En realidad, no los odio.

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Evan caminaba sin apuros a su clase, solo faltaba unos diez minutos, no había nada para darse prisa. Pero, aún así, sudaba un poco al sentir miradas sobre él, algunos murmullos se hacían presentes en sus oídos, algunos era de la ropa que llevaba; su ropa no era tan reveladora, solo era una polera con dos rayas, pantalón corto, medias que le llegaban hasta las rodillas y zapatillas negras.

Algunos murmullos los oía y era consciente de que era de su pantalón, que revelaba un poco de sus muslos y piernas.

Bajo su mirada al suelo, Evan siguió su camino tratando de no derramar lágrimas, aunque estas ya estaban en la esquina de sus ojos tratando de salirse con la suya.

♡=?

-Bien, ¿alguien sabe?-la profesora señaló la pizarra con una tiza blanca, esperando a que uno de sus alumnos responda.

Evan sabía la respuesta-J-j-ja...j-j-j-j...-sus labios no podían producir mucho más, estaba demasiado ansioso. Cerró sus ojos tratando de imaginar que no hay nadie para soltar la respuesta, pero no podía, escuchar murmullos le impedía hablar y soltar palabras.

La profesora suspiro al saber de quien se trataba esos ruidos molestosos-Suficiente-la mujer se dio vuelta para volver a mirar la pizarra y seguir escribiendo, mientras hablaba del tema.

Evan se quedó viendo a su profesora, luego bajo su mirada a su escritorio.

De nuevo, había algunos murmullos de él.

"¿No puede decir nada porque su novio no vino hoy?"

"Quizás él debería ir a una escuela para personas especiales..."

El adolescente se sintió culpable al escuchar algo sobre su amigo, su único amigo. Gregory siempre estaba ahí para ayudarlo y superar su gran miedo al rechazo social, aunque parecía que está semana no asistiría al colegio.

Él agarró su lapicera y empezó a escribir apuntes sobre lo que decía la profesora, tratando de olvidar de aquel momento vergonzoso y humillante. Frunció sus labios y ceño, sus ojos ya tenía lágrimas para soltar y manchar la hoja escrita.

"Es un fracasado."

♡=...

El adolescente con cabello castaño yacía sentado en un escritorio que no era suyo, el escritorio quedaba justo en la ventana abierta, haciendo que la brisa ligera mueva algunos mechones de pelo de él.

El viento fresco pegaba su suave cara.

Sus labios ligeramente rojos los apretaba formando una línea deforme, su nariz pequeña y respingada estaba teñida de un bonito rojo.

Unos leves temblores se hizo presente en su cuerpo, lo suficiente para que emita un sonido de molestia. Evan luchaba para no soltar lágrimas.

Pero, cada vez que lo intentaba, venía ese recuerdo donde la profesora lo termina callando, donde sus compañeros le hacían bromas pesadas y creaban rumores.

Apartó su mirada de la ventana con una notaria molestia. Haciendo que su pelo se mueva a su ritmo.

Empezó a notar una ligera presión en su garganta, como si fuera un nudo dentro suyo.

En cuanto menos quiso que pasara, sus lágrimas ya estaban saliendo pacientemente.

Llevó sus delicadas manos para taparse la cara, en un intento inútil de calmarse y limpiar sus lágrimas que corrían por sus mejillas.

Sus labios empezaron a emitir sonidos parecidos al hipo, temblando al mismo tiempo.

Cerró sus ojos, aunque estos no paraban de soltar lágrimas.

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⏰ Última actualización: Feb 27, 2022 ⏰

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