Kakuriyo No Yadomeshi "Miamor eres tu..."

Capítulo 34 Nuestra primer noche

¿Estas cansada mi pequeña niña? -Odanna toma la mano de su joven esposa alejándose discretos del resto de invitados -Me siento muy bien, no creo que pudiese pegar el ojo hoy, jamás imagine ser tan feliz -Se detiene pensativa por un momento -Muchas veces pensé que viviría por siempre sola, que moriría sin... -Odanna besa suavemente la frente de la chica -Jamás has estado sola Aoi, he cuidado de ti dulce niña desde que te conocí jugando en el regazo de Kyōtarō desde que jugaste por primera vez con mis cuernos y jalaste de mis cabellos -Continúan su camino por el delicado jardín -¿Has sido tú el Ayakashi que salvo mi vida? -Mira perdida el cielo -¿En verdad es tan importante saber quién te salvo de niña?¿Por qué? ¿Sigues enamorada de él? ¿Por qué te has casado conmigo entonces? Me hablaste alguna ves de el con tanto amor, fuiste capaz de decirme que él fue tu primer amor y que no te casarías conmigo por qué le prometiste matrimonio a ese ser -Odanna observa el estanque con mirada vacía -Mí Odanna Sama tienes razón, soñé por mucho tiempo con su calor, mis días eran reconfortados al recordarlo saber que en algún lugar tenia alguien que me amaba, la ilusión de alguien esperando por mí, ansioso de que me convirtiera en una mujer, recordaba la dulzura con que me cuido, el único que estuvo allí cuando todos se habían olvidado de mí, cuando nadie me amo -La joven se sienta en un banquillo seguida por el Ogro que la mira curioso ante la descripción de la chica -Agradezco profundamente a Gingi que ayudo a aquel Ayakashi siento profundo amor de hermano o madre, pero sé que no fue de él de quien mi corazón se enamoró, alguna vez me dijo que a ti te gustaría saber de mi amor por aquel Ayakashi, tal vez por eso me anime a confesar mis sentimientos y algo extraño es la sensación de protección, dulzura y calor de ese amable Ayakashi... eran -Mira tímida los ojos del Ogro esperando obtener al fin su sinceridad -Así que Gingi te ha dicho que me confesaras tú primer amor, ese zorro, no entiendo porque te dijo lo que hizo en tu infancia -El Ogro observa detenido los gestos de su esposa en medio de su propia confusión -Lo que sentía junto aquel Ayakashi era muy similar a lo que siento contigo, es absurdo lo sé, pero en muchas ocasiones al estar cerca de ti ese calor revivía en mi la dulzura, tus acciones me hacían recordar a aquel tierno Ayakashi y no te molestes con Gingi el no me dijo lo que hizo yo lo descubrí en las tierras del sur aun que comencé a sospecharlo poco antes de que nos llevaran -

La sonrisa de Odanna aparece nuevamente en su rostro por las tiernas palabras, por saber que aun ella sentía ese lazo especial, logro recordar la esencia del Ogro a quien ella ya había propuesto matrimonio -Así que yo desperté en ti dulzura y calor dulce niña, quien lo diría siempre te portaste fría, cruel y muy distante -La mira con algo de burla y picardía -Tantas veces pensé en tu desagrado intentando resignarme a tu completo rechazo intentando aceptar que debías volver a Utsushiyo, comenzaba a resignarme a estar solo por milenios o hasta...-Acaricia su rostro con suavidad -Cuando llegue a Kakuriyo era tu moneda de cambio además fuiste muy malo conmigo como esperabas que te tratara -Lo mira con reclamo -Poco a poco fui recobrado los recuerdos de aquel Ayakashi tan especial por eso descubrí a Gingi, por eso sé que no fue el, tal vez tus actitudes tan protectoras fueron las que me hicieron sentir más cálida contigo, tenerte en Tenjin Ya me hizo conocerte me sentí por fin segura y protegida sin embargo en las tierras del sur sentí tu cercanía de una forma diferente aunque tal vez fue injusto para ti, allí no era la prisionera novia del Oni, jugué contigo a ser la amada esposa del pescador fuimos cómplices en mis fugas y sobre todo fuiste mi apoyo en todas las duras tareas -Odanna la mira con sorpresa -Perdóname Aoi nunca pensé que mi actitud inicial te asustara, gracias por ser tan honesta, también fui muy feliz en el sur a pesar de las complicaciones y el peligro -Hunde a la joven protector en su pecho