No sabría decirte en qué momento,
tal vez fue en el primer beso o en el tercero,
tal vez en nuestra primera cita
o en aquellas charlas de medio día.
No sé cuándo ni cómo
pero te quise tanto.
Te quise tanto que llegué a dudarlo,
te quise tanto sin tener conciencia.
Y te quise tanto que mi corazón se perdía
en aquella sensación tan bonita de contemplarte.
Se me hacían cosquillas en todas partes;
en mis dedos por tocarte,
en mis labios por tomar de los tuyos la ambrosía,
en mis brazos por de ti sentir una caricia.
Y mis ojos náufragos encontraban su puerto en tu perfil;
en lo recto de tu nariz
y lo cálido de tu sonrisa,
en tus pecas infinitas.
Te quise tanto
que calmé mi tormenta para ser tu llovizna.
Tanto, tanto
que mi caos se volvió cenizas.
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Sonata de media noche
PoetryPoemario dedicado a los viejos amores. Esos que vienen y te cambian la vida, pero no se quedan.