A la mañana siguiente Isabel Y Rubén se encontraron en el comedor donde desayunan continuamente, cuando el tiempo laboral se los permite.
— ¿y tu hijo no desayuna con nosotros?
— No lo creo, pasé por su habitación y no estaba. Debió haber salido más temprano.
— Disculpe que me meta señor -menciona la señora de servicio, Carmen- pero el joven está en la casa pero al parecer durmió en el despacho.
Isabel enseguida miró a Rubén con una mirada triunfante, omitiendo una vez más el trato hostil de la mujer hacia ella.
— Despiertalo Carmen, por favor.
— ¡No! -enseguida intervino Isabel- por favor no lo despiertes hasta que el señor y yo nos hallamos ido, eso siempre y cuando no despierte antes -siente la mirada de Rubén sobre ella y lo mira- por favor, un gusto más y ya.
Exhala y mira a la mujer -Lo que dice la señora, Carmen.
— Cómo usted diga Señor, compromiso, voy por sus platos.
— Adelante... -una vez que quedan solos mira al hombre- no te enojes conmigo pa
— No estoy enojado hija pero simplemente no veo porque hacer la maldad.
— Solo porque si... Y de una vez te digo que pienso ser una jefa exigente.
— Ni me digas que aun no sabe que tendrá un cargo más alto que el tuyo.
— Estoy ansiosa por ver aquello.
Rubén niega y no puede evitar sonreír por la alegre risa de la joven.
Un rato más tarde ya que habían desayunado se reunieron en el recibidor y e ahí partieron al auto, mismo que los llevó a la empresa.
Cuando Carmen estaba por ir a despertarlo llegó el joven, como le decía desde que entró a trabajar a esa casa, entró a la cocina.
— Carmencita, pero que bien huele ¿con que me vas a deleitar hoy? -se acerca a ella dándole un afectuoso abrazo.
— Ay joven estaba por ir a despertarlo, su padre y la señora se acaban de ir a la empresa... ¿Quieres sus huevitos como tanto le gustan?
— ¿se fueron ya? -ve la hora en un reloj de esa habitación- ¡mierda! Carmen, dejamos los huevos para otro día, ahora solo un café, bajo en 5 minutos.
— Ay señor... -lo mira salir corriendo literalmente de la cocina, niega- estos dos van a armar la tercera guerra.
José Manuel en la habitación pronto se metió a la ducha, se dio el baño más rápido de su vida y salió aún mojado, mientras se seca a también buscaba ropa. Sus trajes arrugados, maldijo una vez más e hizo lo que pudo, no sé veía muy elegante pero se salvaba.
Se peinó de prisa, tomó su celular y se bajó corriendo. Al pie de la escalera estaba Carmen, que enseguida le dio la taza con café y el se la bebió como si caliente no estuviera. Checo la hora nuevamente. Ya iba una hora tarde.
— Con cuidado, joven. -le gritó Carmen al verlo arrancar de prisa.- ay señor cuidalo por favor -se persigna.
Media hora había pasado de lo acordado para esa reunión, Isabel caminaba de un lado a otro haciendo sonar sus tacones contra el piso de madera.
— Hija, te vas a acabar la suela de esos zapatos y están muy bonitos.
— No me importa pa, me compro otros.
— Ven Isa ¿que pasa?
— No sé qué pasa pa... Bueno si sé... -suspira- ¿y si todo esto solo empeora las cosas?
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La mujer de los Álvarez
FanficLos problemas comienzan cuando tres hombres de una misma dinastía quedan cautivados por una misma mujer.