo que cualquier chica con el corazón estrujado haría: pase tres días encerrada en la habitación de mi apartamento, evitando cruzarme con cualquier persona en el mundo. Créanme me hubiese encantado quedarme ahí hecha una bolita mientras consumía carbohidratos y chocolates de una manera monstruosa pero mi compañera de apartamento y mejor amiga de toda la vida, Samantha, no lo permitió y cuanto volvió de sus vacaciones me obligo a salir de la habitación.
Ella entro a nuestro hogar como un remolino, abrió de par en par la puerta que me protegía de los problemas exteriores y me fulmino con la mirada.
–Das asco –dijo con los ojos entrecerrados. – Y apesta horrible, saca el culo de la cama y ventila esta habitación.
No conteste. Ella insistió.
–Traje comida, mucha comida. – Sonrió.
Me levante de la cama disparada como un rayo, abrí las ventanas para que ventilara un poco la habitación porque realmente se sentía todo muy abombado y salí en busca de mas chocolates o pasteles o lo que encontrara.
Ella había dejado las maletas junto al sofá y ya estaba sirviendo las tazas de café. Nuestra sala y cocina eran de un concepto abierto, una isla que utilizábamos de mesa la dividía. El lugar era bastante amplio y para las dos era cómodo, práctico y temporal. Antes de volver a la ciudad nos comunicamos y acordamos que por unos meses era perfecto compartir piso, para ahorrar y establecernos en nuestros empleos sin preocupaciones extras.
Me acerque a la isla y me serví una porción de pastel de chocolate, tome unos cuantos bombones de la caja y le agregue crema y una barra de chocolate a mi taza de café. Samantha me observaba algo asustada.
–¿Tan mal te tiene la vuelta? – preguntó levantando ambas cejas. – Piensa que es como cualquier verano solo que esta vez no te vuelves a ir dentro de un mes.
– No es solo la vuelta... Matt ...– comencé pero ella me interrumpió.
– ¿Matt qué? –preguntó esta vez abriendo demasiado sus ojos.
– Es que tengo tanta mala suerte, es increíble – dije rápidamente como si me lo dijera a mi misma en vez de a ella. – Es amigo de Alex, encima me propuso matrimonio y... y ..
– No, no te creo – contestó riendo al mismo tiempo que negaba con la cabeza. – Estas bromeando porque no llegue a recibirte el primer día, yo sabía que te había molest... espera ¿Qué? ¿Matt te propuso matrimonio?
La mire a los ojos con total seriedad y negué con la cabeza lentamente.
-Alex, idiota, Alex me propuso matrimonio frente a toda la familia y amigos – exclamé. – Y ahora Matt está en la ciudad y es el padrino de mi boda y yo ... ¡YO NO PUEDO PARAR DE TRAGAR CHOCOLATE!
–Yo no entiendo como lo haces. Llegaste hace cuatro días a la ciudad y ya te metiste en problemas – comenzó a dar una monologo, ni siquiera me miraba, hablaba al aire haciendo ademanes. – Ni a los quince años eras tan problemática. Vamos a ir paso por paso, no quiero terminar con angustia oral como tu ¿se vieron?
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A destiempo
RomanceCuando Camile se reencuentra con el amor de su vida, su mundo se estalla. Todos sus planes se ven perjudicados por la presencia de Matthew. ¿Puede una persona causar tal explosión? ¿Se puede contener un amor tan grande? Seis años atrás dijo que lo...