¡𝐇𝐚𝐩𝐩𝐲 𝐁𝐢𝐫𝐭𝐡𝐝𝐚𝐲, 𝐁𝐚𝐛𝐲!

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─¡Ven a mi fiesta de cumpleaños, por favor!

Un omega de 1.60 de altura, mejillas rellenas y rosadas naturalmente junto a pecas bajo sus ojos avellana, además de su pequeño cuerpo oculto por ropas holgadas colores pasteles. Así podías describir perfectamente a Huang Renjun.

El chico no era para nada querido en su escuela. Los Alfas solían rechazarlo porque su aroma a cupcake de fresa junto a malteada de vainilla era extremadamente dulce, sumándole a ello su vocecita chillona y personalidad infantil; era un cachorro ante los ojos de todos.

Y para adolescentes de último año, hormonales y en busca de un buen polvo, aquello era igual que un bicho raro.

Renjun parecía no verse afectado en ser ignorado por la mitad de la escuela, ser un imán de miradas asqueadas a cada hora del día y recibir empujones por los Alfas y Omegas al pasar por el lado de ellos en el pasillo.

Su mente era la de un niño pequeño, no sabía diferenciar el sarcasmo o las burlas, y por ende no podía sentirse dolido.

Lo que a su corazoncito sí le dolía mucho era estar solo. Comía en la cafetería sólito, caminaba por el campus sólito y no tenía a nadie con quién compartir los mochis que su mami Wendy hacía para él.

Pero no hoy, no, no.

Hoy era un día especial. Muy, muy, muy especial.

¿Por qué? Pues...

─¡Hoy es mi cumpleaños! ¡Por favor ven a mi fiesta! ─Chilla con una gran sonrisa, llenando sus mejillas en el acto y entrecerrando sus ojos en dos medias lunas mientras le extiende el bonito sobre que él mismo se encargó de decorar la noche anterior al Alfa en el pasillo.

Como Renjun no tenía amigos, decidió invitar a toda la escuela.

Este le mira incrédulo, y suspira luego de analizarlo con la mirada unos segundos, tomando el sobre sin ganas entre sus manos y siguiendo su camino hacia su siguiente clase.

Renjun sonríe aún más pronunciado, habían personas que no le aceptaban la cartita, ¡Al menos ese Alfa sí lo hizo!

Estaba emocionado, mucho de hecho. A pesar de que su mamá no podría estar en la fiesta debido a su trabajo en el Hospital de Búsan, ella le prometió cocinarle muchos Mochis y decorar la sala antes de irse. Su hermana, Sojung, se quedaría en la tarde con él para recibir a los invitados y luego se iría con sus amigas a un examen de admisión para la Universidad.

Resumiendo, ¡No podía esperar para llegar a su casita y ver la decoración con serpentinas y globos! Esperaba que muchas personas fueran, le gustaban las multitudes.

Tenía planeadas muchas cosas, karaoke, twister, la gallinita ciega y maratón de todas las princesas de Disney hasta la madrugada.

Con todas esas cosas divertidísimas, ¿Quién podría estar ausente en su fiesta? Exacto, nadie. Por ello es que Renjun tenía toda la confianza del mundo en que este año, más de dos personas irían.

Porque sí, todos los años hacía fiestas y pocas personas asistían. ¡Pero este año sería diferente, él sabía que sí!

Con eso en mente, el omega arruga la nariz, toma aire hasta llenar sus mejillas e inflarlas, frunce los labios y se encamina a pasitos seguros hacia un grupo de tres Alfas charlando animadamente en los casilleros.

Al llegar, da un saltito y queda entre los tres chicos, obteniendo su atención de inmediato.

Renjun forma una preciosa sonrisa en sus labios, sus mejillas adoptan aquel rosa pálido y sus cabellos rubios se agitan conforme se balancea sobre sus talones en su lugar, las invitaciones decoradas con brillos y lentejuelas en sus manos.

Happy Birthday, BabyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora