XVIII: Hola, Itachi

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Ellos estaban ya en otro pueblo, y yo recién salía de aquí. No llegaré a tiempo. No tengo duda sobre mis capacidades pero conozco las de Itachi y él sería capaz de ir el doble de rápido que yo, ahora. Cuando logra sacar tiempo para entrenar físico y encontrar la forma de lograr meditar mientras entreno, bua. Lo superaría por creces.

Ya me reía mentalmente cuando noté un edificio rodeado por musculatura interna de rana, la había estudiado en mi entrenamiento con Tsunade. Podría entrar, pero mejor no hacerlo, sí lo hago no podré saludar a Itachi y Kisame correctamente. Esperé en frente de la pared, hice clones para esperar delante de todas y eso, esperé.

Tras escuchar explosiones del interior entendí que pronto saldrían. No sabía con seguridad si saldría Itachi y Kisame o Jiraya, Naruto y Sasuke; pero mi intención me decía que los primeros.

Y así fue, un fuego negro se asomó entré las paredes y desapareció dejando un agujero en ellas, Itachi y Kisame salieron gráciles.

-Os estaba esperando.-

-¡Oh! Es la pequeña rosadita.-

-Hola Kisame, cuanto tiempo. Dime, ¿cómo estás?.-

-Estoy bien, aburrido sin una renacuaja recorriendo los pasillos pero bah.-

-Yo también te he echado de menos cara de pez.- lo abracé.

-¿Cómo va tu misión, Sakura?.-

-Yo también te he echado de menos, Itachi.-
-La misión va bien, nadie sospecha.-

-Me alegro, es hora de marchar, nos vemos pronto Sakura.-

-Adiós Itachi-nee, cara de pez.-

Ellos desaparecieron, fue un reencuentro corto pero bastó para alegrarme y olvidarme de todo durante segundos… Los echaba de menos.

Giré y fui a buscar a mi equipo, Sasuke estaba inconsciente en el suelo. Habrá tratado de pelear contra Itachi. Naruto trataba de reanimarlo y Jiraya se veía pensativo.

-¡Chicos!-

-¡Sakura-chan! ¿Tú sabes medicina, no? Ayúdanos por favor.-

-Claro Naruto, trataré de ayudarlo.-

Vi el estado de Sasuke, estaba introducido en un genjustu poderoso. Yo, que había entrenado tanto con Tsunade y el mismo Itachi sabía cómo dispersarlo, pero dudaba. ¿Sería algo que ellos recordarán después?

Sasuke hizo una mueca de dolor, debía ayudarlo. Primero le cambié el genjustu, uno que me ayudaría a hacerle entrar en razón cuando le hablará de la masacre. Y luego lo dispersé, fingiendo que me costaba y que no me quedaba apenas chakra al finalizar. Cosa, que era verdad que había consumido más chakra de lo esperado pero no era ni la mitad de mis reservas.

ℭ𝔢𝔯𝔢𝔷𝔬 𝔡𝔢 𝔄𝔨𝔞𝔱𝔰𝔲𝔨𝔦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora