Capítulo 1

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FRESAS
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Ahora mi eternidad se está cayendo
Preguntándome si me querrías ahora

Cómo podría saberlo
Que un día me despertaría sintiendo algo más
Pero ya había llegado a la orilla
Supongo que éramos barcos en la noche,
Éramos barcos en la noche.

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Hoy sería un gran día. Lo había estado esperando desde hace ya varios meses. Jungkook casi no había podido dormir por la emoción que le provocaba tener su primer trabajo. Él lo iba hacer bien, estaba seguro, iba ser muy obediente, llegaría siempre temprano e incluso estaba decidido a practicar más en sus libretas de ejercicios para mejorar su letra y demostrar que estaba agradecido por la oportunidad.

Esa mañana se esforzó mucho en su aspecto.
Incluso había utilizado agua caliente para bañarse pese a que sabía que no lo tenía permitido. Se arregló el cabello lo mejor que pudo, pues el pedacito de espejo roto que tenía, no era suficiente para mirarse del todo y no sabía exactamente lo que estaba haciendo, así que se puso todas las pinzas del cabello que tenía en su estuche, para verse mucho más bonito. Hoseok estaría orgulloso de él, de eso estaba seguro.

Se arregló una última vez el suéter y finalmente se colocó la cinta rosa en el cuello, esa dónde colgaba su gafete. La mica ya estaba muy gastada, pero Jungkook la había arreglado con cinta adhesiva y varias pegatinas de carritos.

Con una gran sonrisa, tomó su mochila y abrió la puerta de su habitación. Miró a los lados, antes de salir sigilosamente y comenzar a bajar las escaleras. Cruzaba la sala para llegar a la puerta principal cuando alguien le tomó bruscamente del brazo. Su hermano, el cual tenía puesta la bata de baño y le miraba con enojó. El olor que desprendía el alfa ya era suficiente para intimidarlo, volvía el ambiente mucho más pesado y su nariz era tan sensible que lograba marearlo.

-- Te acabaste el agua caliente.--

-- Es que... yo...--

-- ¿Cuántas veces te tengo que decir, que no tienes permitido usarla?--

Jungkook comenzó a temblar e intentó apartar su mano de aquel fuerte agarré, pero entonces sintió el primer golpe. Su visión se tornó oscura por un momento, antes de sentir el calor en su mejilla, el ardor y el sabor metálico de la sangre.

-- ¡Maldito retrazado! --

Las lágrimas picaban por salir, el nudo se formó en su garganta, pero su enojo fue tal que le escupió en la cara a su hermano, la sangre que tenía en la boca. Grave error, se supone que debía saberlo, pero seguía siendo impulsivo, por lo que los golpes que vinieron fueron bien merecidos.

Todo su cuerpo dolía, pero aún así, hizo un sobreesfuerzo para correr hacia la puerta principal y salir a toda prisa de la casa.

Corrió todo lo rápido que pudo y cuando sintió que nadie lo seguía, se quedó muy quieto, tratando de recomponerse de lo ocurrido, bien sabía que si se dejaba caer en la histeria, sería llevado al hospital y no quería perder su empleo cuando ni siquiera había comenzado. Miró a su alrededor tratando de ubicar las calles, pero al no conseguirlo, comenzó a ponerse nervioso.

-- Disculpe... la estación del metro ¿Sabe dónde está la estación del metro? --

Comenzó a preguntar a las personas que pasaban, pasó un rato antes que una frenará su camino y le diera la indicación, pero le estaba costando trabajo retener la información, por lo que con desesperó, comenzó a golpear su cabeza con la mano; eso llamó la atención de un policía quién finalmente ayudó a Jungkook a llevarlo a la estación del metro.

Miró el reloj en su muñeca, ese había sido un regalo de Hoseok, incluso le enseñó a leerlo, y aunque lento, Jungkook aprendía, él era muy listo; tanto que fue consciente de que estaba llegando tarde a su trabajo.

Suspiro una vez llegó frente al edificio, apenas entró, Hoseok se acercó corriendo, al parecer lo había estado esperando.

-- Oh... Kookie, ¿Qué te pasó? -- pregunto preocupado al ver nuevos golpes en su rostro y la sangre seca en los labios.

-- Me caí...--

Hoseok soltó un suspiro pesado, tenía el tiempo suficiente de conocer a Jungkook para saber que el "Me caí" era un "JungHyun lo hizo". Su hermano le había enseñado a decir aquello siempre que era golpeado.

-- Ven conmigo Kookie.-- pidió con voz dulce, tomando su mano y llevándolo hacia el ascensor, y una vez en el piso veinticuatro, lo condujo hacía los baños.

Jungkook se sentó arriba de los lavabos mientras Hoseok limpiaba sus heridas con un poco de papel higiénico y jabón. No tenía mucho, pero hizo su mejor esfuerzo, hubiera hecho más por calmarlo, pero un beta no tiene un aroma como los alfas o los omegas, nada para calmarlo más que sus mimos y su suave voz. -- Mirá qué bonitos broches ¿Tú solito te arreglaste? ¿Si? -- preguntó como si de un niño se tratara. Bien sabía que Jungkook no le permitía eso a cualquiera, por eso cuando le devolvió una sonrisa, él se sintió más tranquilo. -- Te ves muy bonito, pero tantos broches podrían caerse. ¿Me dejas guardarlos?--

Jungkook asintió y Hoseok terminó por quitarle su gafete y posteriormente retirar la mayor cantidad de broches, dejando solo un par para adornar su cabello.

-- ¿Tienes tu ropa en la mochila como te dije? --

El pequeño Omega asintió y entregó su mochila a Hoseok, este saco el pantalón negro y una bonita camisa blanca, cosas que la institución le había regalado, por lo normal, Jungkook siempre cargaba una muda extra de ropa, pues no solía tener demasiado cuidado y necesitaba un cambio constante.

-- Ve a cambiarte, yo te esperaré afuera ¿De acuerdo?--

-- Si, hyung -- dijo tomando su ropa y metiéndose a uno de los cubículos.

Hoseok miró su teléfono, dándose cuenta de que tenía varias llamadas perdidas. Soltando una maldición, tomó la mochila de Jungkook y salió rápidamente de los baños. Unos minutos después, Jungkook también salió, sosteniendo su ropa, cuidadosamente doblada contra su pecho.

-- Hoseok hyung...-- llamó en voz alta, pero él no estaba ahí.

Jungkook salió de los baños y comenzó a recorrer el pasillo. Había algunos escritorios, varias puertas entre abiertas, solo que él había dejado de prestar atención al lugar, pues ahora era un aroma muy intenso a café y chocolate amargo el que llamaba su atención. El Omega comenzó a caminar como en un trance, el olor era cada vez más intenso, entonces sin apenas pensar, empujó una puerta y se encontró ahí a tres alfas, parecían haber estado discutiendo, uno tenía un folder en la mano, pero Jungkook lo reconoció, Hoseok había leído sobre aquello en sus clases y él mismo conocía el término porque su mamá hablaba de ello, eso antes de morir. Su pareja destinada.

El hombre era alto, delgado, cabello negro, labios gruesos y tenía un traje oscuro que realzaba sus facciones. La mirada severa cambió por una de total confusión, pues Jin también fue capaz de reconocerlo. El pequeño pelinegro desprendía un muy intenso olor a fresas.

Jungkook entró sin invitación alguna al despacho, miraba al hombre con sus ojitos muy abiertos e ilusionados, entonces la puerta volvió abrirse y un hombre pelirrojo apareció, parecía angustiado.

-- Perdón, perdón señor Kim. -- dijo Hoseok con voz presurosa. -- Jungkook, ven conmigo, te están esperando.-- dijo entrando a tomando la mano del Omega, pero Jungkook no quería irse de ahí.-- Ven, Jungkook, ellos tienen que trabajar y tú también.-- está vez le coloco su gafete y le tomó de la muñeca para sacarlo de la oficina.

El mundo de Jin tambaleó en aquel momento.

Era él, era su Omega... pero... llevaba un gafete de la fundación "Yours", su pareja destinada, la persona que esperó toda su vida, era una de esas personas con retraso mental.

YOURS || JinkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora