🍨 Helados 🍧

3 0 0
                                    

Hoy había sido un día cansado.
Adrian y yo guardábamos nuestras cosas en nuestros casilleros.
El entrenamiento de esgrima fue duro.

—¿Estas cansada?—

—Un poco— Nos miramos y sonreímos.

—¿Harás algo?—

—¿Ahorita?— Pregunté y él asintió.
—Mhm...creo que no. Más al rato prácticaré con el piano. Quiero distraerme un poco—

—Aveces te tengo un poco de envidia—

—¿Por qué?— Lo miré confundida.

—Tu libertad. Tú tienes mucha más libertad apesar de lo estricto que es tu padre—

—Lo siento— Fue lo único que pude decir. Adrian me daba mucha tristeza, el ver cómo su papá lo trataba me hacía sentir mal.

Me sonrió.

—¿Quieres ir a comer un helado?—

—Pero y tu papá- — me interrumpió.

—No pasa nada. Si es contigo dudo que me regañe—

Dudé pero terminé aceptando.

Nuestros choferes nos llevaron al parque. Nos bajamos del carro y empezamos a caminar juntos.

—El aire fresco me hace sentir bien—

—A mí también—

Respiramos y exhalamos el aire al mismo tiempo, eso nos hizo reír levemente.

—Mira ahí está André—

—Vamos—

Adrian me tomó de la mano y nos dirigimos a André.

—¡Buenas tardes!— Nos saludó André.

—¡¡Buenas tardes!!— Le devolvimos el saludo.

—-¿Vienen por un helado del amor?—

Asentimos.

—Escuché que son muy buenos— Comenté sonriente.

—No sólo eso. También te dicen quién es el amor de tu vida— Rió.
Adrian y yo nos miramos sonriendo.
—Bien, les daré su helado. ¿Ustedes son pareja?— Nos pregunto mientras servía el helado.

—No, somos sólo amigos— Respondió Adrian con su típica voz de apenado y una sonrisa torcida.

—Oh, ya veo—.

Al parecer mi helado ya estaba pero por alguna razón no me lo daba.
Un niño pequeño empezó a llorar, porque se le había caído su dulce. Adrian corrió a él sin pensarlo, intentando calmarlo y comprandole otro dulce.

André me mira y me entrega mi helado.

—Tu enamorado es muy dulce, amable y tierno. Sus ojos verdes cómo el de un gato negro, sus cabellos rubios y brillantes cómo el sol. De verdad que te gusta mucho—
Miró a Adrian sonriendo y yo imité su acción.
Adrian ya se estaba despidiendo del niño.
Al voltearse me sonrojé levemente.
¿Acaso habla de Adrian?
Pensé que todo esto de tu enamorado con helado era falso pero al parecer no.

Adrian se acercó a nosotros y sonrió.

—Lamento la demora—

—No pasa nada, chico. Aquì está tu helado. Veo en tí el gran flechazo que cupido te lanzo. Esa chica es linda, amable, simpática. Con su cabello negro y colorido. Con sus ojos café obscuro cómo un granito de café.—

Adrian quedó asombrado ante las palabras de André.
Pude notar un pequeño sonrojo en él. Se miraba tan tierno.

—Gracias— sonrió feliz Adrian.  —¿Cuánto sería?—

—La casa invita—

—¿Enserio?. ¡Muchas gracias!—

—Disfruten de sus helados—

—Adiós André— Nos despedimos.

Caminamos hacía unas gradas cerca de ahí. Nos sentamos y observé mi helado con delicadeza. Tenía los colores de Adrian. Voltié a ver el de Adrian y su helado tenía los míos.

—¿Pasa algo?— Me preguntó confundido Adrian al ver que no quitaba mi mirada.

—Ah, no, no— Salí de mi trance.

—Deberías comerte tu helado, se te va a derretir, además está muy rico—

Asentí y lo probé.

—Mhmh!!. Está delicioso— Sonreí satisfecha.

Estuvimos en silencio, comiendonos nuestros helados, sintiendo la mirada de Adrian de vez en cuando.

—T/n— me llamó.

—¿Qué pasa?— Pregunté sin mirarlo.

—Sabes que eres mi mejor amiga—

Lo miré.

—Sí, lo sé— Sonreí, tratando de ocultar el golpe que me dieron sus palabras.

—Y que te quiero mucho. Siempre has estado para mí, desde que somos unos niños. Siempre me has defendido delante de mi padre y me haz demostrado tu cariño—

No sabía que decir.

—Te lo cuento todo a tí, eres la única a la que le tengo confianza pero hay algo que no sabes— Me miró después de hablar. Me puse nerviosa.

—Y agradezco esa confianza pero si no quieres decirme, está bien yo entien- —

—No— Me interrumpió.
—Voy a decirte...—

Me quedé en silencio.

—T/n eres una chica muy linda, amable, cariñosa y muchas cosas más.
Desde que éramos pequeños tú haz sido una de las mejores personas en mi vida y yo- —

Su celular empezó a vibrar.

Miré cómo hacía una mueca desagradable.

—Contesta. Puede ser tu padre—

Sacó su celular.

—Disculpa—

Contestó y por su cara puedo decir que la regañada no fue muy "dulce" que digamos.
Al terminar suspiro cansado.

—Mi padre quiere que vaya a tomar las clases de piano. Es fastidioso no poder tomarme un descando— Su mirada era triste con un poco de enojo.

—No te preocupes. Hagamoslo juntos. No te voy a dejar solo— Puse mi mano encima de la de él. Consolandolo.
Él me miro y asintió.

Nos levantamos y nos dirigimos a nuestros carros.

Supongo que su intención era declararse pero no estoy segura, ¿qué tal no?, capaz quería halagarme y agradecerme de ser su mejor amiga. No tengo la menor idea. Pero por ahora queda nada más que ser amigos.
Y encontrar un momento perfecto para declararme.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 06, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

one-shot's. Miraculous.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora