CAPITULO 1

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La vida es justa en injusta para cada quien dependiendo de la perspectiva que se tenga. Algunos la justicia viene de cuando un delincuente es atrapado, comiste el ultimo pastelillo después de semanas de no alcanzar o cuando tomaste un baño caliente después de una larga rutina. Pero de igual forma esta la injusticia que es mucho más amarga y censurada por el mundo, puede ser desde que el cabello se quemo con el rizador, cuando tu traje perfecto fue salpicado por lodo o el estudiante que fue castigado por una travesura.

Cristal una humana de 15 años había sufrido las injusticias más grandes del mundo. Su familia la había abandonado en un orfanato por complicaciones medicas, su cuerpo era débil a causa de esto, en el orfanato era maltratada por sus cuidadores y los niños. A sus inocente nueve años abandono aquel terrible lugar que la dejo con marcas y fantasmas.

La pequeña niña de grandes ojos, cabello negro largo, piel morena y labios gruesos fue aprendiendo poco a poco de la vida callejera. Vista como una leprosa dormía sola bajo un puente alejado de la ciudad sin embargo a pesar de aquella vida su corazón era más puro y noble que el de la humanidad junta.

Sin embargo a partir de sus doce años y como una niña pasando a entrar a ser mujer su cuerpo fue ultrajado de maneras horribles e inhumanas. Si la vida había sido injusta con ella desde que fue creada, pero sus ojos aparecía una chispa que ningún ser vivo tenia.

Cristal: rayos hace tanto frio –reclamaba ella mientras se dirigía a su hogar con unas prendas tan ligeras que pareciera que el mínimo toque se romperían- falta menos para llegar a casa.

Unos sonidos alertaron a la chica.

Cristal: veamos debe ser algo importante – la chica abrió la caja y se vieron unos gatos bebes chillando la muerte de su madre que al parecer fue apedreada – no puede ser, quien sería tan cruel para matar a seres tan indefensos? – Decía estas palabras mientras tomaba los gatos- no se preocupen que yo los cuidare.

Tras dicho estas palabras la chica se quito la camisa y envolvió a los gatos, quedando ella en ropa interior. Temblando le dio un entierro a la madre y tomo a los pequeños que maullaban al son que ella temblaba del frio. Salió corriendo a dirección a su puente, al llegar se encontraba una casa hecha de cartón y laminas rotas pero formaba un hogar.

Cristal: listo chicos llegamos- digo mientras prendía su fuego en un bote- ahora a cenar

La humana consumió un pan que había encontrado en la basura y un poco de leche que brindo a los gatos, una vez concluida esa reunión los dos gatos quedaron dormidos en la cama de cartón mientras ella los miraba con una dulzura que solo una madre podría dar.

Cristal: muy bien chicos necesitan nombre – tomo al primero en sus manos- bueno tu eres blanquita con varias manchas de colores Hm... te llamaras Picasso y tu –decía al unisón que acostaba al primer gato y tomaba el segundo- pareces un pan que se coció de arriba pero de abajo no así que te llamare Brown y ahora si me presento, mi nombre es cristal y tengo quince años casi a cumplir dieciséis. Así que es hora de dormir. –Apago el fuego con un balde de agua casi congelado- buenas noches queridos.

Los días habían transcurrido hasta llegar a un 1 de julio del año ____. Los gatos habían crecido y la chica se encontraba demasiada emocionada por su cumpleaños.

Cristal: chicos es hoy es hoy – grito mientras abrazaba a los gatos que acostumbrándose a su temperamento ronronearon al mismo tiempo- volveré para celebrar, conseguiré un pescado para ustedes y un pastel para mí –tomo su bolsa y se dirigió a la puerta- adiós chicos nos vemos en la noche.

Las horas pasaban y la chica se emocionaba mucho pues al parecer la vida había sido justa ese día, tras varias horas trabajando en limpiar parabrisas había ganado un poco de dinero. El semáforo hizo que aquellas maquinas se detuvieran y su cuerpo de pronto la dirigió a un tráiler rojo y azul.

Cristal: fiu es un hermoso auto –decía esto mientras se dirigía a él- buenas tardes amigable amigo – dijo con una sonrisa que parecía que la vida era la más bella- le limpiare el vidrio a su hermoso tráiler.

La chica lo hizo tan rápido que parecía una profesional, como ya sabía el tiempo del semáforo se apresuro a la venta del conductor.

Cristal: listo –mientras esperaba su paga- disculpe – se sintió un poco decepcionada sin embargo pensó rápido- tranquilo no se preocupe –lanzo nuevamente esa sonrisa- si no tiene dinero no se preocupe, espero le guste mi trabajo y espero volverlo a ver pronto.

Nuevamente los autos se movieron y la chica aprecio a aquel tráiler distintivo alejarse en la carretera. Las horas pasaron y la chica se dirijo a comprar un pescado, arena para gatos y un pastel del tamaño de su mano.

Cristal: muy bien está todo listo.

Poco a poco se dirigía a su casa y sin darse cuenta ya eran las once de la noche, de pronto sintió la presencia se una energía negativa. Al voltear observo a un hombre que la seguía y al momento de querer correr otro hombre tomo su brazo bruscamente.

¿???: Mira una rata linda –exclamo mientras le tomaba el brazo-

¿???: Muy bien es hora de jugar con la rata –sonrió macabramente-

Cristal se había quedado bloqueada, hasta que salió de un callejón y tomo los víveres que había dejado caer. Caminando con lentitud llego a su casa y como siempre sus pequeños lo recibieron. Ella los ignoro, dejo sus cosas en el suelo y con dedicación se quito la ropa. Con agua casi con hielo se baño, al entrar sus labios eran morados y su cara se mostraba una chispa de esperanza porque a pesar de todo, era su cumpleaños

Cristal: bueno bueno bueno dejemos este alboroto y a cenar –tendió el pescado en un periódico y los gatos empezaron a ronronear- muy bien ahora a cantar – en el centro estaba el pastelito y tres vasos de leche-.

La canción sonó con tanto amor que pareciera brillar en la noche más obscura, al terminar imagino una vela y soplo.

Cristal: mi deseo es que todo ser viviente del universo este bien –lagrimas empezaron a decorar sus mejillas moradas- incluyendo los que hacen daño – se tomo de las piernas, molesta se preguntaba el porqué la vida fue así- no importa saben? – Digo mientras acariciaba a sus gatos que la consolaban- la vida no es vida si no tenemos amor, así que a cenar.

La chica disfruto el pastel con la leche al igual que los gatos con el pescado, después de jugar los tres se quedaron dormidos y abrazados.

Sin embargo un ruido fuerte la altero

Cristal: que fue eso? – se levanto con un movimiento brusco y mientras protegía a sus pequeños del miedo que los consumía- tranquilos tranquilo vamos a ver que es. Decía esto mientras en una mochila guardaba un cuchillo, una soga y una camisa. Al terminar de empacar coloco a sus gatos dentro de la maleta con la cabeza afuera.

Al caminar por 10 minutos llego al bosque, un silencio invadió el lugar por breves momentos hasta que se percato de que dos grandes objetos se movían, como si de una pelea se tratara. Al acercarse por mera curiosidad vio dos robots gigantes peleando. Se quedo inmóvil por un momento pero su instinto de protección apareció, dejo a los gatos fuera de la lucha y saco su cuerda.

Como si se tratara de un científico observo la pelea y una gran sorpresa se llevo cuando uno de los robots era idéntico al trailer que ese día limpio los vidrios.

Cristal: muy bien muy bien debo actuar rápido pero... -sus palabras se vieron interrumpidas por las voces de aquellos seres-

Los ojos de la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora