Aceptar

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Tres días, tres estresantes días habían pasado desde que Tomlinson sabía el secreto de Harry. Y no había pasado nada, ni siquiera se había topado al alfa por los pasillos. No sabía si que todo estuviera tranquilo era una buena o mala señal, pero Harry estaba seguro que él alfa planeaba algo.
Decir que Harry estaba alerta era una manera sutil de decir que estaba casi histérico. Miraba a todos lados y escuchaba conversaciones de alfas tratando de captar si alguno decía la palabra "Maid" o algo así como "El presidente Styles es una Maid", muy específico, si, pero Harry no descartaba ninguna opción.

-Harry, te necesito.- Lia, llegó lloriqueando hacia donde el rizado acompañada de Amy, las dos se podían considerar amigas de Harry, lo querían mucho y siempre contaban con que Styles las ayudaría o salvaría en algunos casos. Siempre las protegería de los alfas malos.

-Hola lindas- saludó Harry que ahora estaba siendo abrazado por una Lia que no dejaba de lloriquear. Amy sonrió a Harry y tomó a Lia del saco del uniforme apartándola del rizado.

-Harry necesitamos que nos ayudes, los alfas del equipo de boxeo dejaron su saco de box en medio de las escaleras y nosotras no podemos pasar a la sala del club.- terminó y Lia hizo una puchero.

Harry había escuchado la petición pero se encontraba muy cansado. -Harry ¿Estás bien? Te ves cansado- Amy se preocupó a lo que él presidente negó rápidamente.

-Estoy un poco distraído, es todo, vamos a ver el problema ¿bien?- las dos chicas asintieron y llevaron a Harry hacia las escaleras del club. Y en efecto, un gran saco de boxeo bloqueaba él acceso.
De un momento a otro Harry ya está a punto de tomar el enorme saco para apartarlo de ahí.

-Pero es muy pesado, te lastimarás- Amy dijo mientras Lia asentía a su lado.

-Solo déjenmelo...a mi- dijo mientras tomaba el objeto y lo ponía en su espalda, se tomó un segundo para tomar aire y continuó. De un momento a otro el gran saco cayó en un estruendo frente a la puerta del club de boxeo. Los alfas no tardaron en salir notando el saco frente a ellos. Estaban por gritar y reclamar cuando vieron al presidente Styles. Oh no.

-¡Ustedes limpien su desastre ahora mismo!- Styles gritó demandante y los alfas miedosos comenzaron a quitar el saco de ahí y acomodando todo lo demás fuera de su lugar.

-Harry ¡eres tan genial!- Lia se lanzó a sus brazos y Harry le devolvió el abrazo.

-Corté flores esta mañana, toma una, se verá linda en tu cabello.- Amy le puso le acomodó la flor y Harry sonrió. Si algún alfa lo viera quedaría enamorado a primera vista. Su sonrisa resplandecía y su aroma a miel y canela se volvió envolvente. Estaba feliz, como pocas veces se dejaba notar.

Toda esta escena no pasó desapercibida para Tomlinson que se quedó un poco atareado por ver así al omega, tan feliz y con su aroma sin esa pizca agria que gracias a los desastrosos alfas siempre tenía. Le gustaba verlo así. Y más en su traje de Maid.

-¿Ese es Tomlinson?-

Harry en seguida se ruborizó y exclamó con nerviosismo -¿Que estas mirando?- acusó

Louis lo miró un segundo más y se encogió de hombros - No mucho- dijo para luego irse de ahí sin mirar hacia atrás. Harry estaba confundido.

-Louis Tomlinson es tan genial- Lia dijo en un suspiro- hay un rumor de que aprendió Kung-Fu antes de entrar a la escuela ¡Y además es el más guapo e inteligente de todos los alfas en esta escuela!- Harry lo miraba con rareza, él no sabía nada de eso. -¡Además mirenlo! Es la única esperanza en esta escuela llena de alfas imbeciles!- Amy asintió a su lado. Harry seguía sin comprender

-Pero escuché que ha perdido el interés en tener pareja por ser muy popular- esta vez Amy dijo formando un puchero al igual que Lia.

Popular, eso era, Harry no entendía que le veían en realidad a Tomlinson pero tal vez ya entendía un poco del porqué nadie sabía su secreto. El alfa al ser tan popular no le interesaba en que trabajara Harry. Vaya tal vez ya lo había olvidado.

My Maid Donde viven las historias. Descúbrelo ahora