Era un lunes soleado. El verano está cada vez más cerca. El sol iluminaba levemente la habitación. Los pájaros cantaban y se escuchaba como empezaba el ajetreo en el castillo.Me levanté y caminé hacia la ventana, tomé las cortinas celestes y las abrí de golpe, mi piel absorbía los rayos de sol que iluminaban toda la habitación. Desde la ventana veía el jardín, los pájaros volando, mariposas posándose en flores, los perros de mamá persiguiendo a una ardilla y .... rayos, Mariana me estaba viendo desde la fuente del jardín, me oculté detrás de una de las columnas que estaban al lado de la ventana.
- Princesa Carolina ya se que está despierta- gritaba ella desde abajo - que le he dicho de abrir las cortinas-.
- por favor Mariana, mira el día - dije mientras volvía a aparecer en la ventana - el sol resplandece, las aves cantan, no podía esperar en mi cama todo el día hasta que alguien abra las cortinas-.
- pero princesa...-.
- ya les he dicho que no me digan princesa si no esta mi madre. Mariana, ¿sabes donde está Brunella ?- cambie de tema,
como si fuera por arte de magia la puerta se abrió de pronto y su silueta apareció frente de esta - olvídelo, ya la encontré.
- la cocinera estaba haciendo un pie para el almuerzo que huele espectacular- dijo Brunella mientras se sentaba en la silla cerca al tocador - a por cierto a la hora que venía del pueblo te traje esto - añadió mientras sacaba unas flores y un croissant con manjar .
- oh por dios, gracias, gracias - dije antes de darle un bocado - hace tiempo que no comía uno de estos.
Brunella era mi mejor amiga desde que éramos niñas. Ella no era de la realeza. Ambas nos conocimos una tarde en la que mi madre se alistaba para ir a cenar con el rey y reina de Grecia. De último minuto le canceló la estilista, mamá le pidió a nuestra ama de llaves, Mariana, que se encargará de conseguirle a alguien inmediatamente. Así fue como la madre de Brunella y ella llegaron al castillo.
Mientras su madre alistaba a la mía, Brunella y yo jugábamos por el castillo. Luego su madre se volvió estilista de la mía, y nos empezamos a ver más seguido, así terminamos siendo mejores amigas.
Brunella me insistía que debería ir a visitar el pueblo, la familia Melendez, una de las más antiguas, estaba realizando una colecta para restaurar la escuela que estaba descuidada. La verdad es que hacía mucho tiempo atrás que no visitaba el lugar, mi madre no estaba de acuerdo con eso, en especial después de mi última visita.
- No es justo, ya había terminado tu fiesta de 16 era momento de que empiece la celebración de verdad, mira amiga, el viernes van a anunciar los planes que tiene y empezar con la restauración. Yo digo que podemos hablar con alguna de las mucamas para que distraigan a Mariana y vuelves a ir, todos te extrañan, vamos - suplico.
De verdad quería ir, además iban a ser un par de horas, dudo que notaran mi ausencia. seguimos con nuestro "desayuno secreto" y empecé a alistarme para mis deberes reales.
Mis días consisten en caminar por el castillo con uno de mis profesores y repasar la historia de los reinos y la familia real de Mónaco, luego tenía dos horas de lecciones de instrumentos con la señorita Anna, una mujer alrededor de los 40 años que me había enseñado a tocar piano desde los 4 años. Hoy tenía un repaso de "etiqueta al momento de cenar", mi madre tenía planeada una velada que debía salir perfecta, normalmente estas lecciones eran aburridas pero Brunella siempre me acompañaba y me hacía sentir menos sola. Le siguió una prueba de vestidos para los bailes que se acercaban y sin pensarlo marcaban las 5 en el reloj del pasillo.
Estaba exhausta del día, tan solo quería recostarme en mi cama y descansar antes de tener que alisarme para la gran cena de esta noche, mi madre había pasado las últimas semanas anunciando esta gran cena y lo importante que debía ser, pero omitió un pequeño detalle, pequeñísimo la verdad, quién rayos iba a venir. Normalmente Brunella nos acompañaba en estas veladas, a menos que fuera algo de negocios o políticas, casi toda la gente de la realeza conocía de su existencia, por lo que no era extraño que se encontrara presente.
Me causaba mucha curiosidad quienes serán los invitados de esta noche, me preguntaba si habría alguien de mi edad, muchas veces solo acudían personas de la edad de mis padres, y la verdad es que, esas veces, no solo me aburría que hablaran de política de otros reinos, comunidades o países, sino también el hecho que no tenía compañía y permanecía callada la mayoría del tiempo.
Mariana entró a la habitación interrumpiendo mi momento de meditación. dijo que debía empezar a alistarme y que si acaso no había escuchado cuando ella y mi madre me habían repetido lo importante que era la velada de la noche y como todo debía salir perfecto. Ya estaba cansada de escucharlo "gira a la derecha", "recuerda, el mentón en alto", "es importante", lo llevaba escuchando por días, nadie paraba de decirme lo perfecto que debía salir, las cosas que debo y no debo hacer, y la verdad es que ni siquiera sabía para quien me preparaba, como iba a saber si estaba actuando bien. Qué pasaba si era alguien importante y yo lo arruinaba y por mi culpa esto afectaba el reino, tal vez lo mejor era que yo no asista.
- vamos Mariana, se que tu sabes quienes van a venir, tan solo dime para saber si le digo a Brunella para escaparnos y ver una película o ....
- Alteza usted sabe que su madre dio estrictas órdenes de no decirle, por cierto la señorita Brunella no la acompañara esta noche, así que ni piense en escaparse, porque van a haber guardias en cada puerta.
no entendía porque brunella no podía estar, ella nunca interrumpida o decía algo incorrecto y en el caso que no pueda estar físicamente en la cena, me esperaba en la biblioteca o en el pasillo cerca a la cocina para poder hablar. Le exprese mi frustración a Mariana y aun así no logro solucionar nada.
- Entiendo que muchas veces no pueda intervenir en estas cenas, pero tranquila todo va estar bien, hasta de seguro se divierte. No va a notar la ausencia de la señorita Brunella, solo recuerde que no va a poder escapar y ....
Todo debe salir perfecto- dije frustrada. Porque los rayos se preocupaban de la seguridad y que no me escapara. Porque no podía estar Brunella en el castillo.
ESTÁS LEYENDO
Unidos por la corona
KurzgeschichtenUna historia de amor, odio, risas, esperanzas que te hará que tengas ganas de tener a alguien :) Es ficción así qué hay hechos históricos que no son durante esos años es porque es mi imaginación :)