C.8 - Shoto

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—¿capucchino con mucha espuma y chocolate en pilvo no?—

La voz del rubio le irrumpió en su acción de acomodarse sobre el sofá.

—Si por favor...—

Sus ojos heterocromicos siguieron al menor por todo el local hasta perderse tras la cocina, suspiro mirando a la gatita blanca acostada a un lado.

Paso su tarde tomando aquél café y un par de muffins que él rubio le había llevado como cortesía de la casa , aunque aquella accion llevaba siendo echa desde su primer encuentro.

Al final dejo el dinero en la mesa, anotó en una servilleta su numero de teléfono esperando que el contrario lo encontrara y se fue del local como todos los dias.

Café y GatosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora