Chivo Expiatorio Parte 1/2 (Shingeki no Kyojin)

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Corrí cuesta abajo, pisando sin miramientos las tejas que conformaban el techo de la casa abandonaba que había estado usando como refugio para resguardarme de los titanes de 7 y 10 m que merodeaban por la zona, los cuales, en ese momento, andaban distraídos ocupándose de saciar sus propios deseos. Al llegar al final de la estructura pegué un brinco hacia el tejado adyacente; cuando mis botas tocaron su superficie, flexioné la rodillas para amortiguar la pequeña caída y acto seguido, reinicié el avance.

Mi finalidad era una sola: comprar tiempo y salir con vida. ¿Despejar la ciudad? ¿Matar gigantes prácticamente inmortales? ¿Proteger a mis camaradas? ¡¿Qué mierda es eso?! ¡Qué se salven ellos por su cuenta, ese no es mi problema! Yo estoy en este sitio por obligación, apenas puedo defenderme a mi misma y además, nunca los consideré mis iguales.

Apreté los gatillos superiores de adentro del mango de mis espadas, lo que causó que dos cables salieran disparados del equipo de maniobras tridimensionales (EMT o EM3D) en dirección a la pared de la torre distante que tenía en frente; los ganchos se afincaron correctamente en la construcción: podía desplazarme sin temor a un accidente.

Relajé los músculos del cuerpo y separé mis pies de su punto de apoyo. Al llevar a cabo estas acciones logré algo que en la antigüedad constituía un sueño y que, aún en la actualidad, muchos no son capaces de hacer: surcar los cielos cual águila libre; claro, eso no sería posible sin la ayuda del gas que era liberado por los tanques cilíndricos que se hallaban situados en el costado externo mis muslos.

Arribé al muro de la edificación en postura vertical y una vez allí, jalé del pistón encargado de la retracción de las cabezas de flechas. Posteriormente, corrí por el lateral de la construcción hasta que la acción de la fuerza de gravedad terminó superándome y provocó mi descenso. No sentí miedo alguno, después de todo, había pasado 3 años atravesando por peores condiciones.

La caída duró (si acaso) 5 segundos, concluyó rápidamente debido a la liberación de las cuerdas de acero, las cuales al haberse clavado cerca de la ventana más alta de la obra arquitectónica, me dejaron suspendida en el aire. La propulsión del EMT me permitió alcanzar la cima de la torre en un instante y tras haber completado mi meta del momento, me encontraba dispuesta a reposar cuanto pudiese antes de cambiar nuevamente de locación.

Según mi estimado: tendría como mínimo 10 minutos libres, e incluso, aunque se acercaran los titanes, tendrían que ser de más de 8 m para representar un peligro. Para mi mala suerte, no transcurrieron ni 5 cuando mi receso se vio interrumpido.

-¡QUIEN SEAAAAAAAA! SÁLVAMEEEEEE!- chilló una voz, que a pesar de escucharse desgastada, se lograba reconocer como la de una mujer.

Con la intención de evaluar la situación, asomé media cabeza por la ventana. -No puede ser ¿por qué rayos tenía que pasar?-. Golpeé con mi puño los bloques que integraban mi guarida. -Esa perra trajo a uno de 12... no, de 15 m. Si me encargo de él ahora no tendré que moverme en un tiempo, es uno solo y cuento con una carnada, no debe ser complicado... ¡Mierda! ¡Yo solo quería descansar!- Sin darle una sola vuelta más a la idea, salí al exterior de la zona segura saltando a través del espacio rectangular que había utilizado previamente para entrar en la misma.

Por el lado este de la calle frontal, a la distancia de una (casi dos) manzanas, se movía mi objetivo, persiguiendo a la chica llorona de un lado a otro. Envié el par de ganchos hacia los ladrillos de la primera casa que tuve a la vista y consecutivamente, me desplacé por los aires. Al recorrer la mitad del ancho de la vía de tránsito, los hice retornar a su sitio originario solo para dispararlos nuevamente hacia los hogares vacíos situados en paralelo. Me columpié de un lado a otro acosando la espalda del ser humanoide; la separación guardaba respecto a este se fue acortando progresivamente, con facilidad comparable a la de un cuchillo rebanando un pan de molde recién horneado. En cuanto tuve al enemigo en el rango de alcance del mecanismo de maniobras, ensamblé los cordones metálicos en la zona de la columna vertebral más próxima al cuello. Teniendo el rumbo definido, incliné el pecho hacia atrás y flexioné aún más las rodillas para incrementar mi aerodinamismo. El gigante se percató de mi presencia pero ya era demasiado tarde para él, la aceleración con la que viajaba hacia su piel era muy superior a la de sus torpes acciones.

La recolección del cable que había utilizado terminó, el talón de aquiles de la monstruosidad al encontrarse frente a mí no se salvó de la las cuchillas de mis espadas, las cuales, le rasgaron la nuca sin vacilación, como si de papel se tratase.

Al igual que el tronco de un árbol después de ser talado, cayó muerto el titán; de su cuerpo comenzó a emanar calor y vapor, indicando el inicio de su descomposición.

Continuará...

Espero que les haya gustado el capítulo. Fue corto en comparación con el anterior, lo sé pero no quería permanecer mucho tiempo en modo fantasma. Deja tu voto si te gustó y si quieres, en los comentarios propón nombres de animes: tu contribución puede ser fuente de futuros trabajos. Eso es todo, cuídense ;).

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