Gomas de pelo

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Siete de la mañana y junto con las lamidas de Firu me despierto por el sonido de mi alarma.

Me ducho y me visto para salir a trabajar  ya que mis vacaciones han terminado.

Nada más salir de mi casa me encuentro con Deo, el cual estaba preocupado.

-¿Como estas?

-Bien, gracias por traerme, no se que habría echo sin ti- note como ese comentario le lleno de felicidad y supongo que mi corazón se reparó un poco al ver que él está bien.

-Vine a darte algo que te pertenece- se estaba sacando la goma de pelo que me robó ayer. le cogí la muñeca para parar el proceso.

-Puedes quedártela- le di un beso en la mejilla y note como ese niño pequeño de su interior se volvía loco, supongo que no se volvió tan rudo como pensé- Me tengo que ir al trabajo luego hablamos, ¿vale?

-¿Quieres que te lleve?- me pareció súper amable de su parte pero necesitaba alejarme de todo un poco.

-Tranquilo voy andando- cerré la puerta de mi casa, le di una sonrisa y me fui pero me paro esa voz ruda y potente.

-¿Quien te hizo daño?- el niñito pequeñito indefenso se fue y volvió el hombre protector, posesivo y con mirada potente cosa que hizo que me asustara y me girara al segundo.

-Am... Marcus, mi n-novio... bueno mi exnovio- No podía hablar de él sin soltar una lágrima.

-No te merece ese hijo de puta- me dijo mientras ponía uno de sus brazos en mi cintura y el otro lo uso para levantarme la cabeza- No llores por quien no merece la pena- Me limpio las lagrimas y me pareció lo más tierno del mundo- No te entretengo más que si no llegas tarde por mi culpa- Me apresuré a abrazarlo lo más fuerte posible-

-¿Puedes dormir conmigo?- no se que cojones paso en mi mente para decirle que si podía dormir conmigo, ¡AL CHICO DEL QUE ME ENAMORE EN INFANTIL!

-por supuesto, vamos- senti sus suaves labios en mi frente y fuimos a la ventana porque no quería que mi madre se despertara.

Me tumbe en la cama con el rímel corrido, aún con los tacones y vestidos porque no quería ni ponerme cómoda, solo quería dormir para calmar el dolor. Sentí como Deo me estaba quitando los tacones, lo hacía muy delicadamente. En pocos minutos note como me limpiaba la cara con un algodón y me beso en cada parte que pasaba el algodón, para que nos vamos a engañar, la verdad me gustaba bastante sentir sus labios. Pasó el algodón por mis pequeños labios y me puse bastante nerviosa, vi como se acercaba lentamente y me mojaba los labios como si estuviera desesperado por besarme hasta que...

-Quítate el vestido

-Am Deo no me...

-No voy a hacer ni tocar nada, solo quiero ayudarte a ponerte el pijama

-Quítamelo tu- me senté en la cama y le miré con una mirada que más que de amor pedía que me hiciera suya día y noche, pero aún seguía dolida y no estaba preparada para tener otra relación, fuese la que fuese.

-No me calientes- Bajo la cremallera lentamente y cuando iba a quitarme las mangas me dijo que mis hormonas querían escuchar- porque si lo haces, te haré mía.
Lo único que pude hacer era tragar y rezar para que mi cuerpo no le pusiera como una roca pero por suerte sigue siendo el mismo caballero de siempre- Levántate- no tenia mucha confianza pero cuando cerró los ojos sentí que él merecía la pena. Nada más me levante sentí sus manos recorrer desde mis hombros hasta mis caderas cosa que hizo que me pusiera como un tren. Empezó a quitarme el vestido lentamente y mi pecho salió disparadamente. Estaba bajando el vestido por mis piernas, empezó a besarme cerca de la entrepierna y continuó bajando.

En un par de minutos ya me había quedado dormida en mi cama con mi amor infantil.

Note como los rayos de sol me pegaban en la cara y no pude evitar despertarme, quería abrazar a Deo pero me encontré con un vacío en la cama. Me levante lo más rápido posible y note como una camiseta ancha bajaba por mis piernas, no era mía y olía a él a ese jodido chico que hizo que ayer España tuviera nuevo río.
Una sonrisa apareció en mi cara cuando vi que en la mesa había una nota.
"Buenos dias bella durmiente,
No creas nada raro, la camiseta fue por no rebuscar en tus cosas. Me fui pronto porque no quería que tu madre te viera con un chico en la cama y pensara cosas raras. Por cierto, vuelves a jugar como ayer y te prometo que te costará andar más de una semana de lo fuerte que te follare para que notes que eres mía."

Dios este hombre sabe como sacar una parte caliente en todo momento. Fui al salón y mi madre ya se había ido a trabajar así que salí y fui hacia esa casita del árbol. Cuando subí unas escaleras me encontré con una puerta blanca monísima. Toque la puerta, estaba nerviosa quería besarlo pero a la vez quería que me consolara por lo de ayer, cosa que quiero olvidar.

Mientras que pensaba en que cojones haría cuando me abriera la puerta, apareció ese niño, aunque bueno ya no tan niño, semidesnudo con solo unos bóxers negros. Note como mis mejillas se pusieron como tomates y el cabronazo empezó a reírse.

-Ven tomate- me cogió un brazo atrayéndome a él para abrazarlo- ¿Estas mejor?- mis palabras no salían sabiendo que estaba abrazando a un puto dios así que asentí con la cabeza. Él levantó mi cabeza para que lo mirara y mi respiración se volvió mucho más intensa- Estas monísima cuando te pones asi- Mi sonrisa tonta salió y con ella mis hormonas que pedían que le comiera la boca y asi lo hice. Note como le pillo por sorpresa pero lo siguió, soltó mi cintura para levantarme agarrándome del culo mientras que mis brazos descansaban en sus hombros. Cerró la puerta con una patada y fue para el sofá y nada más nos sentamos me aleje de él.

-Perdón- su cara cambio por completo, paso de una cara con ganas de comerse a lo que se moviese a una cara de preocupación.

-¿Porqué?

-Por besarte- Y con esas dos palabras su sonrisa volvió a aparecer

-Llevo queriendo comerme esos labios desde que volví a verte. Cuando escuche eso volví a comerme esos labios tan suaves, sabrosos y ahora mismo tan calientes. Sin darme cuenta empecé a mover mis caderas encima de él cosa que hizo que salieran quejidos ahogados por mis besos y para que mentir, me estaba poniendo bastante.

-Como sigas así te voy a estampar contra la pared y vas a saber que es ser mía- me desnudaba con la mirada y eso me hacía sentir rara, me gustaba pero supongo que aun mi corazón estaba por Marcus.

-Deo...

-dime, estás bien?- creo que noto mi tristeza porque estaba desesperado y se acercó más a mi- ¿he echo algo?- me empezó a acariciar la cara con sus manos grandes, fuertes y suaves.

-¿Podemos ir mas lento? Esto es muy rápido para mi- despues de hacer esa pregunta una sonrisa se adueño de la cara del Sr. Sexy

-Claro, por ti voy como tortuga si quieres- ese comentario me hizo reír y estuvimos así durante unas horas hasta que me tenia que ir- Mañana a las 10 de la noche te recojo.

- ¿Para que?

-Tu solo ponte mas guapa aún.

-Esta bien- me dio un beso en la frente y yo a él en la comisura de los labios cosa que le gustó porque me abrazo y no me quería soltar, es un niño pequeño en el cuerpo de un adulto.

Después de un día largo que intenso llego a casa y lo primero que hago es asomarme por la ventana para ver si mi Sr. Sexy, ejem perdón, si el Sr. Sexy está ahí o salió y para mi sorpresa sigue ahí, esta de pie y... OH MIERDA se está masturbando. ¿Tenía que hacerlo en la  ventana? No puedo despejar la mirada de semejante titán pero mi queridísima madre toco la puerta y del nervio cerré la persiana.

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⏰ Última actualización: Jul 02, 2023 ⏰

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5 Palabras Con Muchos SentimientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora