Powerful Dark© (#1)

Chapter 10

Ethan Louss 

    Mientras Olivia curaba a Fred yo estaba intentando procesar todo lo que estaba ocurriendo, cómo era posible que nos hayan encontrado tan rápido, miraba al chico mientras dividía su lanza en dos que no tardó en disparar contra mi, aunque no fue tan sencillo logra esquivarlas sin poder evitar que una de ellas rozara mi hombro y le hiciera un corte que provocó que sangrara demasiado 

—¡Carajo! 

Las lanzas girando se acercaron a mi, pero junte mis manos y un viento feroz se hizo presente frenando la velocidad de las lanzas casi haciendo que se detengan, no contento con eso toque el suelo con mis manos y cree unas enredaderas que se enrollaron en las lanzas y las mantuvieron en el suelo 

—No podrás usarlas ahora. 

El chico rió e intentó mover las lanzas, pero no podía ya que las enredaderas eran verdaderamente fuerte lo que imposibilitada su liberación 

—Tu me obligaste, hechicero. 

El chico chasqueo sus dedos y las lanzas comenzaron a brillar por lo que decidí crear un escudo para protegerme, creía que las lanzas iban a explotar, pero no fue así pues las lanzas se transformaron en cientos de pequeñas lanzas que tenían su punta y una empuñadura en forma de estrella de color dorado 

—Oh mierda... 

Eran como un colmenar de abejas que intentaban picarme, me atacaba sin parar era muy difícil esquivar esos ataques pues venían de todos lados, la forma fácil de hacerlo era creando pequeños escudos en los que impactabalas armas

—Me estoy cansando... 

Seguí esquivando las pequeñas lanzas a una velocidad casi inhumana, cuando de repente sentí que una de ellas entró en mi pierna haciendo que cayese de rodillas frente al chico que chasqueo otra vez sus dedos e hizo que todas las lanzas se reunieron para formar una sola que acercó lentamente hacia mi rostro, estaba acabado 

—Dame una razón para que no te destruya a ti, ni a tus amigos secuaces de Max... 

La lanza se acercaba cada vez más a mi tanto que podía sentir su filo cortando mi carne 

«Espera...¿Max?» 

Pensé y luego sonreí, para hacerme para atrás logrando notar que él había intentado golpearme con la lanza sin éxito, al hacerme hacia atrás toque el suelo y creó varias paredes de piedra que lo encerraban 

—Tienes que escucharme. 

Dije mientras intentaba que no rompiera las paredes en las que estaba encerrado,  me acerque a él y una puerta se abrió dejándome pasar dentro con él para poder hablar 

—Oye, no intentes nada, solo quiero hablar. 

El chico quien estaba apunto de golpearme con su lanza se detuvo en seco y frenó su ataque para oír lo que tenía para decir 

—No tengo nada que hablar contigo. 

Me acerque a un poco a él y pude notar que estaba a la defensiva así que no iba a poder conseguir hacer lo que estaba pensando así que tenía que hacerlo de otra forma 

—No soy quien tu crees. 

Las paredes y todo los que había ahí se esfumó como si de humo se tratara, me acerque aún más a él y este me lanzó su arma, pero esta antes de tocarme se esfumó también 

—¿Qué carajos..?¿Qué me hiciste? 

Sin contestarle aún, tomé sus manos e intenté tranquilizarlo, quería defenderse a toda costa 

—No te haré daño, solo te mostraré. 

Me separe un poco soltando su manos y con mi dedo indice de mi mano derecha toque su entrecejo y sus ojos se pusieron blancos y la punta de mi dedo brillaba en un color anaranjado, estaba utilizando un encantamiento en el, le mostraba una serie de recuerdos que demostraban que yo era una buena persona y que estaba de su lado así como Olivia y Fred, tardó unos minutos en volver en sí, pero cuando lo hizo se me quedó mirando durante un largo rato 

—Lo siento... 

Dijo al señalar mi pierna que estaba lastimada y se encontraba sangrando, al salir de el cubo de piedra no estaban esperando Olivia y Fred quienes estaban apunto de atacar al chico 

—¡Detenganse! 

Los detuve y acerque a ellos dejando al chico detrás mio para poderselos explicar a ambos 

—Verán, el estaba intentado asesinarnos porque creyó que eramos secuaces de Max, nos venia siguiendo desde hace un tiempo, lo que es aterrador, y al vernos cambiar de casa repentinamente sospecho aún más y eso lo llevo a atacarnos, pero esta todo solucionado pues le mostré todo lo que ocurrió y ahí entendió, desde ahora el va a vivir con nosotros pues queremos lo mismo y si nos agrupamos seria mucho más fácil conseguirlo. 

Ambos chicos asintieron aunque dudaron un poco, así que los cuatro caminamos de vuelta hasta nuestra casa 

—Por cierto, ¿Cómo te llamas? 

El chicos se adelantó hasta mi y sonrió amablemente,  su lanza se había convertido en una especie de pelota flotante de color negro 

—Mi nombre es Henry Smith. 

Sonrió otra vez y se metio a la casa junto a nosotros y al escuchar su nombre estire mi mano a modo de saludo 

—Bienvenido al grupo, Henry.