Silencio y oscuridad.
Ni una voz.
Ni una imagen.
Solo yo.
Es aterradora la idea el tener que pasar demasiado tiempo contigo mismo, tu mente comienza a imaginar cosas sin sentido, cosas que probablemente son irreales y nunca llegarían a pasar, y lo sabes. Pero por alguna razón desconocida, te convences de que es real y que tarde o temprano van a pasar.
Uno de los peores sentimientos es el querer escapar, pero ¿Qué pasa cuando quieres escapar de ti?
¿A dónde vas cuando quieres huir de ti?
Acostumbrarme a la poca luz que había costó un poco, mis parpados no cooperaban del todo, el cuerpo dolía, no enfocaba bien y la cabeza palpitaba a mares.
El crepito de la leña ardiendo hizo que mis sentidos se pusieran alerta.
No estaba en la mansión, de eso estaba segura.
Comencé a palpar a mi alrededor para ubicarme mejor, estaba recostada en un sillón y cubierta con mantas de pies a cabeza. Seguí tocando hasta llegar a alguna mesa a un lado, mi mano recorría los objetos que estaban ahí pero no lograba darle forma a ninguno.
Mi mano empezó a recorrer con prisa para encontrar algo con que poder defenderme de ser necesario, haciendo que con la yema de mis dedos cayera algo y se rompiera en mil pedazos.
Carajo.
Sin duda no sirvo ni para sobrevivir.
Este es el momento en el que el asesino entra y dice << ¿despertaste? Bien, ahora voy a matarte>>.
Froté mis ojos para aclarar mi vista, me sentía muy débil, pero estaba dispuesta a luchar. El ruido de la puerta abriéndose me alarmó y tomé lo primero que encontré a un lado del sillón para defenderme.
—Despertaste — inquiere una voz masculina.
¡¡¡Vamos a morir!!! ¡¡¡Vamos a morir!!! ¡Todo por tus estúpidas predicciones!
¡¿Quieres callar?! ¡intento salvarnos!
— ¿Quién eres? —pregunto optando una pose defensiva con el arma que tomé - ¿Dónde estoy? - hablo observando todo a mi alrededor.
Es una cabaña... el interior es bastante acogible. Alguien podría vivir cómodamente aquí.
Ropa sucia, libros, cuadros, zapatos y una calceta esparcidos por el suelo.
—Tranquila, no pienso hacerte daño.
¡¿Qué no va a hacerme daño?! ¡¿A caso nunca ha visto películas de terror?!
—Suena a algo que diría alguien que va a lastimarme — rebato.
—¿Y qué? ¿Piensas atacarme con eso? — cuestiona burlón.
Miro descolocada lo que tomé para defenderme según yo, un flotador de espuma.
Genia.
Lo solté rápidamente y este cayó a un lado del sofá.
—Bien, tienes razón, fue mi error. —Camina a una barra del otro lado de la habitación—. Empezamos con el pie izquierdo, pero en mi defensa no encuentras a una extraña a punto de ahogarse en un lago a mitad del bosque todos los días.
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El grito ¿Cuál es el sonido de la muerte?
Hombres Lobo"Cuando decidas abrir los ojos, te darás cuenta que los monstruos también sabemos amar". Tras terminar su tratamiento en el psiquiátrico por esquizofrenia, después del accidente que causa la muerte de su familia, Lúa regresa a Grimshaw con un aspect...