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Lander no prestó atención a la salida del jefe de policía enojado. Subió las escaleras, abrió la ventana y esperó pacíficamente a que apareciera la persona al final del callejón.

Nadie sabía que la razón por la que este científico loco se mudó a la cuadra que no estaba en muy buenas condiciones hace dos años y se instaló en una casa que no llamaba mucho la atención frente a un pequeño callejón era solo para poder ver a una persona.

Aunque el hombre pelinegro era guapo, sus antecedentes no eran muy honorables: era miembro de una pandilla.

A veces, el mundo del espíritu del señor Lander era tan difícil de entender como la mente de la máquina diferencial que había construido.

Pero, siendo honestos, ¿qué tan normal podría ser la persona que se dedicaba a investigar a este monstruo?

No era ninguna sorpresa.

En el segundo piso había una mesita cubierta con una gran pila de dibujos, pero no eran dibujos de la máquina diferencial, tampoco un complicado chip de programación... Eran los dibujos de una flor.

Lander quería crear una rosa que estuviera siempre en flor. Cuando abría la lámina de piel de cabra, no se atrevía a creer que se le había ocurrido una idea tan estúpida, pero en verdad se le había ocurrido.

Lander no estaba muy feliz hoy. La conversación con el estúpido jefe de la policía le había hecho perder media hora de su tiempo y la otra persona, por alguna razón desconocida, hoy no regresaba a tiempo.

Tal vez él y su grupo de malos amigos estaban en un tugurio barato maldiciendo en voz alta, tal vez alguna prostituta se lo llevó a su casa.

Tal vez...

Debido a una serie de suposiciones en su cabeza que se volvió cada vez más ruidosa, los ojos de Lander se oscurecieron y arrugó la lámina de piel de cabra fallida. Un pensamiento de repente entró en su mente: "¿Por qué no puedo hablar con él?".

Utilizó inmediatamente la misma autonegativa satírica para rehusarse. "Vamos, básicamente no puedes soltar ni una sola sílaba".

Se trataba a sí mismo con la misma crueldad con la que trataba a los demás.

Aunque pensó eso, sus piernas se movieron como si estuvieran poseídas por demonios, traicionando su gran cerebro. Lander se puso el abrigo y después de caminar dos pasos se dio la vuelta y se miró en el espejo. Sintiendo que su cuello estaba un poco descubierto, volvió a abrir la cómoda, se puso un sombrero y un abrigo oscuro que se veía básicamente igual y sacó respetuosamente una vieja pluma, metiéndosela en el bolsillo.

El bolígrafo de pluma había comenzado a filtrar tinta... O más bien, desde el momento en que se creó, este bolígrafo ya había estado filtrando tinta. Lander, en el aspecto material, era alguien que no se obligaba a perdurar ni un poquito las cosas, pero por alguna razón, no tenía el corazón para cambiarlo por completo.

Dicho todo esto, salió con una expresión seria.

Un perro mecánico con piel de metal accionó sus extremidades y corrió hacia él mientras movía la cola. Su espalda arrojaba un hilo de vapor.

"No, no puedes seguirme. Si te llevo conmigo, me verá como un monstruo". Lander se detuvo y se quedó mirando a su perro fiel.

Por desgracia, el perro mecánico no sabía leer la mente y no podía entender sus pensamientos.

Lander levantó la cabeza para mirar las nubes grises. El cielo de esta ciudad siempre estaba así, como si Dios ya la hubiera abandonado, llena de una represión desahuciada y la crueldad del caos.

Asesinato (刺杀) 𝓅𝑜𝓇 𝓹𝓻𝓲𝓮𝓼𝓽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora