━━━ ꕤ 𝐀𝐋𝐋 𝐈 𝐖𝐀𝐍𝐓「 𝗸𝗶𝗿𝗶𝗯𝗮𝗸𝘂 」

Capítulo 4

Kirishima había partido de su casa muy apurado, ¿la razón?, se encontraba yendo 5 minutos tarde hacia la casa del rubio, estaba seguro de que este sería sería fin, recordó las palabras del rubio "si llegas un minuto tarde, date por muerto". El pelirrojo suspiró con pesadez mientras seguía corriendo, estaba seguro de que recibiría algún grito o regaño por parte de aquel chico.

— Aún estoy a tiempo de regresar a mi casa —habló con duda, negó ante la posibilidad de hacer eso, aquello no era de caballeros.

Unos pasos más y se encontró con la casa del rubio, algo asustado avanzó pero detuvo su paso al observar la escena frente a él.

— Quitame tus asquerosas manos, maldito idiota —escuchó la voz del rubio, aquel chico que lo sujetaba contra su voluntad quería besarlo, no sabe porque pero eso lo enojó.

— Te dijo que lo sueltes —habló con firmeza, ambos chicos dirigieron su vista al pelirrojo.

— ¿Quién demonios eres tú? —Kirishima observó que aquel chico no había soltado al rubio, dispuesto a ayudar se acercó pero en un movimiento el rubio ya lo había dejado en el suelo retorciéndose de dolor.

— ¡Joder! —gritó aquel sujeto, como sea trato de incorporarse nuevamente—. No has cambiado Bakugou, siempre serás un maldito demente agresivo.

"¿Demente agresivo?", pensó el pelirrojo, eso fue en defensa propia, no podía hablar así del rubio, un grito lo sacó de sus pensamientos.

— ¡Cállate! —escuchó gritar al rubio con furia, vio como este se acercaba para propinarle nuevamente un golpe, pero algo que le dijo aquel chico de cabello morado lo hizo frenar.

¿Qué fue lo que le dijo?, se preguntaba Kirishima mientras veía como aquel peli-morado se retiraba del lugar con una sonrisa satisfactoria. Devolvió su vista hacia el rubio encontrándose así con una imagen completamente distinta a la que mostraba en la universidad. Katsuki estaba llorando, se encontraba con la vista fija en el suelo, estaba temblando, aquellos ojos que antes mostraban odio y desdén por la sociedad, estaban sumidos en tristeza y dolor, Kirishima no sabe como fue, pero sus pies comenzaron a moverse en dirección al rubio, pasó sus brazos por la cintura de este y lo abrazó, sintió como el contrario se sobresaltó, pero no se soltó de su agarre, y eso lo tranquilizó.

Luego de unos minutos el pelirrojo sintió como el rubio alejaba sus manos de él, algo incómodo por el silencio que se formó entre ellos decidió hablar.

— Lo siento...

— ¿Por qué mierda te disculpas? —preguntó el rubio, mirando hacia otro lado.

— Y-Yo debí llegar más temprano...

— Olvida lo que viste hace unos minutos —interrumpió con frustración—, debemos avanzar el proyecto, así que entra.

El pelirrojo solamente asintió, no quería incomodar más al rubio, tampoco quería olvidar lo que pasó, tener a aquel rubio entre sus brazos hizo que se sintiera feliz, pero aquello sería un pequeño recuerdo que guardaría en su corazón.

— Escuché gritos, ¿todo bien? —observó como una mujer de cabellera rubia, con rasgos similares a los del rubio salía de cocina.

— Si vieja, haremos el proyecto, no molestes.

— ¡Mocoso malcriado, ¿a quien llamas vieja?! —al percatarse de la presencia del pelirrojo sonrió—. Al menos presentame a tu amigo.

El pelirrojo se adelantó—. Soy Eijiro Kirishima, mucho gusto.

— Mucho gusto Eijiro, espero que mi hijo no te esté causando ningún problema —habló mientras lanzaba una mirada de advertencia hacia el rubio.

— N-No señora Mitsuki, todo está bien —respondió nervioso.

Después de algunas preguntas el rubio pudo llevarse consigo al pelirrojo para comenzar el proyecto, ninguno decía nada, pero el pelirrojo decidió cortar el silencio que se había formado.

— Y... —comenzó a hablar llamando la atención del rubio—, ¿cuál es tu comida favorita?

El rubio lo miró extrañado, aquel chico sin duda que era muy raro, pero decidió dejarlo pasar y responderle.

— El curry picante —contestó escribiendo algunas notas en su libreta.

— Wow —comentó asombrado—, yo no puedo soportar el picante, además de que el curry que preparan por mi casa no es muy bueno.

— Eso es porque no has probado el mío, ven después de clases y te cocinare un poco —el rubio al ver como el pelirrojo se ponía feliz se dio cuenta de lo que había dicho, ¿cómo demonios era tan sencillo hablar con aquel chico?, ¿y porque se había ofrecido a cocinarle?

— ¿En serio? —preguntó sorprendido el pelirrojo—. ¡Muchas gracias Blasty!

El pelirrojo al notar la mirada confundida del rubio se dio cuenta de lo que había dicho por lo que se sonrojó.

— L-Lo siento, creo que me emocioné demás.

— Me da igual —el rubio no lo admitiría pero aquel apodo le resultaba agradable—. Creo que ya acabamos por hoy, yo terminaré el resto.

El pelirrojo solamente asintió y comenzó a guardar sus cosas, se sentía feliz, desde un comienzo aquel rubio le había parecido alguien interesante, y no sabía que sentía al estar junto a él, ¿admiración?, talvéz, pero era feliz sabiendo que había logrado entablar una conversación con aquel rubio.