Ahora tomo su mano al bailar,tan cálida al entrelazar sus dedos con los míos,tan pequeña y frágil comparada con la mía.
Sus caderas moviéndose al compás de la música,su sonrisa iluminando su rostro.
Recuerdo haber sonreído cuando se acercó a besar mi mejilla.
La tome del mentón y junte nuestros labios en un vaivén lento.
Me sentía plenamente feliz.
Las estrellas se reflejaban en sus ojos dándoles más luz de la debida,sus mejillas rojas debido al frío aire,su pequeño cuerpo acurrucado en mi pecho.
Suspire recordando como entre a tu estudio,estabas sentado mirando unas hojas mientras tachabas algunos versos y escribías nuevos.
Tus ojos se posaron en mi unos segundos,lamiste tu labio inferior y te tiraste hacia atrás en la silla.
Sabías que teníamos que hablar.
Sentados frente a frente,comenzaste a hablar,me contaste lo difícil que fue marcharte sin dar explicaciones.
Dijiste todas las veces que pensaste en volver y mandar todo al carajo para permanecer a mi lado.
Y como siempre el miedo ganaba.
Pediste perdón por tantas cosas a las que jamás les presté atención.
Te pedí perdón también,te dije la fuerza de voluntad que tuve que juntar para no tomar un vuelo de regreso a Argentina,y como la historia se repitió cuando las ganas de ir a Hawái a buscarte eran más fuertes.
Hablamos,nos miramos,recordamos.
Me contaste lo maravillosa que era Mica y lo culpable que te sentiste al empezar a amarla porque sentías que me estabas siendo infiel.
Te conté la vez que baile con Mili.
Preguntaste qué canción había sido.
Mire en tus pupilas el miedo,¿pensabas que baile con alguien más nuestra canción?,jamás haría eso,aquello era nuestro,nos pertenecía.
Algunas lágrimas fueron cayendo,te abracé,nos abrazamos,no sé cuanto tiempo estuvimos de aquella forma,tampoco me importaba mucho.
Limpiamos las saladas lágrimas y con una herida ardiendo nos despedimos.
Las últimas palabras dejaron esperanzas sueltas.
"Quizás en otra vida"