Powerful Dark© (#1)

Chapter 1

    "Dejamos de buscar monstruos debajo de nuestra cama cuando nos dimos cuenta de que estaban dentro nuestro"

                                                   -Charles Darwin

    Ethan Louss

    Abrí las cortinas dejando entrar un poco de luz a mi casa, estaba algo cansado y preocupado pues tuve una pesadilla que me había dejado algo descolocado, me preparé café y lo bebía mientras me miraba al espejo 

—Mi nombre es Ethan Louss y tengo... 

Decía mientras acomodaba mi corbata y bebía un sorbo de café, ese mismo día tenía una entrevista de trabajo y me encontraba algo nervioso al respecto 

—Así no... 

Hacía y deshacía el nudo de la corbata me sentía un completo inútil, de repente un horrible dolor de cabeza apareció, me había estado pasando mucho últimamente quizás tendría que ir al doctor, pero sería después puesto que ahora tenía una entrevista y era imperativo que consiguiera el trabajo de otra manera no podría pagar mis estudios, finalmente había logrado hacer un nudo medianamente bien hecho, al ver esto salí de mi casa y comencé a caminar en dirección a lo que esperaba sea mi futuro trabajo, era algo sencillo tenía que ver con la informática, computadoras y todo esos temas algo que manejaba bastante bien siempre me gustaron ese tipo de cosas 

—Buenos días, vengo a la entrevista de trabajo.

Le dije a la recepcionista quien me miró de arriba a abajo, seguramente era la corbata, luego ella se puso a teclear rápidamente para mirarme 

—Ve por el ascensor al segundo piso y cuando entres debes girar a la izquierda izquierda en la primera puerta. 

Asentí comprendiendo todo y me diriji al ascensor siguiendo las indicaciones que la recepcionista me había dado, al llegar me encontré con un hombre alto y esbelto que me miraba fijamente 

—Así que estás aquí por la entrevista. 

Sin saber que decir solo me sente frente a él cruzando la piernas y mirándolo fijamente 

—Si, vine para eso. 

El hombre asintió y estiró su mano esperando a que le de mi carta de presentación 

—Claro. 

Dije mientras se la entregaba esperando a que dijese algo 

—Cuéntame, ¿es cierto que eres habilidoso con las computadoras? 

Sonreí y me acomode en mi asiento pensando en que responder 

—Por supuesto, soy muy aficionado a ellas y como dice en la carta de presentación he tomado numerosos cursos sobre ellas. 

El hombre siguió moviendo su cabeza escuchando y prestando atención a cada palabra que yo decía 

—Y...¿A qué te dedicabas antes? 

Me quedé absolutamente en blanco sin saber que decir pues no había tenido ningún trabajo anterior a ese 

—Ninguno, soy estudiante. 

Sus ojos se abrieron como plato seguido tosió y me miró con unos ojos que demostraban que algo andaba verdaderamente mal 

—Con que no tiene ninguna experiencia laboral... 

Todo se estaba por echar a perder y era algo que obviamente tenía que evitar, debajo de la mesa comencé a dibujar un símbolo en mi mano que luego levante y se lo mostré al entrevistador 

—Ahora escucharas lo que tienes que hacer. 

El símbolo comenzó a brillar en un color anaranjado casi dejando ciego al hombre que yacía sentado frente a mi 

—Me llamarán mañana por la mañana y me dirán que conseguí el trabajo. 

Tome mis cosas y abandone el lugar fue sencillo de hacer aunque no lo hacía siempre, para resumir en el mundo existen personas con habilidades extraordinarias, ya sean mágicas como las mías o de otra índole estas caminan entre nosotros disfrutando de una vida normal aunque hay gente que los utiliza para el "bien" ayudando personas y siendo los grandes héroes, no lo veía el sentido prefería usarlos para mí propio bien y quizás ser bondadoso alguna que otra vez, mi teléfono comenzó a sonar cuando iba caminando en medio de la calle 

—¿Hola? 

Dije mientras me detenía en seco al mismo tiempo que contestaba esperando una respuesta del otro lado del teléfono 

—¡Hijo! ¿Lo conseguiste? 

Era mi madre, aunque vivía solo siempre estaba llamándome y haciendo alguna que otra visita, que siempre agradecía 

—No lo sé aún...pero ten por seguro que sí lo haré, creo que los dejé impresionados. 

Del otro lado podía escuchar a mi madre feliz lo que logró sacarme una sonrisa que no esperaba 

—Si mamá, traje paraguas y estaré bien ¿Si? Cuídate. 

Le colgué el teléfono a mi madre luego de unos cuantos minutos de charla, tenía ganas de tomar algún que otro café por lo que me crucé a una cafetería que tenía justo en frente y me sente en una de las sillas esperando que algún mesero me viniera a atender 

—Hola señor, bienvenido ¿Qué se le ofrece? 

Dijo la mesera mientras sacaba su libreta del bolsillo de adelante de su uniforme y un lápiz de detrás de su oreja 

—Quiero solo café. 

La chica asintió y se fue detrás de la barra comenzando a preparar mi café, yo por otro lado saque un libro y me puse a leer, hacía rato que no lo hacía 

—Aquí está... 

Dijo la chica mientras en una taza grande dejaba volcar un buen poco de café mientras seguía con una sonrisa 

—Muchas gracias. 

Le devolví la sonrisa para luego echar un poco de azúcar, no lo soportaba amargo, lo consideraba repulsivo, así pasaron las horas entre páginas y café, sin darme cuenta ya había anochecido por lo que pagué mi cuenta y me fui a mi casa al ver el cielo este estaba oscuro la tormenta pronto haría acto de presencia así que camine lo más rápido que pude llegando en pocos minutos a mi casa 

—Hogar dulce hogar. 

Suspire y deje mis cosas por todos lados, lo que más quería hacer en ese momento era dormir así que lo hice. 

    Me encontraba ya dormido cuando empecé a sentir una sensación muy extraña que me recorría todo el cuerpo, era como un escalofrío, pero aún más intenso de repente desperté en un lugar oscuro y no entendia muy bien lo que estaba ocurriendo 

—¿Hola, hay alguien aquí? 

No obtuve respuesta alguna solo un completo y desolador silencio, de pronto logre ver a dos personas una de ellas estaba cubierta totalmente y la otra parecía estar tirada en el suelo 

—Por favor, no me hagas daño. 

Se escuchó decir a la mujer quien era la que estaba en el suelo, estaba cubriéndose con sus manos parecía muy asustada 

«¿Qué carajos?» 

El que parecía ser un hombre se acercaba cada vez más a ella, se podía sentir todo el miedo en el ambiente, de un momento a otro el chico tomó la cabeza de la chica con ambas manos y comenzó a hacer presión 

—Mierda... 

La chica comenzó a desintegrarse poco a poco mientras emitía gritos desgarradores de auxilio, unos segundo después ya no había nada de ella que gritará solo estaba ese hombre quien logró sentir mi presencia y me miro fijamente, entonces muy agitado desperté.