El orfanato •|Acabada|•

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Iba caminando por el pasillo cuando le veo, ahi está, mas guapo que nunca, cada dia esta mas guapo, quiero decirle algo, algun hola o cualquier cosa, pero no, no me atrevo, me da tanto corte, soy tan vergonzosa, pero solo para hablar con el, solo para eso.
No le sigo en ninguna red social, en ninguna, ni facebook, ni twitter, ni instagram, solo tengo su numero, y por casualidad.
Sigo andando y pasa de largo, va al mismo instituto que yo, la mayoria del orfanato vamos al mismo instituto excepto los mas pequeños que van a colegios o guarderías.

De repente alguien me llama

-¡Zaira!-me doy la vuelta a ver quien es, es Lauren.

-¿Que necesitas?-la dije acercandome a ella.

-Voy a la cafetería a por algo de comer, ¿Quieres venir?-dice sonriendo y no soy capaz de decirle que no, no solo por su sonrisa, sino que porque es una de mis mejores amigas.

-Claro, vamos

-Luego vamos juntas a clase

-Me parece bien

-Zaira

-¿Que?

-¿Me dejas hacerte una pregunta?

-Claro

-¿A ti te gusta alguien? Quiero decir Adrian, me he dado cuenta como lo miras.

-Esto....emm...-llegamos a la cafetería

-¿si o no?

-¿Puedo confiar en ti?

-Claro

-Pues si, si me gusta, y ya hace mucho que me gusta antes de que tu llegases, el año pasado, en cuarto, ya era mitad de curso o antes cuando me di cuenta lo que sentía. Pero no me juzges por eso

-No te juzgo, es mas a mi no me gusta pero no es feo, esta bien.

-Bueno ahora olvidemos esto y vamos a pedir.
Vamos hacia el mostrador donde la camarera, Rosa, a la que conozco desde que era pequeña, nos da unas galletas y un zumo.

Nos vamos camino a clase. Cuando llegamos cada una nos sentamos en nuestro sitio, las tres primeras clase pasan aburridas, hasta que llega el recreo.

Salimos fuera y nos quedamos hablando, Adrian estaba cerca, como todos los recreos, siempre se ponian el y sus amigos en el mismo sitio, nadie se lo quitaba, como nosotros que tambien teniamos nuestro propio sito, nadie se ponía ahi.

Las siguientes tres clases, las ultimas tres, cuando acaban esas ya es oficialmente fin de semana. El profesor de literatura nos ha dicho que queda menos de dos semanas para que nos den las vacaciones.

Cuando acaban esas tres horas, esas tres horrorosas e interminables horas salimos y nos vamos otra vez al orfanato. De vuelta al orfanato puedo decir que me gusta ir ya que la pandilla de Adrian van delante o detras, pero siempre cerca.